1148 temas de desarrollo personal
La finalidad de estos temas es adquirir informaci¨®n clara y seria sobre aspectos importantes de la vida.
Los criterios claros incrementan la autoestima, la creatividad y la capacidad para tomar decisiones eficaces.
Editorial 1006
Crisis polÃtica
La PolÃtica es la ciencia que se encarga de resolver todo lo relacionado con la convivencia colectiva. Se trata de un conjunto de acciones ordenadas al buen funcionamiento de la sociedad. Esta actividad es realizada por el gobierno, cuyos miembros son elegidos "democráticamente"
Todo grupo (familia, ciudad, paÃs, equipo, empresa,...) necesita de alguien que gobierne, con el fin de evitar la anarquÃa y el caos. Hasta entre los animales existe una polÃtica, una jerarquÃa.
En un principio se imponÃa la voluntad del más poderoso o del más astuto, pero, en la actualidad tienden a imponerse los gobiernos elegidos "democráticamente" sin embargo, como los que gobiernas son seres humanos con muchos defectos, con temores e intereses personales o partidistas, no actúan con con imparcialidad, lo cual genera descontento y crisis.
La mala gestión polÃtica suele estar acompañada de la mala gestión económica y social, lo cual incrementa el temor y el descontento y se desata la lucha por el poder, tanto a nivel interno de cada partido como entre los demás partidos.
En tiempo de crisis surge el temor y la incertidumbre, se incremente la competencia y las personas viven a la defensiva, tratando de imponerse a los demás o destruirlos si fuera necesario.
Surge el odio polÃtico, que no es necesariamente irracional. Es razonable odiar a personas o partidos que amenazan la propia existencia o hacen sufrir.
La gente suele odiar a lo que se opone a su salud, a sus ideas, intereses y bienestar. Entre las cosas odiadas por muchas personas están el capitalismo, el socialismo, el nazismo, el comunismo, el terrorismo y la esclavitud, porque son percibidos como enemigos del bienestar y de la paz.
Nuestros odios y amores son concretos y puntuales. Amamos a aquellos que sintoniza con nuestra forma de pensar y rechazamos y odiamos a quienes se oponen a nuestra forma de pensar, debido a que lo sentimos como una crÃtica a nuestra persona y como una amenaza.
Esta actitud la aplicamos en todos los aspectos de la vida, especialmente cuando se trata de polÃtica, de religión, de clases sociales, etc.Â
A lo largo de la historia las "culturas" más poderosas han sometido a las más débiles, las han explotado, y, con frecuencia, las han aniquilado. Lo mismo ocurre con los partidos polÃticos.
Cada persona se polariza de acuerdo a sus intereses y se generan fanatismos que enfrentan a unos contra otros, dando origen a odios que a veces se eternizan en el tiempo.
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Las crisis polÃticas suelen ser aprovechadas por "aventureros" que saben manejar la psicologÃa de las masas y hacerse con el poder. Una vez enquistados en el poder estimulan los odios de clases y los nacionalismos. Hoy, son muchos los paÃses atrapados en esta dinámica perversa.
Cada dÃa asistimos a espectáculos polÃticos bochornosos, relacionados con la mentira, el fraude, la corrupción, la violación de los derechos humanos, etc.
Esta ha sido, es y será la historia polÃtica de la sociedad. Quienes logran el poder por medios polÃticos, económicos o militares, someten a los demás, generando secuelas de frustración, odio y resentimiento.
En el terreno polÃtico se impone la "psicologÃa de las masas" que conduce al fanatismo, a la intolerancia, a la pérdida de la capacidad crÃtica, de la lógica y del sentido común.
Las personas intolerantes justifican su actitud y sus acciones, porque necesitan protegerse a sà mismas, a su familia y a su paÃs de lo que perciben como una amenaza, y acostumbran a negar hasta los hechos más objetivos.
Las personas intolerantes son fanáticas y no atienden a razones, porque viven encerradas en su castillo mental, ajenas a la realidad. De aquà la importancia de aprender a manejar el diálogo y la diplomacia para evitar herir los sentimientos de los demás.
Es importante convencer por medio del razonamiento y de la verdad, pero es más importante persuadir a través del respeto y del afecto.
Suele decirse que la soberanÃa de un paÃs reside en el pueblo, el cual decide su futuro a través de del voto; sin embargo, la mayorÃa de las personas carece de capacidad crÃtica y se deja manipular emocionalmente por polÃticos hábiles, que utilizan ideologÃas que tienen poco que ver con las verdaderas necesidades de las personas, pero son de gran efecto, porque tienen el poder de exaltar los fanatismos.
De esta forma se polariza la sociedad y surgen los fanatismos, racismos, nacionalismos y populismos, convertidos en fuentes de conflicto.
Si las personas estuvieran unidas en torno a un proyecto de paÃs, en vez de a proyectos personalistas o partidistas, existirÃan menos crisis polÃticas y sociales
Si hubiera más honestidad, menos corrupción, más justicia, más producción y más educación, existirÃan menos crisis polÃticas.
Por causas de las crisis polÃticas, todo el mundo vive enfrentado, y, asà como una familia dividida va a la ruina, una sociedad dividida camina hacia la ruina.
No podemos cambiar las cosas a ultranza, ni lograr que los demás piensen como nosotros y comulguen con nuestra ideologÃa, solo podemos ser una luz que ilumine el camino hacia la libertad.
La Historia y la polÃtica tienen sus leyes y suceden las cosas porque están dadas las premisas que desencadenan los acontecimientos; de modo que, si quieres influir en los cambios polÃticos ve a la raÃz de los problemas e invierte tu energÃa en mejorar aquellos aspectos que pueden generar los cambios. Y, como siempre se imponen los más hábiles, los más capaces y los más poderosos, la clave está en capacitarse para estar por encima de los demás. Sin embargo, esto no es suficiente en polÃtica, es necesario saber conectar con la sociedad, quien, al final pone y quita gobiernos.
En la realidad actual, lo único que podemos hacer es tener en cuenta lo que nos une y aprender a convivir con respeto y consideración a pesar de las diferencias y entender que las crisis polÃticas seguirán de forma, más o menos intensa, hasta el final de los tiempos, debido a que la Ley de Polaridad o Ley de los Contrarios rige todo en la vida. La clave está en armonizar lo más posible los contrarios.
    Lic. David Angulo de Haro