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Editorial 959

 


Cada cosa a su tiempo

Hubo tiempos en   los que la vida de los seres humanos funcionaba al ritmo de la naturaleza. Se acostaban a la puesta del sol y se levantaban al amanecer. Las estaciones marcaban el tiempo de la siembra, el florecer de los campos, la aparición de los frutos y la época de la cosecha. La naturaleza establecía  el ritmo de la vida, pero luego, surgió la industrialización y los poderosos marcaron los ritmos de  la vida de acuerdo a sus intereses económicos. El trabajo se convirtió en fuente de progreso y el tiempo adquirió un valor fundamental. “Time is Money”
A partir de ahí los seres humanos entraron en una competencia sin control por la riqueza y por el poder, se convirtieron en esclavos del trabajo y en víctimas de la angustia y de la prisa.


Como consecuencia de los intereses económicos, cada día se multiplican las necesidades creadas (nuevos carros, nuevas modas, nuevos celulares, nuevas computadoras, etc. etc. y las personas se ven obligadas a trabajar sin descanso para satisfacer un sinfín de compromisos y de necesidades creadas. 


Las ciencias avanzan y las cosas cambian con rapidez, lo que hace  que muchas empresas, incapaces de adaptarse a los nuevos ritmos,desaparezcan, y que mucas personas queden desfasadas y pierdan su trabajo. Este fenómeno genera angustia e incertidumbre. La vida no tiene compasión de quienes no se capacitan. La ley es: “Adaptarse o morir” De aquí la importancia de renovarse constantemente.


Un simple análisis de la sociedad actual nos permite definirla como dispersa, desenfocada,  estresada, falta de criterios y de objetivos definidos, hiperactiva, pero mentalmente lenta y poco eficaz; candidata a numerosas enfermedades como consecuencia de la presión física y mental a que está sometida.


¿Qué hacer?


El problema no está en el progreso acelerado ni en los cambios rápidos, sino en la falta de evolución de las personas. Como el  problema de la sociedad radica en que  es dispersa, hiperactiva y poco eficaz; la solución está en centrarse en objetivos importantes y en ser eficaz en la acción; lo cual exige funcionar bien a nivel (intelectual, afectivo, social, moral y espiritual) pues, todos estos factores constituyen la estructura de la mente y determinan en funcionamiento de la persona.


Vivimos en una sociedad mediocre que impone formas de vida que no responden a las verdaderas necesidades de los seres humanos,  por lo cual, es fundamental liberarse de sus parámetros y tomar el control de la propia vida. Es indispensable elaborar un proyecto de vida personal y establecer objetivos concretos por los que vale la pena luchar.


En la vida todo tiene un proceso que es necesario respetar. La prisa, la angustia y el estrés interfieren en el orden natural de los procesos  biológicos y mentales, suponen un gasto inmenso de energía e inhiben la inteligencia y la creatividad, por lo que son grandes enemigos de la salud física y mental, del progreso y de la eficacia. De aquí la importancia de encontrar el ritmo adecuado y de hacer cada cosa en su debido momento. Como dice el refrán popular: “No por levantarse antes amanece  más temprano”

 

Los seres humanos nacemos para ser libres y para trabajar en un proyecto personal, acorde con nuestras necesidades, intereses y ritmo de vida; pero la realidad es otra. La mayoría de las personas no han sido educadas para la libertad y para el emprendimiento, sino para la sumisión. Su espíritu sumiso  les lleva a entregar  su libertad a una empresa  por un sueldo de simple supervivencia.  

La competencia y el temor a perder el trabajo ejercen una presión devastadora.


La hiperactividad  y el estrés se han instalado en la vida de las personas, debido a que se ven desbordadas por responsabildiades y trabajos que sobrepasan su capacidad física y mental. La hiperactividad, la prisa y el estrés son señales de alarma que indican que las personas funcionan mal y necesitan rectificar.


Existen más de dos mil enfermedades laborales como consecuencia de la desadaptación de las personas a la dinámica de las empresas y de la vida, lo cual genera angustia y estrés. Nuestro cuerpo y nuestro cerebro son resistentes y nobles y soportan mucha presión, pero llega el momento en que su resistencia se quiebra.


Cómo hacer cada cosa en su momento y vivir con salud, plenitud y felicidad.


Para ser libre por fuera antes hay que ser libre por dentro, lo que significa que, necesitamos reaccionar y superar la ignorancia, los temores y el espíritu de sometimiento  que son nuestros verdaderos enemigos. Cuando seas libre por dentro nadie podrá someterte. Serás dueño de tu vida y de tus decisiones. Serás eficaz en la acción y podrás manejar tu vida a tu propio  ritmo, sin prisa y sin angustia.


La clave para liberarse de la presión social y hacer cada cosa en su momento consiste en desarrollar fluidez mental, en liberarse de muchos parámetros sociales y en capacitarse para estar a la altura de las circunstancias. Cuando seas libre por dentro nadie podrá someterte.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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