Crea tu propia historia


La tierra en la que vivimos y la sociedad son el escenario externo en el que se desarrolla nuestra vida. Son solo manifestaciones externas de una realidad más profunda, como es la vida íntima de cada persona.

Nacemos con un cerebro evolucionado y con potencialidades inmensas, lo cual nos permite llegar a ser sabios, libres, exitosos y felices, para lo cual necesitamos ser estimulados y orientados por medio de una educación de calidad; pero estamos atrapados en una sociedad mediocre y represiva que nos condiciona de muchas formas. Gracias a Dios, la naturaleza es sabia y nos ha dotado con el libre albedrío que nos permite ser protagonistas de nuestra propia historia.

En la naturaleza todo existe por una razón. Cada persona llega a esta vida para cumplir una misión personal importante, para ser protagonista de su propia vida y convertir sus sueños y sus proyectos en realidad. Los numerosos casos de personas incapacitadas que logran cosas increíbles, prueban que, cada persona puede llegar hasta donde se proponga llegar, si así lo decide.

El problema está en las programaciones mentales que reciben las personas a través de la educación. En vez de educar para la creatividad y para la libertad, educan para la dependencia y la sumisión. Nos hacen tímidos y cobardes. En estas condiciones nadie quiere correr riesgos ni asumir responsabilidades, es mejor apostar a lo seguro, y lo seguro es seguir el camino trillado de los demás.

Quienes no se sienten protagonistas exitosos de su propia vida, padecen una frustración profunda. Es muy triste haber nacido para triunfar y tener que conformarse con ser mediocre. Para no sufrir, las personas se acostumbran, aceptan y justifican su situación, pero siempre hay algo que les recuerda que nacieron para triunfar, y, sin embargo, son unos fracasados.

Son muchas las personas que, en vez de vivir su vida real, viven de forma imaginaria la vida de otros. A final les ocurre como a la cigarra. Como no aprendieron a superarse, ni a trabajar, ni a prever, ni a ahorrar, se convierten en indigentes mentales, buenos para nada.

El mundo verdadero de cada persona es su mente. El mundo externo es sólo el escenario; por esta razón, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo. Es en tu mente donde vives, piensas, sientes, amas y sufres.

Lo que más importa no es lo que ocurre en el mundo externo sino lo que ocurre en tu mente. En un mismo lugar unos triunfan y otros fracasan, unos son felices y otros desgraciados. ¿Por qué?

Las personas con las cuales te relacionas a lo largo de la vida son importantes, pero son externas a tu realidad, no forman parte de tu ser interno. Pueden amarte y darte muchas cosas, pero no pueden darte el éxito, ni la libertad, ni la felicidad, porque estos logros son una conquista personal.

Al final sólo quedas tú con tu realidad interna, con tus ideas, valores, sentimientos, recuerdos y vivencias; con tus éxitos y con tus fracasos. Estos contenidos determinan la forma en que te sientes habitualmente, la forma en que percibes la vida y la forma en que reaccionas y actúas; en consecuencia, también determinan la forma en que te va en la vida.

Al llegar a fin de año las empresas hacen balance para comprobar el desempeño que han tenido. El balance permite analizar y diseñar nuevas estrategias, de lo contario las empresas podrían avanzar hacia la quiebra sin darse cuenta. Pero las personas no hacemos balance de nuestra vida, por esta razón seguimos cometiendo siempre los mismos errores y seguimos pagando constantemente las consecuencias de nuestra falta de revisión.

Para crear tu propia historia, plena y feliz, necesitas:

1. Recuperar el sentido del propio valor, es decir, la autoestima y la dignidad.

2. Capacitarte para ser lo más autosuficiente posible, tener control sobre ti mismo y depender lo menos posible de la sociedad.

3. Ser más emprendedor, más creativo y desarrollar espíritu de superación y de libertad, lo cual está reñido con la ignorancia, la pereza, el egoísmo y la mediocridad.

4. Ampliar tus perspectivas, abrir nuevos horizontes, no ponerte límites, ni aceptar los límites que te pone la sociedad y no conformarte con migajas de la vida.

5. Entender que nadie puede darte el éxito ni la felicidad, pues son producto del desarrollo personal.

6. Defender el propio espacio físico y mental. La única forma de defenderlo es con desarrollo y capacitación.

7. Disfrutar el placer de leer y dedicar tiempo a pensar y a crear respuestas nuevas en aquello que se relaciona con tu proyecto de vida.

8. Tu energía, tiempo y capacidad son limitados, por lo cual, es fundamental que te centres en un proyecto concreto que dé sentido a tu vida.

9. Entender que la vida es un proceso continuo que exige esfuerzo y dedicación, el cual depende de las decisiones que tomes en cada momento.

10. Cultivar valores morales y espirituales, porque ellos son la roca firme sobre la que podrás construir una vida segura y feliz.

11. Tener presente que las soluciones sólo pueden salir de tu cerebro, de aquí la importancia del desarrollo personal y de la capacitación constante, porque, a final: «Tu historia depende de la calidad de lo que haces»

Vivir la propia vida es una decisión personal, pero es bueno recordar que las personas que no viven su propia vida, a medida que pasan los años se sienten más solas y más vacías. 

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