Editoriales

Editorial 1005

 


Crisis social

 

El origen de las crisis es la ignorancia. Si las personas conocieran los beneficios que se derivan de la verdad y del bien, se esforzarían por aprender, por ser sabias, éticas y espirituales.

 

La ignorancia de la verdad y del bien, hace que no luchemos por superarnos y nos dejemos llevar por la pereza, el egoísmo y las pasiones, y que perdamos el tiempo en cosas superfluas.

 

La ignorancia de las leyes que rigen la mente, la conciencia y la vida, hace que vivamos de forma inconsciente y cometamos infinidad de errores, sin darnos cuenta de que estamos fraguando nuestra propia desgracia.

 

Donde hay lógica, justicia y eficacia no hay crisis, por tanto, las crisis sociales se deben a la falta de lógica, de justicia y de eficacia.

 

En la vida todo sucede como resultado de procesos largos. Ninguna persona, institución o país triunfa o quiebra del día a la noche. El éxito es producto de muchas acciones correctas, tomadas de forma inteligente y oportuna, y el fracaso es el resultado de errores continuados.

 

En momentos de crisis se activan los mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa, son conductas reactivas (instintivas e irracionales) que en época pasadas le sirvieron al hombre para sobre vivir en un mundo hostil. Estas conductas, han sido controladas por medio de la educación, pero, cuando la circunstancias amenazan los valores fundamentales como son la familia, la religión, la patria y la libertad, surge de forma violenta la reacción defensiva y la gente se polariza formando grupos de fuerza para oponerse al "agresor". De esta forma se producen las guerras, los genocidios y toda clase de aberraciones sociales.

 

La globalización está produciendo cambios importantes en las estructuras sociales y en la forma de pensar de la gente. Está borrando todas las fronteras físicas y mentales y creando un solo espacio en el cual todos estamos obligados a convivir, pero, ¿cómo podremos vivir juntos en un mismo espacio físico si no somos capaces de superar el fanatismo, la xenofobia, el racismo y todos los "ismos" ?

 

Con frecuencia las personas no tienen conciencia clara de hacia dónde conduce el camino hasta que las cosas llegan a un punto sin regreso. Lo cierto es que, las personas o países que funcionan mal, evolucionan hacia la crisis, hacia el caos.

Como vivimos en sociedad, todo lo que hacemos, además de repercutir en nosotros también repercute en la sociedad, de aquí la importancia de velar para que todos se superen y tengan éxito y para que cumplan con sus deberes sociales. En cierto modo, los problemas de los demás son nuestros problemas y sus éxitos son nuestros éxitos.

 

Hasta hace poco las crisis sociales eran locales, regionales o nacionales, ahora son universales debido a la globalización, de modo que, lo que ocurre en cualquier lugar puede llevar la crisis a todo el mundo.


Al analizar la historia observamos que las crisis son cíclicas. Se deben al estancamiento en el proceso de evolución. Los países necesitan evolucionar con rapidez, de lo contrario se acumulan problemas y tensiones que terminan por explotar. Las crisis, al igual que el dolor o la fiebre son una señal de alarma. Tienen como función informar de que algo anda mal y es necesario rectificar. A través de las crisis, la naturaleza ayuda a tomar conciencia de la gravedad de la situación. Si no fuera por las crisis que obligan a reaccionar, las personas y la sociedad se autodestruirían sin remedio.

 

Toda crisis es causada por falta de visión y por la pérdida de valores, tales como la disciplina, la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad, el espíritu de superación, etc.

La experiencia indica que, mientras la sociedad funciona de acuerdo a principios y valores correctos, progresa y vive en paz, pero, cuando se debilitan los principios y valores aparece la corrupción, la irresponsabilidad, el egoísmo,... y surgen las crisis; por tanto, la solución a las crisis sociales comienza por la implantación de principios y valores.

Es importante tener presente que todo cambio se inicia en la mente.

 

Ahora bien, los principios y valores no se pueden implantar de la misma forma en que se implantan las leyes, es decir, de forma coercitiva. En el caso de los principios y valores es necesario apelar a la inteligencia, a la conciencia y al uso responsable de la libertad, lo cual supone un trabajo de pedagogía que llegue al corazón de las personas y les ayude a cambiar de actitud.

Esta labor no es fácil, porque existen muchas personas interesadas en que las cosas no cambien, debido a que temen perder estatus y privilegios, o bien, porque viven de la crisis, por eso de que "En río revuelto, ganancia de pescadores"

 

Así como las crisis personales surgen por el fracaso de las personas en su proceso de adaptación y de evolución, las crisis sociales también surgen por el fracaso de la sociedad en la satisfacción de sus necesidades de bienestar y desarrollo. En ambos casos la crisis surge como una señal de alarma que advierte de que las cosas no funcionan.

En realidad, las crisis no son el problema en sí, solo son un SOS que pide rectificación, antes de que el problema llegue a mayores y provoque el caos y la destrucción.


Lo ideal es prever las cosas y tomar medidas antes de que la crisis social tome cuerpo y se vaya de las manos, pues, los problemas sociales tienen una dinámica expansiva, rápida y poderosa; sobre todo cuando los medios de comunicación echan leña al fuego.

 

En los procesos sociales es muy poco lo que puede aportar la mayoría de las personas de forma individual. Al final, es una minoría de personas, la que impulsa los cambios sociales. El resto, la masa social, es mediocre y carece de capacidad y de poder para cambiar las cosas, por lo cual, la reconstrucción de un país es responsabilidad de las personas más evolucionadas; sin embargo, también es importante el aporte de cada persona, sobre todo si trabajan unidas, pues, como dice el eslogan: "El pueblo unido jamás será vencido"

 

La globalización ha generado muchos cambios estructurales que la sociedad no ha sabido asimilar, por esta razón existen crisis profundas en todos los aspectos (político, económico, social, etc.) que generan mucho sufrimiento y frustración.

La solución no está en la reestructuración de programas políticos, económicos y sociales, sino en un cambio de actitud mental, es decir, en una educación proactiva que genere personas sabias, libres, exitosas y felices.

 

Conclusión:

Existen muchas leyes naturales, tales como:

Ley de Competencia.

Ley de los Contrarios.

Ley de Desigualdad.

Ley de Evolución. etc. que nos advierten de que la vida es lucha y que estamos obligados a resolver los problemas de cada día para evitar que se conviertan en crisis.

 

 

Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus