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Editorial - 1125

 


Conéctate con la naturaleza

 

La palabra "madre" tiene mucha resonancia emocional, despierta en nosostros los mejores sentimientos e inunda nuestro espíritu de paz y de alegría. Sin duda, la mejor experiencia de nuestra vida ha sido la infancia unida a nuestra madre. Se trata de una experiencia entrañable, vivida casi de forma inconsciente, de la que tomamos conciencia a medida que pasan los años. Nuestra madre fue como nuestro dios, veló por nosotros, nos cuidó y nos enseño a vivir.

 

La Tierra es también la madre de todos, y, es importante tener presente que nuestra madre Tierra tiene vida y es ella quien nos proporciona el alimento, el agua, el aire y todos los elementos necesarios para la vida.
En todas las culturas antiguas existía un respeto sagrado por la Tierra a la que llamaban "Madre Tierra"
Realizaban ceremonias en torno a la agricultura como expresión de respeto y agradecimiento a la Madre Tierra, las cuales constituían parte de su espiritualidad y una forma de identificarse con el lugar que habitaban.

 

Su modo de vida se basaba en una comunión permanente con la tierra, en el equilibrio, el respeto, la armonía y la convivencia con la naturaleza. Eran personas telúricas, formaban parte de la naturaleza y participaban de su ciclo vital. Pero las cosas han cambiado, y, el "progreso" la automatización y la pérdida de conciencia y de sensibilidad humana, nos ha convertido en depredadores de la naturaleza. La Madre Tierra está en peligro y hace un llamado a sus hijos para que restauren el orden y la armonía.

 

La Tierra es la casa de todos y es importante que nuestra casa sea un lugar habitable y agradable, para lo cual, necesitamos tomar conciencia, y, nada mejor que regresar a la naturaleza y sentirla como parte de nosotros. Necesitamos despertar el sentimiento de la naturaleza y admirar el milagro de la vida en todas sus manifestaciones (plantas, animales, ríos, montañas, amaneceres,...)

 

Observa la naturaleza, siente su ritmo vital, experimenta los cambios de clima, las estaciones, el paisaje...
La naturaleza tiene ritmo y armonía, no tiene prisa, las cosas tienen un proceso natural y suceden cuando tienen que suceder. ¡Qué distinta es la vida humana! sujeta a una competencia despiadada, a un ritmo trepidante, al estrés y a mil necesidades creadas que nada tienen que ver con nuestras verdaderas necesidades.

 

Una de las características más importante de la naturaleza es la eficacia, siguiendo la Ley del Mínimo Esfuerzo. "A cada día le basta su propio afán"

Los animales cazan cada día. En el caso de los seres humanos ocurre algo paradójico: Hay personas que no prevén absolutamente nada y hay personas que se afanan como si fueran a morir mañana o acumulan dinero como si fueran a vivir eternamente.

 

La Madre Tierra siente y respira, pero sus signos vitales se debilitan. Está enferma por contaminación, víctima de la tala de bosques, del efecto invernadero, de la sobre explotación y de la gran cantidad de desechos tóxicos producidos por el hombre. El problema está en que los seres humanos producimos más basura que la que la tierra puede reciclar. A este ritmo, si no tomamos conciencia, la Tierra se convertirá en un inmenso basurero.

 

Cuento

 

El bosque ardía y todos los animales huían despavoridos, pero un pajarito voló hasta el río, tomó un pequeño buche de agua, regresó a toda velocidad y la vertió sobre las llamas.

 

El elefante le gritó: "Huye pajarito que el bosque se quema"


_ ¿Cómo puedo dejar que se queme sin hacer nada? El bosque me ha dado todo. Me ha dado casa, comida y me ha protegido.


Mientras los animales huían tratando de salvar su vida, el fuego avanzaba y el pajarito iba y venía, derramando pequeñas gotas de agua.


Al ver la nobleza del pajarito, Dios se compadeció, desató una tormenta y la lluvia apagó el fuego. 

Se trata de un cuento, pero es la realidad de lo que está ocurriendo en la Tierra. La Tierra es un ser vivo. Está dotada de gran vitalidad. Durante millones de años ha proporcionado casa, comida y refugio a millones de especies, pero con la aparición del hombre las cosas han cambiado. El hombre ha quebrantado el equilibrio ecológico y su espíritu depredador, es tal, que está poniendo en riesgo su propia vida y la vida de todos los seres que habitan la Tierra.


Cada año desaparecen miles de especies, como consecuencia de la inconsciencia humana, especialmente de los países más industrializados, lo cuales, cegados por la ambición económica no tienen reparo en destruir la naturaleza y poner en riesgo el futuro de la humanidad.


La Tierra es un ser vivo que palpita y lucha por sobrevivir. Cada año brotan las semillas, florecen las plantas y dan fruto los árboles como una celebración de la fiesta de la vida. Los animales procrean y nacen millones y millones de animales como garantía de la supervivencia de las especies. La vida es un milagro maravilloso, pero el hombre, único animal insensato, se empeña en destruirla.

 

Necesitamos acercarnos a la naturaleza con el espíritu de las antiguas culturas y tratarla con respeto y agradecimiento, y repetirnos las mismas palabras del pajarito:
¿Cómo puedo dejar que se queme sin hacer nada? El bosque me ha dado todo. Me ha dado casa, comida y me ha protegido.

 

Conéctate con la naturaleza y encuentra en ella la sabiduría y la paz que necesitas, es la mejor forma de proteger y agradecer a la Madre Tierra.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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