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Editorial 1041

 


Abundancia de felicidad

 

Los seres humanos nacemos diseñados genéticamente para ser inteligentes, libres y felices; pero estas programaciones son sólo unas posibilidades que necesitamos desarrollar a través de una buena educación, de lo contrario quedarán reducidas a simples ilusiones. Las plantas nacen con raíces absorbentes, pero necesitan procesar los nutrientes a través de la fotosíntesis. Las aves nacen con alas, pero necesitan volar para lograr sus alimentos, porque la naturaleza no les pone el alimento en el pico. Los seres humanos nacemos con un cerebro de genio, pero necesitamos leer, estudiar y reflexionar.


La vida es un viaje hacia el encuentro del propio Yo, es decir, hacia la felicidad, hacia el lugar de donde un día partimos, hacia la casa del Padre. No se trata de un camino físico, se trata de un camino espiritual en el que se avanza a través de la superación intelectual, afectiva, moral y espiritual. Pero en nuestra sociedad resulta difícil sintonizar con el propio Yo; sin embargo, ésta es nuestra tarea ineludible, pues, como dice el poeta Rilke: "El único viaje auténtico es hacia dentro de cada uno de nosotros y es necesario afrontar y vivir las preguntas ahora, aquí, y en este momento"
El objeto de la vida es el desarrollo, la libertad y la felicidad, que deben traducirse en calidad de vida y alegría de vivir, pues, al final, esto es lo único que nos llevamos al otro mundo.


Vivimos en una sociedad muy complicada que genera mucho desgaste psicológico y moral, por lo cual, es importante recuperar y fortalecer el Yo interior. El camino es largo, por lo que "No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad" Heráclito.


No busques la felicidad en ninguna parte porque no la encontrarás. Sólo “Cuando estés en paz contigo mismo, la felicidad vendrá a ti” Lao Tsé, filósofo chino IV a C.


Los genes contienen la información necesaria para producir un organismo, para su desarrollo y para su perfecto funcionamiento. Los genes controlan todos los aspectos de la vida de un organismo. Codifican los productos que son responsables de su desarrollo, alimentación, reproducción, etc. Por lo cual, desde el punto de vista biológico, somos el resultado de un código genético y de las influencias del medio ambiente. En este aspecto, todo está determinado y muy poco o nada es lo que podemos hacer. El gen 5-HTTLPR es el responsable de la sensación de felicidad que siente una persona. Este gen tiene mucho que ver con nuestra actitud ante la vida, y, por tanto, con nuestra felicidad o infelicidad. Así lo afirman los autores del artículo publicado en la revista Journal of Human Genetics, advirtiendo también que no es sólo un gen lo que determina que uno se sienta satisfecho de su vida.

De lo dicho podemos concluir que, la felicidad, el optimismo y la alegría de vivir, tienen un alto componente biológico; pero esto no es suficiente, se necesita una programación mental real y concreta que inunde el cerebro de pensamientos felices y de éxitos importantes. La clave está en acertar en la programación correcta. Esta programación la inician los padres. Un niño que es educado con respeto y con amor, crece sano, espontáneo y sociable; tiene grabado en su mente un sentimiento de bienestar que le envía en forma constante mensajes de seguridad, de autoestima, de alegría y de motivación. El niño tiende a ser optimista, sociable y generoso; sabe ganarse el respeto y el apoyo de las personas, y, en consecuencia, le irá bien en la vida y será feliz.


Si, por el contrario, el niño no recibe suficiente afecto, respeto y valoración; si es criticado, reprimido o maltratado, entonces se graban sentimientos de soledad en el subconsciente, de temor, de impotencia y de angustia. Estos sentimientos hacen que perciba la vida, las personas y los acontecimientos como una amenaza y que tienda a reaccionar de forma defensiva, utilizando mecanismos de defensa.


Los mecanismos de defensa son conductas impulsivas, irracionales y desadaptadas que, lejos de resolver, tienden a complicar las cosas; por lo cual le irá mal y será infeliz.
Sin embargo, los seres humanos tienen el poder de sobreponerse a las adversidades, como lo prueban miles de casos de personas discapacitadas, las cuales, contra todos los pronósticos, han logrado éxitos increíbles. Por lo cual, la felicidad está al alcance de todos. La clave está en saber programar la mente. Al final, la felicidad es un hábito que se puede adquirir. En el fondo, somos más felices de lo que creemos                             

La felicidad nace de dentro, de la autoestima, de la fe, de la ilusión, de la seguridad, de la paz, etc. La felicidad está relacionada con el grado de evolución. A mayor evolución mayor felicidad. Cuando una persona es feliz por dentro, siente una plenitud inmensa y encuentra la felicidad hasta en los mínimos detalles; pero, cuando una persona no es feliz por dentro, se siente vacía, y no existe nada en el mundo que pueda hacerla feliz.


La felicidad es un hábito adquirido que ayuda a ver el lado positivo de las cosas. En general, a todos nos ocurren cosas semejantes y todos tenemos razones para ser felices y para ser infelices. La diferencia está en que, unos cultivan ideas, actitudes y sentimientos positivos y otros cultivan ideas, sentimientos y actitudes negativos. Simplemente se aplica la Ley de Acción y Reacción.


Las actitudes no son conductas circunstanciales, son conductas habituales generadas por las estructuras profundas del subconsciente, que es quien marca las pautas de nuestra vida. Necesitamos aprender a controlar nuestras ideas, sentimientos, lenguaje y decisiones, porque, al final, somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hablamos y lo que hacemos. Nuestras ideas, sentimientos, palabras y acciones nos modelan día a día, de forma lenta pero profunda.


La felicidad, al igual que el amor y la salud, necesita alimentarse todos los días con estímulos positivos, de lo contrario puede debilitarse, y, hasta morir. Como la sociedad genera mucho desgaste y como la incertidumbre es parte de la vida, necesitamos blindar la felicidad, contra todos los imprevistos, aceptando de antemano lo que pueda ocurrir y valorando lo esencial de nuestro ser. La felicidad no existe en ninguna parte, sólo existen en el corazón de cada persona. Donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo. "El reino de los cielos, dentro de vosotros está" Jesús de Nazaret


En realidad, somos más felices de lo que creemos

Muchas personas son más felices que lo que creen. Si sumamos todo lo que somos y tenemos, existen muchas razones para sentirnos felices; pero no nos damos cuenta de lo felices que somos, debido a que nos compararnos con los demás o ambicionamos muchas "cosas" que nos faltan. Solemos darnos cuenta del valor de las cosas cuando las perdemos.

 

Cierra los ojos. 
Piensa que ya nunca volverás a ver. 
Imagina por unos segundos cómo sería tu vida. 
¿Cuánto estarías dispuesto a dar por recuperar tu vista?
Tu vista vale millones.
Imagina cómo sería tu vida si quedaras paralítico.

¿Cuánto darías por poder caminar...?
Tu movilidad vale millones. etc.
Cada uno de tus órganos vale millones.
Tu cerebro vale millones.
Tus estudios valen millones.
Tu familia y tus amigos valen millones.
Tus sueños e ilusiones valen millones.

Observa lo que ocurre a tu alrededor. ¿Qué ves?
Todo cambia sin cesar. Necesitas abrir los ojos y adelantarte al futuro.

Las ideas expuestas pueden servirte de mucho si aprendes a utilizarlas.

Lo cierto es que, el gran drama del mundo es de pobreza física y mental; por lo cual, es importante aprender desde niños a valorar todos los aspectos.

 

"Tú y yo somos más  felices que   millones de personas que no conocen  el significado de vivir alegres con las  cosas  más simples que Dios nos da día a día, con las grandes bendiciones que É nos concede momento a momento.

Tú y yo estamos en este mundo con un propósito muy claro, desarrollarnos, vivir y ser felices.

Reflexiona en lo siguiente y quizás puedas ver tu vida desde otra perspectiva y ser más feliz:

Si te has despertado hoy con más salud que enfermedad, eres más bendito que millones de personas que no van a sobrevivir esta semana.

 

Si nuca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura o los dolores del hambre, entonces eres más bendito que 1000 millones de personas del mundo entero.

Si tienes comida en la nevera, si llevas ropa limpia, si tienes un techo y un lugar seguro donde dormir, eres más bendito que el 75% de las personas.

 

Si no tienes deudas. Si tienes dinero en el banco y en tu cartera, perteneces al 8% de la población próspera. Si tus padres están vivos, eres un privilegiado"

Pero ocurre que los seres humanos no nos damos cuenta del valor de las muchas cosas que tenemos hasta el día en que las perdemos, comenzando por la salud.

 

Todo el mundo sueña con la lotería, para salir de deudas y asegurar un futuro feliz. Ahora imagina que te ha tocado la lotería. Comienzas a planificar tu futuro, a hacer planes y proyectos, pero un día te sientes mal, vas al médico y te informa que tienes un cáncer incurable o una enfermedad terminal. Tu corazón se pone chiquito y la angustia se instala en tu mente y en tu corazón.


Ahora ya sabes que tienes muchas cosas para ser feliz.

En adelante, cada vez que te des cuenta de lo privilegiado que eres, por estar vivo, por tener salud, por tener familia, amigos, trabajo, por tener cada una de las cosas que tienes, desde las más pequeñas hasta las más grandes, agradece a Dios, agradece a tanta gente buena que te ha amado y ayudado a lo largo de tu vida, agradece a tantas personas que producen cosas para que tú puedas satisfacer tus necesidades…

Agradece, agradece y sentirás que el mundo entero es tuyo y que tienes todo lo necesario para ser feliz. Cuando las personas son ricas por dentro se sienten plenas y satisfechas y es muy poco lo que necesitan para ser felices, pero, cuando son pobres por dentro, todas las cosas del mundo no son suficientes para llenar su vacío interior.


La Ley del Desapego nos enseña que estamos de paso en esta vida y que lo único importante es lo que somos por dentro (conocimientos, autoestima, valores, felicidad, buenos recuerdos...) lo cual nos acompaña siempre y podemos llevar con nosotros a donde quiera que vayamos. Lo demás es circunstancial y va quedando en el camino a medida que avanzamos en la vida.

 

El hecho de vivir es maravilloso, pero los seres humanos tenemos poca conciencia de ello. No hay que apegarse a la vida, pero hay que vivirla intensamente y tratar de realizar proyectos y sueños que dejen huella de nuestro paso por esta tierra.


 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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