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Editorial 1026

 


Controla todas las variantes de tu vida

 

Las tres cosas más complejas que existen en este mundo son: El cosmos, el código genético y el cerebro humano. De estas tres cosas, la que más nos interesa es el cerebro, pues, es el órgano que controla nuestra vida y determina nuestro destino.

 

El sistema nervioso autónomo o vegetativo es independiente de la voluntad humana. Su función es regir los procesos biológicos; mientras que, el sistema nervioso central depende de la voluntad de cada persona, de la educación recibida, de cómo ha sido programada.
El sistema nervioso central actúa de acuerdo a las ideas, creencias, valores y deseos de cada persona, de modo que, cada persona es protagonista de su vida; sin embargo, existen numerosos factores que influyen de forma poderosa y pueden dar al traste con nuestros proyectos.

 

En el fondo, todas las personas quieren ser inteligentes, buenas, exitosas y felices, pero la realidad es otra. Las personas adquieren muchas deudas con la vida desde niños, en forma de ignorancia, temor y culpas. Hay personas que quedan hipotecadas para el resto de su vida, a nivel económico, intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, debido a una educación deficiente. En adelante, estas personas deberán enfrentar la vida con con un escaso bagaje económico, intelectual y afectivo, lo cual les condena a ser pobres y mediocres en todos los aspectos.

 

En vista de lo expuesto, es importante que cada persona tome nota y se esfuerce en saldar cuanto antes sus deudas con la vida; de lo contrario, las hipotecas contraídas le impedirán levantar cabeza.

 

La naturaleza es muy generosa. Nos ha obsequiado infinidad de bienes. Nos ha dado la vida, un cuerpo sano y maravilloso, una inteligencia brillante, el libre albedrío para decidir lo que queramos, capacidad para aprender, amar, crear y disfrutar de tantas cosas maravillosas que tiene la vida. También nos da la oportunidad de rectificar en el momento que así lo decidamos.

 

La naturaleza no se queja ni reclama, sólo deja que se cumplan las leyes naturales.

 

La ignorancia, el subdesarrollo, la angustia, el estrés e infinidad de enfermedades psicosomáticas son la consecuencia de las deudas contraídas.

A través de estas realidades, la naturaleza advierte, informa e invita a rectificar. Invita a pagar las deudas contraídas. La única forma de pagar las deudas contraídas consiste en desarrollar la inteligencia, fortalecer la autoestima, responsabilizarse de sí mismo, aprender a convivir con los demás, ser más productivo en todos los aspectos, vivir en paz, ser feliz y compartir los bienes que la naturaleza nos ha obsequiado.

 

La prisa, la angustia y el estrés son tiranos que gobiernan la vida de las personas. Se suponía que el progreso nos traería una vida más tranquila, de menos trabajo y de más ocio, de más tiempo libre para leer, pasear, relacionarnos y vivir; pero las cosas han resultado al revés. La dinámica de las empresas, hambrientas de dinero, somete a las personas a un ritmo frenético que genera excesivo desgaste físico, afectivo, moral y espiritual.

 

¡Qué distintas serían las cosas si nos hubieran educado para la libertad, para la creatividad y para la excelencia! Entonces la sociedad estaría formada por personas creativas, emprendedoras, productivas y exitosas, y la ignorancia y la pobreza serían sólo recuerdos de tiempos pasados. Pero la realidad es otra. Nos dieron un pez, pero no nos enseñaron a pescar. Somos una sociedad mediocre y problemática, caracterizada por el relajo moral y la falta de conciencia y de responsabilidad, lo cual afecta a la convivencia y al desarrollo. Necesitamos comenzar por controlar nuestra vida. Quienes no saben controlar su propia vida, no pueden controlar nada.

 

¿Qué cosas debemos controlar?

 

En primer lugar, los instintos y la tendencia al libertinaje.

Nuestros verdaderos enemigos están dentro de nosotros. Sus nombres son ignorancia, egoísmo, temor y pereza. Si logramos controlarlos, entonces, y, sólo entonces, seremos dueños de nuestra vida, y, sólo entonces, podremos controlar a las personas y situaciones que atentan contra nuestros derechos.

 

El tiempo también es un elemento a controlar. "El dinero va y viene, el tiempo sólo se va"

 

Necesitamos aprender a controlar las emociones, la rabia, la ira y el rencor, porque son autodestructivas y generan conductas desadaptadas y conflictivas.

Los seres humanos tendemos a actuar de forma impulsiva e irreflexiva. La impulsividad expresa descontrol e inmadurez. Significa que la persona se deja manejar por sus instintos primarios y por sentimientos negativos (temor, ira, rabia, angustia...)

 

Necesitamos controlar las frustraciones. La vida es como un juego en el que a veces se pierde y a veces se gana. Con frecuencia, tus sueños, tus ilusiones y tus proyectos se vendrán abajo. Aprende y sigue adelante.

 

Necesitamos controlar la forma de vida y las necesidades. Vivimos en una sociedad que invade el espacio físico y mental de las personas e impone formas de vida y necesidades creadas que no responden a las verdaderas necesidades ni intereses de las personas

 

Necesitamos controlar el presente y el futuro. Las personas y las cosas cambian con rapidez. En los próximos 20 años el mundo cambiará más que en el siglo pasado, lo cual sugiere que hay que adelantarse al fututo; es necesario prever y seleccionar las mejores condiciones y oportunidades para evolucionar.

 

Necesitamos controlar la salud física a través de la correcta alimentación, del suficiente descanso y del ejercicio. Nuestro cuerpo es el vehículo en el que viajamos hacia el futuro y no existen repuestos. Cuídalo, porque la salud es fundamental para ser productivo y feliz.

 

Existen infinidad de variantes, de cosas y detalles que debes controlar desde ahora. Elabora una lista y se consecuente. Muchas personas se auto destruyen física y mentalmente sin darse cuenta de que son la causa de su desgracia.

 

Toma el control de tu economía, de tu trabajo, de tus ideas, de tus sentimientos y de tus decisiones. No puedes delegarlos ni dejarlos en manos de nadie, porque tu eres el único responsable de tu vida. No se trata de ser desconfiado, se trata de ser prudente y previsor para no tener que lamentar.

Conozco infinidad de casos de (empresarios, trabajadores, mujeres divorciadas, etc.) que, del día a la noche, se quedaron en la calle, por no prever y por no controlar todo lo relacionado con su vida. Es importante entender que la vida es cambio e incertidumbre, por tanto, necesitamos tener la capacidad personal para resolver nuestras propias cosas, hoy, mañana y siempre.

 

Recuerda que, los seres humanos nacemos libres y que la dependencia se paga cara.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

 

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