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Editorial 999

 


La vida es un camino hacia lo desconocido

 

Sabemos dónde hemos nacido, pero no sabemos por dónde discurrirá nuestro camino, ni cuándo, ni dónde, ni cómo terminará este camino; por lo cual, la vida humana es una aventura sin retorno. Sin embargo, a pesar de los imponderables, podemos predecir cómo nos irá en la vida, porque, en definitiva, dependemos de nuestra actitud y de nuestras propias decisiones. Dependemos de cómo administremos el libre albedrío, la inteligencia y la conciencia.

 

La existencia humana tiene un valor infinito, pues, es la única oportunidad que nos obsequia la vida para convertir nuestros sueños en realidad.

 

El camino de la vida es complejo. En realidad se trata de varios caminos que tenemos que recorrer a la vez. Se trata de:

 

Un viaje físico y temporal.

Se refiere al vivir de cada día y de las acciones físicas que tenemos que realizar. Este camino puede durar 50, 80 ó 100 años. Es un tiempo corto, pero suficiente para lograr el objetivo fundamental de la vida, que es aprender, crecer y ser felices.

 

En este viaje hacia el futuro contamos con un vehículo que nos va a llevar hasta el final: El cuerpo.

Es un vehículo único y sin repuestos, por lo cual, debemos cuidarlo para que funcione siempre bien y nos lleve hasta lo más lejos posible. Además el cuerpo nos proporciona, a través del metabolismo de los alimentos, la energía que necesitamos, para lograr todos los objetivos. De aquí la importancia de una buena alimentación, ejercicio y suficiente descanso.

 

Un viaje intelectual.

Hemos venido a esta vida para aprender, para ser inteligentes y sabios. Para comprender el significado de las cosas y utilizarlas en beneficio de nuestro desarrollo. El conocimiento es fundamental para desarrollar una conciencia ilustrada, conocedora del bien y del mal, y para evolucionar

 

Un viaje afectivo.

Básicamente hemos nacido para amar y ser felices. Todo lo demás está subordinado a esta finalidad. Desgraciadamente estamos abocados al trabajo para ganar dinero y sobrevivir, debido a un mal enfoque de la vida que hace que nos olvidamos de vivir.

Este error lo pagamos muy caro en forma de vacío y frustración.

 

Un viaje moral.

Los valores, junto con el desarrollo de la inteligencia, constituyen la roca firme sobre la que se asienta la vida y la evolución. Los valores nutren e iluminan la conciencias y se convierten en fuerzas internas que sirven para controlar los instintos, y, de esta forma, vivir en paz y en armonía, tanto a nivel personal como familiar y social.

 

Cuando se debilitan los valores, se se activa la parte salvaje de las personas, se desbordan los instintos, se impone el egoísmo, el odio, la corrupción y la violencia y rige la ley de la selva.
Todas las crisis, personales y sociales, se deben a la falta de evolución; es decir, a la falta de desarrollo intelectual y moral. "Moral y luces son nuestras primeras necesidades" Simón Bolívar.

 

Un viaje espiritual.

Este viaje hace referencia a lo espiritual, a lo transcendente. "Señor nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" Son palabras de Agustín de Tagaste (Nació en el año 354 en Tagaste, norte de África.

Su padre era pagano y su madre cristiana, quien le enseño los principios de la religión cristiana, pero Agustín se olvidó de la educación recibida y se dejó llevar por la vida licenciosa y de placer, hasta el punto que más tarde diría de sí mismo "Soy el hijo de las lágrimas de mi madre" por lo mucho que le hizo sufrir.

 

A pesar de su vida de placeres no era feliz, por lo que buscó el sentido de la vida en otras doctrinas de la época.

Era tan brillante que a los 19 años llegó a ser orador imperial en Milán.

Un día entró en la catedral de Milán y escuchó las palabras del obispo San Ambrosio y quedó impresionado. Más tarde se convirtió al cristianismo y llegó a ser el máximo pensador del cristianismo en el primer milenio. Escribió más de 100 volúmenes.

Hoy lo conocemos como San Agustín y a su madre como Santa Mónica.

 

"Señor nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" Esta frase narra la vivencia personal de su viaje espiritual en busca del sentido de la vida, en busca de trascendencia, en busca de Dios.

 

"Busco, yo no sé que busco,

creo que es un rostro que una vez perdí.

Siento, siento una nostalgia

de algo que me falta desde que nací"

 

En medio de la confusión en que vivimos, todos, sin excepción, estamos buscando el camino hacia el encuentro de nuestro propio Yo. Unos lo hacen de forma consciente y otros por instinto, pero la plegaria profunda de todos los seres humanos, al igual que Agustín de Tagaste, es la misma.

"Busco, yo no sé que busco, 
creo que es un rostro que una vez perdí. 
Siento, siento una nostalgia 
de algo que me falta desde que nací" 

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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