Odio a los cambios


Más del 95 % de lo que hacemos todos los días son comportamientos automatizados que responden a experiencias y hábitos adquiridos.

Cada persona tiene una forma de actuar que ha adquirido con los años. Ésta es la única forma de actuar que conoce. Por esta razón, las personas son esencialmente siempre iguales y actúan de forma similar. Su conducta refleja lo que son por dentro.

Esta es la razón por la cual las personas tienen dificultades para rectificar conductas importantes. Las conductas importantes dependen de estructuras profundas y para cambiarlas, es necesario realizar cambios estructurales a nivel de creencias, actitudes y sentimientos.

Para cambiar, las personas tienen que salir de su zona de seguridad, lo que genera temor y resistencia. Además, supone aceptar que se ha vivido de forma equivocada en aspectos importantes, lo cual genera alarma e inseguridad, pues, si estamos equivocados en algunos aspectos, ¿Por qué no podemos estar equivocados en todo?

Por esta razón, las personas defienden y justifican sus ideas, creencias y comportamientos. Por esta razón las personas son fanáticas y odian a quienes tienen ideas nuevas que pueden cambiar las cosas. Son muchas las personas que han muerto asesinadas por querer cambiar las cosas.
Los seres humanos ocultamos el odio porque es mal visto, pero está activo en el corazón de las personas. Las personas evolucionadas no odian ni envidian porque están seguras de sí.

Las personas necesitan sentir que están en la verdad. Necesitan sentir que tienen piso, que su vida tiene sentido y que no son un error o un fracaso, porque esta contradicción no la soporta la mente. Necesitamos cierto grado de coherencia.

Debemos entender que, cada persona es como es, debido a tiene una estructura mental que manda en su vida. Nadie actúa mal porque sí. Todas las personas desean se buenas y honestas, porque saben que éstas son condiciones para triunfar y ser feliz, pero, desgraciadamente, muchas personas han sido mal programadas y son manejadas por fuerzas internas que les impulsan a actuar mal, pero desearían no hacerlo. Lo mejor que podemos hacer es comprenderlas y ayudarlas a rectifica.

El temor, la rigidez mental y la soberbia, son grandes obstáculos para los cambios, pero la vida es cambio y evolución. La ley es adaptarse o morir. La falta de renovación hace que se represe la energía que debía expresarse de forma constructiva, hasta que llega el momento en que la situación se hace insostenible y estalla la crisis o la revolución.

El problema no son las crisis ni las revoluciones en sí, sino las causas que las generan. De aquí la importancia de amar los cambios, de renovarse constantemente y de apoyar a las personas emprendedoras en vez de odiarlas, pues son estas personas las que impulsan la evolución y salvan a la sociedad de las crisis y del caos.

Conclusiones:

1. La sociedad es represiva por naturaleza. Todos los seres humanos estamos programados para defender el sistema establecido; es decir, para reaccionar de forma instintiva contra todo lo que pueda alterar la forma de pensar, de hacer y de vivir que tiene la sociedad. En el fondo defendemos nuestra seguridad. Por esta razón, las personas que se salen de lo establecido son percibidas como peligrosas y consideradas como rebeldes y desadaptadas; en consecuencia son odiadas y execradas por la sociedad.

2. Las personas funcionan en base a hábitos adquiridos; si cambiaran los parámetros se impondría una forma de vida distinta, lo cual obligaría a las personas a renovarse, ya que, de lo contrario no tendrían cabida en la sociedad. Por esta razón, todos los seres humanos tenemos miedo a los cambios y nos defendemos a través de la resistencia, de la represión, de la crítica, de la descalificación, y, hasta de la violencia.

3. Las personas son envidiosas. La gente no acepta que otras personas logren lo que ellas no pueden lograr. 
La envidia se manifiesta con personas próximas, amigos, compañeros de trabajo… entre los cuales se da alguna forma de competencia. Es fácil que un futbolista envidie y odie a otro futbolista, pero no a un médico y que un médico envidie y odie a otro médico, pero no a un empresario, etc. 

La humanidad evoluciona lentamente debido a que son demasiadas las personas que se resisten al cambio por ignorancia, por temor, por envidia o por pereza. La rutina y la falta de iniciativa, la dependencia, la sumisión y el conformismo son una rémora que frena el proceso de evolución.

¿Cómo implantar los cambios?

Teniendo en cuenta lo expuesto debemos admitir que no es suficiente con tener la razón de nuestro lado, es necesario utilizar la inteligencia, la astucia y mucha habilidad, para evitar despertar los temores y herir susceptibilidades. De modo que, antes de implantar un cambio es necesario:

1. Tener en cuenta que existe en todos los seres humanos una resistencia instintiva al cambio, a lo nuevo, a lo desconocido, por lo cual, es necesario introducir los cambios de forma sutil y progresiva. A medida que las personas se van familiarizando con el cambio y perciben sus beneficios, bajan las defensas y se vuelven defensoras del cambio.

2. Las personas mediocres, rígidas e inseguras son las que más se resisten al cambio y lo combaten de forma directa o de forma solapada. La forma más dañina es la forma solapada porque manipula la mente de las personas.

3. La mayor oposición suele venir de quienes temen perder sus privilegios.

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