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Editorial 985

 


Todos somo responsables

En algún lugar del universo debe existir alguien que haga justicia. Para la mayoría de las personas, este ser es Dios.
El mundo no se entendería si no existiera justicia, pero, como los seres humanos tenemos un cerebro diminuto, no podemos entender el problema de la justicia en este mundo en el que se impone el abuso, la crueldad, la explotación, etc. etc. Sin embargo, podemos estar seguros de que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones se vuelven hacia nosostros y nos producen lo que merecemos en atención a la bondad o maldad de los mismos. "La vida es como un espejo, nos devuelve nuestra propia imagen" La Ley de Acción y Reacción confirma esta verdad.

 

El mayor problema de los seres humanos es que somos ignorantes e inconscientes. Vivimos eludiendo nuestras responsabilidades. Esta situación, es natural, si tenemos en cuenta que la tendencia natural de los seres humanos es la búsqueda del placer y el libertinaje; sin embargo, todos tenemos experiencia de las consecuencias negativas que acarrea la falta de responsabilidad, y, a pesar de ello, no aprendemos la lección.

 

Todo ser humano viene a este mundo con una misión: sobrevivir, crecer, aprender y producir cosas, ideas, soluciones, amor...que aporten algo a la sociedad y al proceso de evolución. Nadie ha nacido para ser el fin de sí mismo. Si bien cada persona es un ser "independiente" con derechos propios; lo que es y lo que tiene, lo debe a la sociedad, que le ha traído a esta vida y le ha dado comida, medicinas, lenguaje, conocimientos, etc. En consecuencia, cada ser humano tiene el deber de poner a funcionar lo que ha recibido y retribuirlo a la sociedad para que continúe el proceso de la vida y la evolución.

 

Este deber es conocido como principio de responsabilidad. Fue formulado por primera vez por Hans Jonas, dice así. “Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra” Este principio es un imperativo categórico , es decir, un deber ineludible. El ser humano es libre y puede cumplirlo o no, pero deberá atenerse a las consecuencias.

 

Vivimos en una sociedad mediocre y con valores muy débiles, lo que hace que muchas ideas y conductas humanas sean incorrectas. Cada persona tiene la responsabilidad de ser fiel a sus creencias, principios y valores y dar testimonio de ellos en su vida diaria.

 

Las personas emitimos vibraciones que se irradian influyendo para bien o para mal en las demás personas. Una persona frustrada e infeliz, contamina de energía negativa todo lo cae bajo su radio de acción; mientras que una persona feliz irradia energía positiva que activa lo mejor de las personas. Por esta razón todos los seres humanos tienen el deber de capacitarse, triunfar y ser felices.

 

Como podemos observar se trata de responsabilidades importantes y determinantes del desarrollo, del éxito y de la felicidad. La supervivencia y evolución de la especie humana depende de que cada individuo cumpla con sus responsabilidades.

 

El ser humano es el mayor depredador, el único que puede poner en riesgo la supervivencia de la especie humana, por lo cual, la responsabilidad es un imperativo de la misma naturaleza y obliga a todos a velar por el progreso, la paz y por la conservación de la naturaleza.

 

A los seres humanos se nos educa para sobrevivir como individuos pero no como sociedad. Tenemos una idea de la sociedad como si fuera un ente extraño cuyos problemas tienen que resolverlos los demás. La sociedad somos todos y es necesario que todos rememos para que el barco llegue a feliz término. Mientras no tomemos conciencia de esta realidad, todos pagaremos las consecuencias.

 

Todos somos responsables de los problemas del mundo. "El que esté sin pecado que arroje la primera piedra" Jesús de Nazaret

 

¿Cuáles son nuestras responsabilidades? 
Ser un buen ciudadano , respetuoso de las leyes... 
Ser parte de la soluciones y no de los problemas. 
Ser promotor de la justicia, de paz y de la libertad. 
Defender los derechos de los débiles en la vida cotidiana, para lo cual no es necesario implicarse en problemas ajenos; se trata de hablar con autoridad y crear conciencia en quienes no la tienen.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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