Editoriales

Editorial - 1110

 

 

Diferencias

La naturaleza es un derroche de creatividad que se reparte a manos llenas entre todos los seres que pueblan el universo 

Somos casi 8 mil millones de personas y cada persona es única e irrepetible desde el punto de vista genético y desde otros puntos de vista (temperamento, carácter, inteligencia, etc.)


La ley de Desigualdad distribuye dones de acuerdo a la misión que asigna a cada persona. La distribución es justa y equitativa. Cada persona llega a esta vida con la dotación necesaria para cumplir su misión con eficacia. Para la Ley de Desigualdad todas las misiones son igualmente importantes. Pero la sociedad no piensa lo mismo. La sociedad ha creado sus propios criterios acerca del éxito. Según estos criterios, lo importante es lograr dinero y poder porque con ellos se pueden comprar muchas cosas. 

 

A lo largo de la historia han surgido distintas ideologías que han pretendido imponer la uniformidad a nivel político, económico, religioso, social, cultural, etc. pero han fracasado rotundamente porque van en contra de la ley natural de Desigualdad.


La polaridad es un concepto que los griegos definían como Ley de los Contrarios. Esta ley era considerada como el principio de las cosas, del cual deriva todo lo que existe. Para unos era el calor y el frío; para los pitagóricos era lo par y lo impar; para Empédocles, el amor y la discordia.

Heráclito creía que la lucha de los contrarios era la causa del devenir de todas las cosas.

Platón aplicó la ley de los contrarios al pensamiento, dando origen a la dialéctica, es decir, a una forma de razonamiento según la cual, de dos ideas opuestas (Tesis y Antítesis), se obtiene una idea verdadera llamada Síntesis.

 

La polaridad existe, no sólo en la naturaleza; dentro de cada ser humano luchan dos fuerzas antagónicas. Las fuerzas de desarrollo que impulsan a la expansión de la personalidad y los mecanismos de defensa que tienden a inhibir la personalidad.

Podríamos poner infinitos ejemplos, pero concluyamos diciendo que la existencia de cualquier cosa exige la existencia de su contrario. Esta realidad nos ayuda a entender que la vida y la gente son como son, tienen su lado bueno y su lado malo; que siempre han existido y existirán clases sociales, ricos y pobres, debido a que se impone la Ley de Desigualdad. La desigualdad es el origen del movimiento y de la acción, por tanto, del desarrollo y de la vida. Si no hubiera diferencias de ideas, todos pensaríamos lo mismo, no habría movimiento intelectual, ni creatividad, ni progreso.


De todo lo expuesto podemos concluir que el "Leitmotiv" de la vida y de la historia es la lucha, la competencia. A través de la lucha se desarrollan las personas. A través de la lucha se van logrando los ajustes necesarios para evolucionar y funcionar a niveles superiores. La lucha ha sido y será compañera inseparable del hombre; por tanto, la polaridad (diferencias) es positiva, es un activador que impulsa a la búsqueda de soluciones, pero, como todo en la vida, puede ser un arma de doble filo. El problema no está tanto en las diferencias cuanto en la incapacidad de las personas para encontrar soluciones.

 

Las crisis son señales de alarma. Surgen porque las cosas no funcionan bien y es necesario rectificar, por lo cual, el problema no son las crisis: política, económica, social, matrimonial, etc. sino la incapacidad de los seres humanos para resolverlas.

 

Cada día estamos más inmersos en la globalización. La globalización hace que todos participemos de una "cultura universal común" sin embargo, la globalización social no garantiza la globalización mental. La globalización social se impone desde fuera por razones políticas, económicas o sociales, pero la globalización mental depende de la voluntad de cada persona y exige cambios mentales profundos que sólo son posibles después de muchos años.

 

También necesitamos entender que cada persona percibe las cosas desde su propia perspectiva, por lo que necesitamos ser amplios, comprensivos y tolerantes; lo cual no significa ser débiles ni complacientes con la mentira o con la injusticia.

 

Como las cosas solo tienen sentido dentro de su contexto, necesitamos tener una idea clara de las cosas antes de hablar sobre ellas o de actuar. De aquí la importancia de tener criterios claros sobre los aspectos más importantes de la vida.

Lo primero que necesitamos conocer es nuestro contexto personal. ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Cuál es mi filosofía de la vida, mis actitudes, mis sentimientos, mis reacciones, mis fortalezas, mis debilidades, mis metas, mis posibilidades reales...?

 

También necesitamos conocer los signos de los tiempos; es decir, el contexto económico, político, social, laboral, etc. en el que estamos viviendo. Las cosas cambian y nosotros necesitamos evolucionar para encajar en la vida. Necesitamos desarrollar una mente amplia y universal, abierta a lo distinto, abierta a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las clases sociales. No critiques, no juzgues, no condenes. Ponte en el lugar del otro y comprenderás muchas cosas.

 

 

Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus