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Editorial - 1121

 


La espada de Damocles

 

Damocles era un cortesano en el palacio de Dionisio II, el rey que gobernaba Siracusa en el siglo IV a.C. Como muchos otros miembros de la corte, Damocles halagaba constantemente al rey, con la esperanza de que éste le diera una posición de más poder en la corte.

 

Un día Damocles hablaba con el rey, y le dijo lo que envidiaba su posición: " Como hombre de poder y autoridad, rodeado de magnificencia, eres un hombre verdaderamente afortunado"

 

Al escuchar estas palabras, Dionisio no dudó en ofrecerle un trato: "Damocles, dado que esta vida te deslumbra, ¿Te gustaría saborearla por ti mismo durante un día para así juzgar la realidad de tus palabras?

 

Sin dudarlo un instante, Damocles aceptó el trato.

Al día siguiente, Damocles desde primera hora ocupó la posición del rey, mientras Dionisio y el resto de cortesanos lo atendían como si de cualquier otro día se tratase. Llegando el día a su fin, mientras estaba tomando la cena, Damocles miró hacia el techo y vio una espada que pendía de un hilo y apuntaba directamente sobre su cabeza.

 

En ese momento Damocles sufrió un ataque de pánico, ante el cual, Dionisio reaccionó calmándolo.

Damocles preguntó a Dionisio la razón por la cual la espada pendía sobre su cabeza.

El rey le explicó que la espada sobre su cabeza representaba lo que realmente es el poder.

 

Muchas personas ambicionan el poder, pensando que con el poder alcanzarán la riqueza y la felicidad, pero las cosas no son así, pues, para mantener el poder es necesario luchar sin descanso contra muchos competidores. Lo vemos todos los días a nivel político, económico, laboral, social. Ocurre que grandes imperios y grandes empresas quiebran y desparecen, debido a que el poder es efímero y transitorio. Lo más grave es que, por causa de estas ambiciones absurdas, la gente descuida su propio desarrollo, su familia, sus amistades, y se olvida de vivir.

 

La vida de los poderosos, a quien tanto admiramos y envidiamos, es bastante bacía, gira en torno a compromisos que poco tienen que ver con su vida personal y familiar.

 

Esta leyenda se ha transformado con los años en parte de la cultura popular, utilizándose para hacer referencia a la inseguridad presente en todas las personas que poseen un gran poder, así como la fragilidad de su cargo.

 

La espada de Damocles tiene otros muchos significados. Significa que cada una de nuestras debilidades (ignorancia, pobreza, temores, falta de iniciativa, de disciplina, de responsabilidad, etc.) es como una espada de Damocles que pende sobre nosotros y que puede causarnos daño en cualquier momento, por lo que necesitamos fortalecernos en muchos aspectos de la vida. La espada de Damocles no está fuera sino dentro de nosotros. Elimínala antes de que te haga daño.

 

Aparentemente son los ricos y poderosos quienes controlan y manejan el mundo. Digo, aparentemente, porque el mundo está regido por una dinámica, llamada "evolución" que escapa al control de los seres humanos.

La evolución tiene sus propias leyes y su propia dinámica, centrada en el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia; por esta razón, los niños nacen cada día más inteligentes y con más conciencia de sus derechos. Por esta razón es importante tener fe en el futuro y pensar que, a pesar de los absurdos, locuras y barbaridades cometidas por los seres humanos, la humanidad surgirá siempre de sus cenizas como el Ave Fénix.

 

Frente a los poderes establecidos, la tiranía y la corrupción, podemos oponer nuestro poder mental. Al funcionar en positivo adquirimos una súper conciencia que nos ayuda a conocer el verdadero sentido de la vida, de las personas y de las cosas; nos volvemos sabios y tenemos respuestas efectivas para las cosas importantes de la vida, que, al final, es lo que importa..

 

De todo lo dicho concluimos que: Es necesario tomar conciencia de nuestro poder mental y aprender a controlar el pensamiento, los sentimientos, el lenguaje y las decisiones, porque ellos determinan nuestra forma de sentir, de pensar y de actuar. Somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hablamos y lo que hacemos, por lo cual, es fundamental seleccionar los contenidos mentales y de ser congruentes.

 

Hoy, como siempre, penden sobre los países, sobre las familias y sobre las personas, muchas espadas de Damocles. Necesitamos desactivarlas antes de que sea tarde, y, si no somos parte de la solución, entonces somos parte del problema.


 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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