Editoriales

Editorial - 1087

 


La felicidad es un derecho y es un deber

 

Existen muchos derechos y deberes: La salud, la felicidad, la libertad, la honestidad...

En la naturaleza todo existe por una razón que nosotros no alcanzamos a entender y todo tiene un propósito que tampoco alcanzamos a entender. Se supone que el ser humano ha sido creador para desarrollar su cuerpo, su inteligencia, su conciencia y para cumplir una misión en la vida que contribuya al progreso y a la evolución de la humanidad.

 

Nadie ha nacido para ser el fin de sí mismo. Somos seres sociales que hemos nacido en una sociedad a la que le debemos la vida, los alimentos, la educación, etc. Sin la sociedad no habríamos nacido, no habríamos sobrevivido y tampoco nos habríamos desarrollado como seres humanos, inteligentes y conscientes, capaces de amar, de triunfar y de ser felices. Ahora nos toca devolver a la sociedad lo que hemos recibido.

 

La ley de correspondencia afirma que cada uno recibe lo que da. La ayuda puedes recibirla de muchas formas. Con frecuencia, la vida premiará tu generosidad trayéndote más dificultades, lo cual, visto desde el punto de vista humano, resulta un castigo; sin embargo, son esas dificultades las que te obligan a superarte y a valer más cada día. Si no fuera por las dificultades que has tenido que superar hoy valdrías muy poco como persona.

 

Elabora una lista de todos los bienes que has recibido. (La vida, la salud, los sentidos que te permiten ver tantas cosas bellas, la inteligencia que te permite conocer el significado de todo; la conciencia para que juzgues entre el bien y el mal, la capacidad de amar, de crear y de ser feliz ¿Qué más necesitas? Lo único que necesitas es aprender a utilizar los bienes recibidos y a disfrutarlos cada día corno si fuera el último de tu vida.

La vida nos ofrece bienes a manos llenas; sin embargo, la mayoría de las personas, en vez de luchar por ellos con inteligencia y constancia, viven quejándose como si la vida tuviera la culpa de su desdicha.

 

El mayor bien de la vida es el desarrollo, porque de él se derivan infinidad de beneficios; pero la vida que nos ha obsequiado todos los bienes que hemos señalado no nos obsequia el desarrollo, ni el éxito, ni la libertad, ni la felicidad, porque el logro de estos bienes es responsabilidad de cada persona.

 

La felicidad nace de dentro. Es producto de un desarrollo integral, de autoestima, de seguridad; de luchar, perder y ganar; de saber que estamos en el camino correcto y que logramos cosas importantes que nos llenan y nos satisfacen; que estamos en paz con la gente y con nosotros mismos; que hemos tenido el privilegio de nacer y ser libres para disponer de nuestra propia vida; que tenemos un mundo maravilloso ante nosotros que nos ofrece infinidad de oportunidades para ser felices.

 

La felicidad depende más de la actitud personal frente a la vida que de las cosas que se tienen y de los acontecimientos. Encontramos personas felices e infelices en todas partes y en todas las circunstancias.


Ser feliz es una decisión personal que está al alcance de todos y depende de la actitud que tomamos ante las cosas.

 

La felicidad es un hábito, es decir, una forma constante de ser, de sentirse, de percibir las cosas, de pensar, de amar, de actuar y de vivir cada momento con fe, ilusión, alegría y esperanza, sin que nada perturbe gravemente nuestro espíritu, a pesar de los fracasos y frustraciones.

 

Existen muchos factores (educación, sociedad,...) que influyen y nos condicionan de muchas formas, pero, por encima de estas circunstancias, somos libres y responsables, y es nuestro deber luchar por conocer la verdad y alcanzar el bien y la felicidad. Esta es nuestra tarea ineludible, pues, como dice el poeta Rilke: "El único viaje auténtico es hacia dentro de cada uno de nosotros y es necesario afrontar y vivir las preguntas ahora, aquí, y en este momento"

 

Todo lo que nos rodea es el escenario en el que nos movemos, pero donde vivimos realmente es en nuestra mente, en nuestro Yo interior. Por esta razón, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar es tu propio Yo.

 

La felicidad es un derecho humano, pues, solo a través de la felicidad los seres humanos se pueden desarrollar plenamente, pueden tener salud mental, pueden alcanzar el éxito e integrarse socialmente.

Por la misma razón, la felicidad es un deber. La felicidad está relacionada con muchos aspectos positivos que son necesarios para que las personas funcionen bien y contribuyan al progreso y al bienestar de la sociedad.

 

Nos hemos acostumbrado a una "cultura" de la violencia, de la guerra, de la muerte, de la corrupción, de la mediocridad,... Necesitamos eliminar estos paradigmas tóxicos que están ganando fuerza en la mente de las personas y en el ámbito social.

 

"La verdadera felicidad es un viaje hacia el encuentro del propio Yo, hacia el lugar de donde un día partimos, hacia la casa del Padre. No se trata de un camino físico, se trata de un camino espiritual en el que se avanza a través de la superación intelectual, afectiva, moral y espiritual"

 

Lo más grande que puedes hacer, y, tal vez, lo único importante que puedes hacer por ti, por tu familia, por tus amigos y por la sociedad es: Ser feliz.

 

 

Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus