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Editorial 939

 


La angustia mata

 

La angustia aparece como una espera inquietante y opresiva por algo grave que puede suceder. La persona vive a la espera del peligro, siente un desasosiego permanente, está dominada por un sentimiento de impotencia y percibe la vida como un peligro constante.


El hombre puede ser angustiado y torturado por recuerdos y remordimientos del pasado y por la incertidumbre del un futuro lleno de peligros.

 

La incertidumbre y la angustia han sido compañeras inseparables de camino a lo largo de toda la historia, pero antes, el ritmo de la vida era más lento y los seres humanos tenían más tiempo para reaccionar y controlar las cosas. En la actualidad el ritmo de la vida se ha acelerado de tal forma que la experiencia de ayer no sirve para hoy y los esfuerzos de hoy no garantizan el mañana. Esta incertidumbre es causa de angustia.

 

Cada día observamos cómo quiebran grandes empresas, cómo grandes países entran en crisis, cómo escasea el trabajo y cómo el dinero no alcanza. Esta situación genera incertidumbre respecto de lo que nos depara el futuro y la angustia se instala en la mente de las personas, generando un caos interno, invisible pero real.


Para controlar este caos, las personas necesitan invertir la mayor parte de sus energías mentales, las cuales deberían invertir en desarrollo y productividad. Este desgaste mental hace que las personas sufran de cansancio continuo, de agotamiento y anemia mental.

 

Todo fluye en un proceso constante de transformación; la fuerza que mantiene activo este proceso es la energía. Todos los fenómenos que ocurren en el mundo a nivel cósmico, corporal y mental se alimentan de energía. La falta de energía física y mental dificulta el desarrollo y la productividad.

 

En la actualidad, muchas personas sufren de fatiga crónica; no tanto por el trabajo en sí, sino por su actitud ante las cosas y por las condiciones estresantes en que viven.

 

Todo en la vida es acumulativo: Los años, el conocimiento, las deudas, el cansancio y la angustia.

Existen más de 2.000 enfermedades laborales; muchas de estas enfermedades son conocidas como enfermedades psicosomáticas originadas por angustia. Como la angustia y el estrés tienden a crecer, también las enfermedades psicosomáticas tienden a incrementarse.


La angustia es un enemigo que causa enfermedades, destruye vidas y mata de forma silenciosa.
En vista de esta situación, necesitamos aprender a drenar las toxinas físicas y mentales, de lo contrario terminaremos por enfermar de todos los males que afligen a la sociedad.

 

La angustia puede llegar por muchas causas (baja autoestima, temores, incapacidad, dependencia, competencia, actitudes negativas, etc.) Lo importante es aprender a vivir en paz consigo mismo y con las personas...

 

La angustia se debe a un sentimiento de incapacidad para enfrentar los peligros. Si me veo rodeado de leones, lo lógico es que entre en pánico, pero si tengo en mis manos una ametralladora, no tendré ningún temor.


La vida es una competencia que entusiasma a las personas capacitadas, porque les brinda una oportunidad para mostrar su valía y triunfar; sin embargo, esta misma competencia angustia a quienes no se sientes capacitadas.


Para evitar la angustia es necesario capacitarse de forma integral (a nivel de conocimientos, experiencia, habilidades, autoestima, etc.) La capacitación integral genera una sensación de seguridad interna que nos protege contra la angustia, los temores y las preocupaciones.

 

El cerebro envía constantemente mensajes de acuerdo a la situación interna de la persona. El cerebro es un continuo fluir de energía y de información que llega a todas las instancias de nuestro ser ( a nivel biológico, psicológico, emocional, etc.)

El cerebro envía mensajes de energía y de salud, cuando el cuerpo funciona bien, debido a que la persona se alimenta, se ejercita y descansa de forma correcta.
El cerebro envía también mensajes de seguridad, motivación y alegría, cuando la persona funciona bien, debido a que tiene buena autoestima, hábitos eficaces, criterios, conocimientos y valores que le garantizan el éxito.

 

La felicidad no es otra cosa que la sensación interna de sentirse bien a nivel biológico, mental y espiritual.

 

Es necesario aceptar que somos nosotros mismos los que creamos la angustia por no aceptar las cosas como son; por aspirar a lo que no podemos o no merecemos, porque no hemos hecho méritos para ello; por compararnos con los demás, por lamentarnos en vez de luchar, por no entender que la vida es solo un lugar de paso en el que debemos cumplir con nuestra misión para sentirnos plenos por dentro, y, de esta forma, ahuyentar los temores que generan la angustia.

 

Es necesaria una higiene mental habitual para liberar la mente de ideas y de sentimientos negativos, pero, sobre todo, se trata de prevenir, para que no sea necesario curar. Se trata de crear las condiciones mentales que favorezcan el buen funcionamiento de la mente y también del cuerpo.


No se trata de luchar contra las tensiones, la angustia o los problemas, porque, más bien se fortalecen. De modo que, la mejor forma de vencer al enemigo, no es luchando contra él, sino, funcionando de tal forma y a tal nivel, que seamos invulnerables a sus ataques.

 

La angustia no es un sentimiento aislado; es el resultado de una programación mental errónea; por lo cual, se trata de rectificar algunas ideas y sentimientos generadores de angustia. Todos los estudios psicológicos pronostican que la enfermedad más generalizada del futuro será la angustia.

 

Si lograr controlar a tus enemigos internos: la ignorancia, los temores, la pereza, la irresponsabilidad, ... entonces, tendrás control sobre tu vida y sobre el mundo que te rodea y no habrá lugar en tu mente para la angustia.

 

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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