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Editorial 952

 


Alinea tu mente y tu cuerpo

En la naturaleza todo tiene un ritmo: El átomo, las olas, el crecimiento de los seres, el cerebro, el corazón. Este ritmo es natural y sincronizado; hace que la energía fluya sin esfuerzo y alcance en forma eficaz su objetivo.


El ritmo es el ingrediente fundamental de los buenos hábitos. La eficacia de los buenos hábitos radica en que, al eliminar los movimientos inútiles, la acción adquiere ritmo, velocidad y control; lo cual supone ahorro de tiempo y de energía.


El ritmo determina la calidad de las creaciones humanas. La calidad del baile, de la música, de la pintura, de la escultura, de la arquitectura, de la oratoria, de la escritura, del deporte, etc. esta determinada fundamentalmente por el ritmo de sus movimientos, de sus líneas y de sus formas. 


La función del ritmo es la eficacia. El ritmo permite estudiar o trabajar durante horas, sin sentir cansancio y más aún, ayuda a disfrutar el placer de la acción.


El ritmo no es una cualidad aislada; es un producto del buen funcionamiento de toda la persona. 


Los peores enemigos del ritmo son el temor, la angustia y la rigidez, mientras que, los mejores aliados son la confianza y el relax.

El buen ritmo es producto de hábitos eficaces. Los hábitos son una forma de economizar energía para invertirla en nuevos proyectos. El desarrollo depende de la adquisición de hábitos eficaces. 

 

Según la Ley del Ritmo, las personas sólo pueden lograr el éxito y la felicidad cuando crean las condiciones necesarias para actuar con eficacia.

 

Por Ley de Jerarquía “Todo ser o cosa está subordinado a todo aquello que es superior en grado evolutivo” de modo que el espíritu rige la materia, la inteligencia al cuerpo, el cerebro a los miembros, etc.

 

También existe la Ley de Armonía, según la cual, todo lo que existe forma parte del universo y todo se relaciona entre sí de alguna forma. Nada ni nadie aislado tiene razón de ser. Cada elemento sólo tiene significado en la medida en que se relaciona con el todo. Todo, según esta ley, coopera ordenadamente al plan natural, cumpliendo el papel correspondiente a su naturaleza y grado evolutivo.

La ley de armonía aplicada al ser humano estriba en la justa cooperación de cada órgano al buen funcionamiento del  cuerpo y  en la correcta sincronización entre la mente y el cuerpo, lo cual se traduce en salud física y en salud mental.

 

En la naturaleza todo se rige por leyes.   Las leyes derivan de la misma naturaleza de las cosas y se imponen porque son necesarias para el correcto funcionamiento. El quebrantamiento de las leyes conduce al caos y a la destrucción, tanto en la naturaleza como en la vida de los seres humanos. Cuando  tenemos éxito y somos felices, se debe a que vivimos de acuerdo a las leyes naturales, psicológicas, morales y espirituales, y, cuando fracasamos, se debe a que estamos quebrantando alguna de estas leyes. De aquí la importancia de conocer las leyes  que rigen la naturaleza, la conciencia, la vida, la economía, etc.  

 

Cómo alinear la mente y el cuerpo

 

El objeto de la vida es el desarrollo y la felicidad, cuyos componentes fundamentales son la salud física y mental. La mente y el cuerpo caminan de la mano, se necesitan  y se influyen mutuamente “Mente sana en cuerpo sano”


El estado de la mente repercute en el cuerpo. Cada día se incrementan los problemas mentales, como consecuencia de la pérdida de valores, de la pérdida del sentido de la vida, de la competencia, etc. El deterioro de la mente trastorna el buen funcionamiento del cuerpo dando origen a numerosas enfermedades de tipo somático. Existen más de 2000 enfermedades de tipo laboral  como consecuencia del estrés ocasionado por la falta de alineación entre la mente y el cuerpo.

 

Para triunfar en la vida necesitamos de una mente saludable que nos guie por el camino correcto y necesitamos de un cuerpo  sano  que funcione de forma correcta y nos proporcione la energía que necesitamos para lograr nuestro objetivos.

La falta de alineación entre la mente y el cuerpo hace que produzcamos poca energía y que gastemos más del 70% de esta energía en controlar angustias y temores y en resolver problemas que nosotros mismos nos creamos, con lo cual, nuestras posibilidades de desarrollo y de éxito quedan muy disminuidas

 

Conclusiones:

Para alinear la mente y el  cuerpo necesitamos: 

1. Desarrollar nuestros poderes mentales y protegernos de muchas enfermedades que afectan a la sociedad, las cuales son contagiosas.

 

2. Desarrollar las defensas mentales a través del desarrollo de conocimientos, criterios y valores, lo cual exige elaborar un plan de superación permanente y ser fiel al mismo, pues la sociedad genera mucho desgaste psíquico, moral y espiritual.

 

3. Cuidar las ideas, palabras, sentimientos, amistades y decisiones, pues ellos nos modelan de forma lenta pero profunda.

 

4. Cuidar el cuerpo, pues es el único vehículo, no renovable, con el que contamos para recorrer el camino de la vida (Ejercítalo y dale alimentación sana y suficiento descanso) El ejercicio, la buena alimentación y el descanso son más importantes que lo que tú crees, pues, de ellos proviene la energía que necesitamos para convertir nuestros sueños en realidad. En la actualidad las personas maltratan su cuerpo de muchas formas.

 

5. Finalmente, vive en paz contigo mismo, con Dios, con la gente y con la naturaleza.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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