Editoriales

Editorial - 1086

 


Memoria y salud mental

 

Los seres humanos hemos evolucionado y tenemos una fachada de personas civilizadas, pero seguimos siendo animales con fuertes impulsos instintivos. Gracias a la evolución tenemos una mente desarrollada, formada por ideas, principios y valores, aprendidos a través de la educación, los cuales nos ayudan a controlar los instintos y a comportarnos de forma civilizada, pero en el fondo de la mente humana existe una parte oscura, animal, instintiva y pasional que puede hacernos malas jugadas.

 

Sabemos que en la mente de cada ser humano se libra una batalla feroz entre los distintos contenidos que habitan en ella (ideas, creencias, sentimientos, valores, ideales, temores, etc.)  
Así como los seres vivos luchan en la naturaleza para sobrevivir e imponerse a los demás, así los instintos y las pasiones luchan por imponerse a los principios y valores adquiridos a través de la educación. En esta lucha sin cuartel las personas se ven obligadas a invertir casi el 70% de su energía mental para controlar los impulsos instintivos y los temores procedentes del inconsciente.

 

Lo ideal es llegar a una situación de equilibrio en la cual la tensión interna se reduzca al mínimo. Esta situación de equilibrio se logra cuando las personas son bien educadas, cuando crecen con buena autoestima, capacidad, valores y criterios; cuando obtienen éxitos suficientes en distintos aspectos de la vida, cuando aprenden a manejar las emociones y las frustraciones y cuando aprenden a pensar en positivo. En este sentido es fundamental aprender a utilizar la imaginación y la memoria para nuestro beneficio, pues, cada vez que imaginamos algo o lo traemos a la memoria, lo fortalecemos.

 

Todos los días aprendemos, maduramos y adquirimos una visión distinta de la vida, lo cual influye en nuestra forma de percibir las cosas, de pensar, de recordar y de reaccionar. Nuestros estados emocionales también influyen en la percepción de las cosas y en la forma de reaccionar.
Nuestra vida es un proceso de transformación constante, a nivel biológico, cognitivo, afectivo, social, moral y espiritual.  En este proceso juega un papel importante la memoria. Podemos traer con frecuencia a la memoria, los contenidos positivos (ideas, sentimientos, proyectos, etc. que queremos convertir en realidad)  con el fin de que adquieran más poder y tomen el control de nuestra mente. Cada vez que pensamos, recordamos o imaginamos algo, se producen nuevas conexiones neuronales, con el ejercicio esas conexiones se consolidan y se vonvierten en un hábito mental que influye en la conducta. En realidad, nuestra vida está determinada por conexiones neuronales que se han consolidado a lo largo de los años.


A través del manejo inteligente de la memoria, podemos cambiar los contenidos mentales y con ello, podemos cambiar la percepción de la vida y la forma de reaccionar, y, en consecuencia, mejorar la salud, la inteligencia, etc.  

 

En el fondo, somos producto de lo que recordamos y de la forma en que lo recordamos. Toda nuestra actividad mental (sentir, pensar y crear) se alimenta de recuerdos. El cerebro está activo constantemente, procesando los contenidos mentales (recuerdos). Lo importante es que, nosotros podemos dirigir la actividad del cerebro, seleccionando los recuerdos positivos. Este poder hace que seamos responsables de nuestros actos.


Podemos observar que hay personas que viven en paz y son felices y exitosas, debido a que controlan la parte instintiva y violenta de su mente y controlan sus ideas, sentimientos y recuerdos; y hay personas que viven angustiadas y atormentadas, debido a que no controlan los impulsos negativos de su mente.

 

Debemos estar conscientes de que, las buenas ideas, los sentimientos nobles, los buenos recuerdos, el lenguaje positivo, las buenas intenciones y las acciones correctas, son medicina y salud para la mente y para el cuerpo, así como las actitudes negativas son veneno que nos destruye de forma lenta pero profunda.

 

Conclusiones:

 

Piensa en soluciones. Sé asertivo. La asertividad no es sólo una actitud mental, es una forma activa de vivir, de esforzarse, de capacitarse y de resolver las cosas.

 

Toda acción genera una reacción. Cada día recibimos numerosos estímulos negativos procedentes de la sociedad y de nuestra propia memoria; y, por ley de Acción y Reacción, lo natural es que reaccionemos de forma negativa, con lo cual entramos en un juego peligroso, y, si nos descuidamos, llegaremos a ser parte de la violencia que afecta a la sociedad.

 

Lo que más nos afecta no son los estímulos que recibimos ni  las cosas que nos ocurren, sino la forma en que reaccionamos. Los seres humanos somos inteligentes y podemos manejar las situaciones, podemos pensar antes de actuar, y podemos controlar las emociones. Por esta razón somos responsables.

 

Para tener control sobre nuestra vida, necesitamos adquirir una visión positiva de las personas y controlar el diálogo interno. Si nos dejamos llevar por el egoísmo, la envidia, el resentimiento, el temor y la angustia, viviremos maquinando la forma de engañar y de hacer daño a los demás, sin darnos cuenta de que los efectos negativos que producimos recaerán en primer lugar sobre nosotros.

 

Existe una contaminación mental, proveniente de la sociedad, pero la mayor contaminación es la que cada persona se causa a sí misma a través de su forma de pensar envidiosa, frustrada, crítica y resentida. Cada vez que las personas piensan de forma negativa, se autosugestionan e incrementan su negatividad. De aquí la importancia de pensar siempre en positivo y de cancelar las conversaciones internas negativas, y también las conversaciones externas, cuando nos sorprendamos hablando mal de la gente o de la vida.

 

A través del manejo inteligente de la memoria podemos cambiar los contenidos mentales y con ello, podemos cambiar la percepción de la vida y la forma de reaccionar.

 

Existe mucha mentira, injusticia y corrupción, pero no somos quienes para juzgar a nadie. Nosotros podríamos estar en el lugar de quienes adversamos, por lo cual, lo mejor es ser magnánimos y comprensivos.

 

"Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras. 
Cuida tus palabras, porque se volverán acciones. 
Cuida tus acciones, porque se volverán costumbre. 
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter. 
Cuida tu carácter, porque forjará tu destino" Gandhi

 

 

Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus