Cómo desarrollar la inteligencia


La mente es como un campo fértil. Si no plantas semillas quedará estéril. Si siembras semillas pero no las riegas, no las abonas y no las proteges de las plagas, morirán.
Si siembras una semilla tendrás sólo una planta, y, por tanto, pocos frutos.
Así es la mente humana. Un cerebro con un potencial inmenso.

El cerebro tiene mil millones de neuronas, produce más de 4000 millones de impulsos por segundo (la computadora más sofisticada apenas produce 80 millones por segundo) La velocidad de procesamiento de información del sistema nervioso subconsciente supera lo imaginable; es de uno a diez millones de bits (unidades de información) por segundo, lo cual equivale a procesar un libro de 300 páginas por segundo. Es capaz de producir más de 64 mil pensamientos por minuto y de almacenar información equivalente a trescientos mil millones de gigas.

Entonces ¿Por qué la humanidad es tan ignorante? ¿Por qué tenemos tantas dificultades para aprender cosas que al final son insignificantes?
La clave está en la programación. El mejor procesador del mundo, si no es programado, no sirve para nada. Tiene una gran capacidad potencial, instalada para procesar, pero su «eficacia real» depende de la programación que se le aplique. Si los elementos que constituyen la programación es (2 x 2) El procesador producirá una respuesta pobre = 4, porque esas son sus posibilidades; pero si la programación es de alto valor (538574673 x 385749372, etc.) producirá respuestas muy valiosas.

El código de nuestro cerebro es verbal; procesa en base a palabras, por lo cual, su capacidad procesadora (capacidad de comprender y de producir respuestas) depende de la cantidad y calidad del vocabulario que tiene grabado; es decir, de la cantidad y de la calidad de conocimientos) Pero el cerebro humano no es un robot como el procesador, es humano, tiene sensibilidad, sentimientos, emociones, conciencia, principios, valores, metas, ilusiones y también angustias y temores. Puede ser lento en sus procesos mentales o puede ser fluido. Puede tener bien estructurada y organizada la mente o puede estar desorganizada. Puede estar motivado o no. Todos estos elementos influyen en su capacidad de procesar (de aprender, recordar, crear respuestas y decidir)

¿Por dónde comenzar?

Como todo se inicia en la mente, hay que comenzar por entender lo importante que es el desarrollo de la inteligencia racional y de la inteligencia emocional, puesto que es a partir de un desarrollo superior que podemos resolver mejor las cosas de la vida.

Como somos personas adultas ya tenemos una programación consolidada. Esta programación está formada por esquemas mentales (ideas, hábitos, experiencias, sentimientos…) que hasta ahora nos han sido útiles y nos han ayudado a llegar hasta aquí; pero la vida evoluciona y la ley es «adaptarse o morir», pero adaptarse a qué. ¿Adaptarse a las exigencias de una sociedad mediocre, atrapada en infinidad de problemas?

En la vida hay personas y hay libros que contienen las claves del éxito en diversos aspectos. Necesitamos apropiarnos de estas claves (ideas, principios, valores, estrategias, métodos…).

Cuando cambiemos en la mente cambiaremos en la acción, porque lo que nos ocurre en la vida es copia de lo que ocurre dentro de nosotros. Así como eres, así actúas y así como actúas, así te ocurren las cosas.

Acciones concretas

El ser humano funciona como un todo. Al caminar te llevas todo el cuerpo contigo. No puedes dejar la cabeza en casa y salir a la calle. Todos los miembros trabajan como un todo en cada acción importante. De forma similar, el desarrollo y buen funcionamiento de la inteligencia supone el desarrollo y buen funcionamiento del cuerpo y de la mente. Esto es sabido desde la antigüedad «Mente sana en cuerpo sano»

En el Proyecto Alfa indicamos los pasos a seguir con el fin de que el desarrollo de la inteligencia resulte fácil, agradable, rápido y efectivo. El cerebro funciona de acuerdo a ciertas leyes que es necesario respetar, de lo contrario es como nadar contra corriente, mucho esfuerzo y pocos resultados. Concretando, los pasos a segurir.

1. Objetivos claros, concretos y prioritarios, ordenados de acuerdo a un orden lógico.

2. Interés, emoción…es necesario activar constantemente la inteligencia emocional.

3. Agilizar los procesos mentales (ver, procesar y actuar)

4. Desarrollar hábitos de atención, lectura, comprensión, razonamiento, creatividad.

5. Desarrollar la capacidad de procesar con rapidez la información y definir con claridad y precisión las ideas.

6. Desarrollar hábitos eficaces en aquellas actividades que son fundamentales para nuestro éxito profesional, social, etc.

7. Desarrollar la capacidad de expresión oral y escrita. Improvisación.

8. Desarrollar autoestima, personalidad y liderazgo, lo cual supone superar los temores y la angustia.

Todo lo expuesto debe estar enmarcado en un proyecto de vida escrito y detallado, en el cual es necesario trabajar «todos los días» sin prisa pero sin pausa.

Este plan debe comenzar a producir efectos desde su inicio.

Los primeros efectos serán:

1. Una sensación de tranquilidad, debido a que el cerebro enviará mensajes positivos indicando que las cosas van bien.

2. Una motivación alegre a hacer bien las cosas, porque ésta es la única forma de crecer. Tú dependes de la calidad de lo que haces

3. Mayor conciencia del valor de la vida y de las cosas.

4. Mayor responsabilidad.

5. Mejor relación con las personas.

6. Mayor fluidez en la forma de resolver las cosas.

7. Más iniciativa. etc.

8. Mayor sensación de libertad. Depender menos de la opinión de los demás y más de los propios criterios.

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