La lectura es el camino hacia el conocimiento y el conocimiento es el camino que conduce a la libertad.
La lectura nos permite viajar por los caminos del tiempo y del espacio, nos da a conocer la vida, el ambiente, las costumbres, el pensamiento y las creaciones de los grandes hombres que han hecho y hacen la historia.
La lectura exige la participación activa de la mente, por lo cual es el medio más idóneo para desarrollar la imaginación y la creatividad. Proporciona alas a la imaginación, ideas a la inteligencia y emociones al corazón.
– Adquirir una visión superior del mundo y de la vida.
– Comprender mejor todo lo que ocurre. Leer los signos de los tiempos.
– Ampliar criterios.
– Conocer a las personas, comprenderlas y mejorar las relaciones.
– Administrar mejor la propia vida.
– Enriquecer el vocabulario.
– Elevar el nivel de inteligencia y de creatividad.
– Incrementar la capacidad de aprendizaje y de expresión.
– Etc. etc.
El código utilizado por el cerebro es verbal; pensamos con palabras. Nuestro pensamiento solo puede llegar hasta donde llega nuestro vocabulario; por lo cual, el lenguaje condiciona la evolución de cada individuo y de la sociedad.
El nivel de inteligencia está directamente relacionado con la capacidad de comprensión; por lo cual, el cultivar el hábito de la lectura es la forma más fácil de desarrollar la inteligencia.
Todo lo expuesto sugiere una pregunta: Si la lectura es el camino hacia el conocimiento y hacia la libertad y hacia los inmensos beneficios que de ellos se derivan, ¿Por qué, la humanidad ha permanecido analfabeta durante tantos siglos?
¿Por qué en la actualidad, solamente el 10% de la humanidad posee ciertos hábitos de lectura? y, ¿Por qué los estudiantes «no saben leer de forma eficaz ?
Debemos aceptar con tristeza, que la sociedad es represiva y se opone de forma sutil, al desarrollo humano. La sociedad apoya el progreso técnico, científico y económico, pero se opone radicalmente al desarrollo de la inteligencia y de la personalidad, porque sabe que un individuo o un pueblo, conscientes de sus derechos, más temprano que tarde reclamaran su libertad y, entonces, cambiaría el orden político, económico y social.
Todos conocemos la historia de los negros esclavos. Les estaba prohibido aprender a leer. Los esclavistas estaban conscientes de que, un esclavo alfabeto era una semilla de libertad.
Pero no necesitamos regresar a la época de la esclavitud; los sistemas educativos y laborales del mundo entero son represivos y están programados para formar personas sumisas, trabajadoras, responsables y productivas, en vez de formar personas pensantes, libres y creativas, capaces de realizar los cambios generacionales necesarios.
Antiguamente los esclavos trabajaban por la comida. Su único objetivo era sobrevivir. Hoy la sociedad está más civilizada y los trabajadores no trabajan por comida, trabajan por un sueldo, que al final, apenas les da para sobrevivir. Es una forma de esclavitud sofisticada y aceptada por la sociedad como justa. Y quienes tienen trabajo deben considerarse privilegiados, pues hay muchas personas que ni trabajo tienen.
El problema del mundo es de pobreza mental, de ignorancia, de falta de lectura. La lectura proporciona ideas, conocimiento. El conocimiento genera poder, iniciativa, decisión, libertad.
Quienes desean triunfar necesitan alimentar su mente todos los días con ideas de progreso y de libertad. Es necesario alimentar el cerebro, el corazón y el bolsillo. El cerebro con ideas de progreso; el corazón con afecto, autoestima, amistad y alegría de vivir y el bolsillo con buena producción, administración e inversión.
La lectura resulta muy provechosa cuando la persona tiene buena estructura mental; es decir, principios, valores, criterios y proyectos claros. En este caso, todo lo que se lee, se va ubicando correctamente en la estructura mental.
Cuando la persona carece de base humana y académica, la lectura resulta poco nutritiva.
Conocemos muchas personas que leen mucho, pero carecen de criterios y su vida deja mucho que desear; por lo cual, además de leer, es conveniente fortalecer la estructura humana (valores, criterios, autoestima, y la capacidad de funcionar a buen nivel laboral) debido a que estos factores proporcionan una visión superior de la vida y una comprensión más profunda de lo que leemos.
No se trata de saber todo, se trata de saber lo importante de lo importante; es decir, lo fundamental de muchas áreas del conocimiento. Se trata de ser inteligente, pero, sobre todo, de ser sabio.
El tiempo y el dinero mejor invertido es el dedicado a aprender y a crecer.



