Los seres humanos nacemos con un cerebro de genio, diseñado genéticamente para pensar, imaginar y crear respuestas y soluciones. Esta tendencia la observamos en los niños, quienes viven en constante actividad creativa, curioseando, imaginando y preguntando sin cesar, pero esta actitud molesta a los adultos, quienes reprimen su iniciativa e ingenio. De esta forma los niños pierden lo mejor de sí, la espontaneidad y la creatividad y quedan condenados a ser mediocres, sumisos y rutinarios, presas fáciles para las dictaduras y para todas formas de explotación.
En realidad, la educación es un proceso represivo que se inicia en la infancia, comienza en la familia y continúa en la escuela y en la sociedad. Se trata de un proceso básicamente inconsciente. Cada generación es programada para reprimir a la siguiente generación. Nuestros abuelos reprimieron a nuestros padres, nuestros padres nos reprimieron y nosotros reprimimos a nuestros hijos. Es un proceso interminable que se inició hace millones de años.
Es fundamental que los padres y educadores se liberen de estas programaciones fatales y eduquen para la libertad.
El noventa por ciento de los mensajes provenientes de los padres y de la sociedad son represivos de alguna forma. Esto explica la cantidad de temores, complejos, dudas, inseguridad… que agobian nuestro espíritu. Nadie nace con temores o complejos. Estos son aprendidos debido a errores cometidos en el proceso educativo.
El cerebro humano está programado genéticamente para buscar la verdad, la libertad, la felicidad… pero está condicionado por el temor y por la ignorancia.
El temor y la ignorancia son las formas más poderosas de control. Por esta razón la humanidad ha sido analfabeta hasta hace unos siglos. A los esclavos se les prohibía aprender a leer, porque la lectura proporciona ideas, las ideas desarrollan la inteligencia y la conciencia y conducen a la libertad.
Hoy, como siempre, los sistemas educativos del mundo son represivos. La educación está diseñada para formar individuos que encajen en el sistema social y laboral establecido, piezas del gran robot social y económico. Se trata de una educación intelectualista y pragmática que no tiene en cuenta los sentimientos de las personas ni el desarrollo de la conciencia, de la creatividad, de la libertad ni de los valores morales y espirituales, por lo que es una forma de engaño que convierte a las personas en seres mutilados a nivel intelectual, moral, afectivo, social y espiritual.
¿Cómo recuperar la capacidad de pensar, imaginar, crear respuestas, la libertad, la felicidad y alegría de vivir que nos robaron en la infancia?
La solución está en reprogramar la mente y desarrollar nuevos hábitos.
Existen técnicas eficaces, como la programación neurolingüística, para producir cambios a nivel de ideas, creencias, hábitos y conductas.
El código utilizado por el cerebro es verbal. Todos los procesos mentales se realizan a través de un pensamiento interno consciente e inconsciente, en el que el lenguaje es el protagonista. Los seres humanos pensamos, imaginamos, soñamos y creamos en base a lenguaje.
El lenguaje condiciona la mente y nos modela poco a poco, de forma lenta pero profunda; de aquí la importancia de cultivar un lenguaje positivo y de activarlo a través de la buena lectura.
«Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras, porque se volverán acciones.
Cuida tus acciones, porque se volverán costumbres.
Cuida tus costumbres, porque formarán tu carácter.
Cuida tu carácter, porque forjará tu destino» Gandhi
«La información es el combustible que utilizamos para que nuestra mente funcione correctamente. Niégale a un individuo la información que necesita para emitir un juicio acertado y será incapaz de hacerlo»
Los gobiernos autoritarios y las sectas destructivas son conscientes del poder que tiene la palabra y la información, por esta razón les niegan a sus adeptos la información veraz y destruyen su capacidad crítica.
El control de la información tiene un impacto devastador. Convierte a las personas en zombis.
Ahora bien, la simple información sirve de poco si no se convierte en conocimiento, es decir, en una visión amplia y profunda de la realidad, con sus causas y efectos que nos ayude a sacar conclusiones para posicionarnos en la vida. Pero, además, necesitamos convertir en sabiduría, la información y el conocimiento. La gente tiene algo de información, poco conocimiento y escasa sabiduría, por lo cual, son esclavas de sus propios defectos y de las presiones de la sociedad.
Cuando comprendas que la lectura es el camino que conduce al conocimiento y el conocimiento es el camino que conduce a la libertad, al desarrollo, al éxito y a la felicidad, sólo entonces invertirás tiempo y dinero en buenos libros y disfrutarás del placer de la lectura.