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Editorial - 1128

 


Defiende tu espacio físico y mental

La Ley de Competencia preside la vida. Compiten las plantas por la luz, por el espacio y por los nutrientes. Compiten los animales y compiten los hombres por la tierra, por las riquezas, por el poder.

La competencia es un mecanismo de selección natural que garantiza la supervivencia de los más capaces y el sometimiento o eliminación de los más débiles.

 

El ser humano es conquistador, invasor y depredador, por naturaleza. En el fondo, seguimos siendo instintivos, egoístas y salvajes, como nuestros ancestros prehistóricos. Lo único que nos diferencia de ellos es que tenemos un poco más de inteligencia y de control mental, pero nuestra capa de "civilización" es muy débil y puede quebrarse en cualquier momento. Por esta razón observamos todos los días hechos de guerra, muerte y destrucción.

 

Por suerte, existen pactos internacionales de respeto a las fronteras de cada país; sin enbargo, con frecuencia, los países grandes invaden y fagocitan a los estados pequeños, por lo que, cada país debe hacerse respetar y defender su espacio y soberanía nacional.

 

A nivel personal, existe un código de derechos humanos, reconocido por todos los países; sin embargo, estos derechos son pisoteados todos los días.

Como ya hemos indicado, no debemos olvidar que seguimos siendo salvajes y que necesitamos controlar nuestros propios impulsos, y, además, proteger nuestro espacio físico y mental.

 

La sociedad ya está organizada y la riqueza y el poder están repartidos, de modo que, si quieres ser libre y feliz, debes fabricar tus oportunidades y construir tu espacio físico y mental. Para ello cuentas con la inteligencia y la imaginación. Cuídalas porque son tus únicas herramientas para crear tu propia realidad; de lo contrario, deberás trabajar para otros, vivir vidas de otros y renunciar a tus sueños de progreso y felicidad.

 

En otras épocas se invadían y conquistaban los espacios físicos. Las invasiones de hoy son más sofisticadas, se trata de invasiones ideológicas, comerciales, etc. a través de las cuales se imponen ideas, modas, costumbres, estilos de vida y necesidades creadas; muchas de las cuales tienen poco que ver con las necesidades reales de las personas.

Estas invasiones se realizan de forma solapada a través de las redes sociales, utilizando estrategias avanzadas de sugestión, de modo que, las personas no tienen conciencia de que se mueven como marionetas al ritmo que marca la sociedad.

 

La mejor forma de defenderse de microbios y bacterias consiste en tener las defensas altas. De forma similar, la mejor forma y la única forma de defender nuestro espacio físico y mental, consiste en funcionar a alto nivel cognitivo, emocional, social, moral y espiritual. Sobre todo, si tenemos en cuenta que nuestros verdaderos enemigos no están fuera sino dentro de nosotros. Sus nombres son: Ignorancia, temor, egoísmo, pereza,  irresponsabilidad, libertinaje, etc. Si logras controlar a estos enemigos internos, no habrá enemigo externo que pueda hacerte daño.

 

Ahora bien, debes estar muy atento, porque tus enemigos internos son astutos. Saben disfrazarse de muchas formas para confundir, saben sobornar y son muy tenaces, pero tú eres más poderoso, porque llevas dentro de ti la fuerza vital de la naturaleza que te impulsa a crecer.

 

Tambien debes ser sagaz para defender tu espacio físico y mental ante los demás, pues, si te descuidas, las personas que te rodean irán ocupando tu espacio, hasta reducirte a la mínima expresión. Las personas tienen miedo a ser superadas, por lo cual, tratan de imponerse a los demás. Es cuestión de supervivencia.

 

Todos los seres humanos tienen un punto débil, puede ser la avaricia, el vicio del juego, la soberbia, la ira, la pereza, el temor, la ignorancia, la imprudencia, la corrupción, la infidelidad, etc. Cualquiera de estos defectos puede llevar a la ruina. 


Es importante estar conscientes de que todos tenemos pies de barro que pueden quebrarse en cualquier momento. Vemos a diario cómo se hunden países, gobiernos, empresas y personas, porque carecen de consistencia. También vemos, con sorpresa, cómo personas, aparentemente honestas y responsables, sucumben a la corrupción. Sin duda, tenían los pies de barro.

 

Es importante reflexionar la siguiente idea: Nadie nos quita nada, y, lo que perdemos es porque no lo merecemos. No lo merecemos, porque no sabemos defenderlo. Conociendo como es la vida y cómo son las personas, es deber de cada uno aprender a defender su espacio físico y su espacio mental. 

Los enemigos no está en china, están muy cerca y pueden ser amigos y familiares, por lo que es importante analizar el lenguaje, las actitudes y la expresión corporal de las personas con las que convivimos y nos relacionamos para saber a qué atenernos, pues, la ingenuidad se paga muy cara.

En consecuencia: Defiende tus ideas, tus sentimientos y tus valores. Defiende tu matrimonio, tu familia y tu trabajo, porque la envidia existe y actúa de muchas formas. Defiende aquello que amas, lo que crees, tus sueños,...No se trata de imponerte a nadie, se trata de no dejarte contaminar. Debes estar abierto a lo bueno de todas las personas y ser inmune a toda influencia negativa.

 

Tal vez eres una persona valiente y te has enfrentado al mundo. Ahora ya sabes cuáles son tus verdaderos enemigos y sabes cuál es tu lucha.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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