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Editorial - 1077

Necesidades creadas

Son muy pocas las cosas que necesitamos para ser felices. Así lo reconocen las personas que son verdaderamente felices y las personas que, por causa de enfermedad, guerra, cárcel, etc. han tenido una experiencia cercana a la muerte. Estas personas comprenden la inutilidad de tantas cosas que traen de cabeza a las personas (fama, poder, dinero, necesidades creadas, compromisos, preocupaciones, ambiciones, etc.

Cada día se multiplican las necesidades creadas (nuevos carros, nuevas modas, nuevos celulares, nuevas computadoras, etc. etc. y las personas se ven obligadas a trabajar sin descanso para satisfacer un sinfín de compromisos y de necesidades creadas.  Estas necesidades creadas son promovidas por grandes intereses económicos, cuyo principal objetivo es el enriquecimiento.

 

"Hemos construido un sistema que nos empuja a gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para impresionar a gente que no nos importa" Tim Jackson

 

Vivimos en una sociedad mediocre que impone formas de vida que no responden a las verdaderas necesidades de los seres humanos,  por lo cual, es fundamental liberarse de muchos paradigmas sociales y tomar el control de la propia vida. Es indispensable elaborar un proyecto de vida personal y establecer objetivos concretos por los cuales vivir y luchar.

 

Existe un sin fin de necesidades creadas que se imponen a través de propaganda seductora y las personas sucumben a la presión social y al hechizo de las modas...

Para satisfacer tantas necesidades creadas, las personas se ven obligadas a trabajos que sobrepasan su capacidad física y mental, convirtiéndose en víctimas de la hiperactividad, de la prisa y del estrés.

 

La causa fundamental del consumismo es la falta de desarrollo cognitivos, afectivo y espiritual de las personas, que hace que se sientan vacías y traten de llenar con cosas este vacío interno.

 

La vida es más compleja cada día y crece el número de personas que sufren de angustia, frustración e irritabilidad, lo cual les genera una necesidad irresistible de comprar, de forma masiva, objetos superfluos. Esta situación hace que el consumismo tienda a crecer de forma compulsiva, convirtiéndose en un trastorno de la conducta o adicción a las compras.

Este despilfarro trae consecuencias adversas, como el endeudamiento, el cual va acompañado de sentimientos de culpabilidad. Se trata de un círculo vicioso del cual es difícil salir.

 

Las necesidades creadas son una trampa, una tela de araña invisible que es manejada con habilidad por numerosos poderes económicos. Todos hemos caído muchas veces en esta trampa, pero no tenemos conciencia de ello porque existe una mentalidad generalizada de despilfarro.

 

Debido a que existen muchas personas atrapadas en esta tela de araña, llamada consumismo, han surgido grupos de Deudores Anónimos. Se trata de comunidades de hombres y mujeres que comparten su experiencia para resolver su problema común y ayudar a otras personas a recuperarse del endeudamiento compulsivo. El único requisito para ser miembro de Deudores Anónimos es el deseo de dejar de incurrir en deudas sin garantía. 

 

Es muy triste que malgastemos el dinero en cosas superfluas, pero es más triste aún, que malgastemos el tiempo, la energía y la inteligencia, en actividades inútiles, olvidando que la vida es un tiempo corto que se nos da para convertir nuestros sueños en realidad.

 

Necesitamos tomar conciencia del tiempo para vivir de forma consciente, porque, tanto el tiempo como la vida no son más que conciencia de las cosas. Conciencia de las cosas que pasan en el mundo y conciencia de las experiencias que vivimos en nuestro interior. Sin esta conciencia no existe el tiempo ni la vida, lo que equivale a decir que tampoco existimos nosotros, porque la vida no consiste en existir, también existen las piedras. Lo esencial de la vida es la vivencia interna, la conciencia de vivir plenamente, de sentir el propio desarrollo, de convertir los sueños en realidad, de ser libres y felices.