El estudio es un proceso muy complejo que supone la participación activa y simultánea de numerosas capacidades, tales como: Velocidad, ritmo, control mental, percepción, atención, concentración, lectura, comprensión, análisis, razonamiento, memoria, creatividad, decisión, expresión oral y expresión escrita. Cualquier falla en alguna de estas capacidades dificulta el aprendizaje; por esa razón, me aboqué a la creación de los ejercicios y dinámicas necesarios para el desarrollo y funcionamiento eficaz de cada una de estas capacidades, con el fin de convertir el estudio en una actividad fácil, agradable, dinámica y eficaz.
En pocos años logramos todos estos objetivos. El método adquirió personalidad propia. Era un método de estudio original, agradable y efectivo; sin embargo, no me sentía satisfecho. El método era perfecto, desde el punto de vista técnico, pero le faltaba un toque humano. La experiencia indica que, el aprendizaje depende mucho de factores emocionales y motivadores. Lo que se ama, lo que se necesita y lo que se desea, se aprende en forma fácil y rápida.