Todos venimos a la vida para cumplir un propósito y solamente nosotros podemos descubrir cual es. Parte de nuestro aprendizaje tiene como objetivo conocer ese propósito y saber cómo usarlo para ayudar a los demás. Muchos conciben la misión como una actividad orientada a la producción de cosas, de ideas y de soluciones; esto es cierto en parte, pero la verdadera misión o propósito consiste en el desarrollo de si mismo, porque más que cambiar el mundo por fuera se trata de cambiarlo por dentro.
No te compliques la vida, no la conviertas en un rompecabezas, no pretendas ser un salvador; cada persona debe salvarse a sí misma, tu solo puedes ser el testimonio vivo de que es posible salvarse a través del desarrollo.
Tu, al igual que todas las personas, has recibido muchas semillas: ideas, amor, fe, ilusión, valores, etc. La finalidad no es que las guardes, sino que las obsequies a los demás y a su vez, ellos las obsequien a otras personas para que se multipliquen. De este modo, la vida será una siembra y una cosecha permanente de amor, de progreso y de felicidad…
La Ley del Propósito en la Vida se activa cuando nos preguntamos ¿Cómo puedo ayudar? en lugar de ¿Que gano yo con esto?
Esta pregunta, hace que nuestro espíritu se haga presente y tome el control de nuestras acciones y genere una evolución espiritual.
¿Cmo aplicar la Ley del Propósito en la Vida?
Pondré a funcionar la Ley del Propósito comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy, prestare atención al espíritu interior que habita en mi cuerpo y en mi mente. Mantendré la conciencia del ser eterno que soy en esta dimensión limitada del tiempo.
2) Hare una lista de mis talentos. Hare otra lista de las cosas que me encanta hacer y otra lista de las cosas que puedo hacer en favor de los demás
3) Todos los días me preguntare: ¿Cómo puedo servir? y ¿Cómo puedo ayudar?
Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a los demás seres humanos, entendiendo que soy un privilegiado al poder ayudar a los demás, porque lo que doy es porque antes me lo ha dado a mí la vida, y, por Ley de Compensación, cada uno recibe lo que da.
El ser humano se desarrolla a través de dar y recibir. Y lo importante es que, al final del camino, lo que diste, eso tendrás.



