Temor a equivocarse


El temor a equivocarse, como los demás temores es producto de la inseguridad y de una programación mental errónea.

El temor a equivocarse se debe a la forma errónea de valorar la conducta humana. No se valora lo más importante, como es el esfuerzo y la buena intención sino el resultado. No se juzga la acción, sino a la persona.

Somos hijos de una sociedad crítica y represiva, pronta para juzgar y condenar. El temor a equivocarse viene de muy lejos. Se transmiten de padres a hijos a través de una educación errónea, en la que se valora más la opinión de los demás que los propios principios y valores.
En cada persona predominan ciertos temores de acuerdo a la educación recibida y a las experiencias por las cuales ha pasado cada persona.

¿Cómo liberarse del temor a equivocarse?

• La liberación de todo temor comienza por recuperar la espontaneidad y la libertad.

• Comprende que la sociedad teme al hombre libre porque puede expresar la verdad y convertirse en una amenaza. Puede convertirse en la voz de la conciencia y reclamar justicia y responsabilidad. La gente no desea conocer la verdad. La verdad es exigente, incorruptible, imperativa e incompatible con la mediocridad.

• Acepta que nacemos torpes e ignorantes y que todo aprendizaje y logro importante es producto de tiempo, de ensayo y de errores. Errar es humano. El error es también una forma de aprender. Nos enseña a ser humildes, prudentes y comprensivos.

• Los errores son escaleras que conducen a la verdad. Con frecuencia, un error es causa de descubrimientos y de cambios importantes.

• Lo que rebaja a las personas no son los errores sino la poca calidad de lo que hacen, la falta de valores y de responsabilidad; es decir, la mediocridad.

• La vida es un riesgo. Toda decisión supone un riesgo pero «Quien no se aventura no cruza la mar.
• Todos los que están «arriba» tuvieron en su vida más errores que aciertos; pero no se detuvieron y aprendieron tanto de los errores como de los aciertos.

• Los inteligentes aprenden de los errores mientras que los tontos se hunden en ellos.

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