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Editorial 935

 


Ley de totalidad

Cada cosa es un todo, dentro de su naturaleza. Una planta es un ser que necesita funcionar como un todo para crecer y sobrevivir.

Una persona es un ser completo que necesita que todos los elementos que la constituyen (cerebro, órganos, ideas, sentimientos,... funcionen de forma correcta y sincronizada, respetando las leyes que rigen la materia, la inteligencia, la mente, la conciencia, etc.

 

De forma similar, la familia, las instituciones y los países son un todo y necesitan funcionar de forma armónica y sincronizada, de lo contrario pierden su razón de ser y terminan por desintegrarse impulsados por la Ley de Entropía que se encarga de sacar de circulación todo lo que no funciona.

 

La Ley de totalidad nos invita a tomar conciencia de que todo lo que hacemos o dejamos de hacer nos marca de muchas formas para siempre. Hoy somos el resultado de todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida. Somos la síntesis de billones de pequeñas ideas, acciones y sentimientos que hemos producido desde el día en que nacimos. Con lo bueno construimos nuestras cualidades y virtudes y con lo malo alimentamos nuestros defectos.

 

Todo lo que hacemos cada día se va acumulando y con ello vamos construyendo nuestro ser. De aquí la importancia de cuidar todos los aspectos que influyen en nuestra vida a nivel de salud física y mental, inteligencia, sentimientos, relaciones, trabajo, economía, valores, espiritualidad, etc.
No se trata de ser perfeccionista, pero sí de hacer bien las cosas, porque, al final, cada uno depende de la calidad de lo que hace.

 

Para que una máquina funcione bien es necesario que todos sus engranajes o circuitos funcionen de forma sincronizada. Una falla en un punto determinado puede paralizar la máquina o detener el proceso.

 

Un pequeño detalle aislado puede no significar nada, pero a veces es el origen de grandes fenómenos. Si has oído hablar del "efecto mariposa", sabrás que un aleteo de mariposa en la China puede generar un huracán en Estados Unidos. Con esto se quiere significar que los pequeños detalles pueden generar grandes cambios, positivos o negativos.

 

La vida es muy compleja y cualquier circunstancia mínima, no controlada a tiempo, puede complicarnos la existencia, por lo cual, es necesario prever, planificar y rectificar errores antes de que crezcan y se nos escapen de las manos.

 

Un simple fósforo puede dar origen a un incendio que acabe con toda una selva o con una ciudad, y una idea revolucionaria puede tomar cuerpo y generar una revolución. Así como una sonrisa, un gesto amable o una palabra oportuna pueden calmar los ánimos de miles de personas.

 

Como la vida fluye con rapidez, no tenemos tiempo para analizar los hechos, las palabras, gestos y actitudes de las personas, por lo cual, es conveniente analizar con tranquilidad los momentos más importantes del día. Se trata de rebobinar los hechos y visualizarlos como en película. Con el tiempo aprenderás a captar muchos detalles que te proporcionarán información importante sobre ti mismo y sobre las personas.

 

Es fundamental elaborar un proyecto de vida. El proyecto de vida ayuda a centrarnos en objetivos importantes por los que vale la pena vivir y luchar. La mayoría de las personas viven atomizadas, ocupadas en mil cosas superfluas que les impiden tener conciencia de lo que ocurre en su mundo interior. Esta dispersión dificulta el crecimiento personal.

 

El proyecto de vida es como un mapa de ruta que nos permite orientarnos y saber dónde nos encontramos. Es importante revisar todos los días el mapa de ruta para no dar pasos en falso y para no desviarnos. Necesitamos estar conscientes y alerta, pues la conciencia tiende a acomodarse fácilmente a cosas inaceptables, debido a que somos propensos al libertinaje y a lo fácil.


Las personas se desvían con frecuencia del camino inicial. Al principio la desviación es pequeña y pasa desapercibida, pero la suma de pequeñas desviaciones acumuladas pueden alejarnos de la meta incial y llevarnos a donde nunca hubiéramos querido.

 

Como la sociedad es mediocre y genera mucho desgaste psicológico, moral y espiritual, es necesario fortalecerse todos los días con lectura de desarrollo personal.

 

Los seres humanos tenemos una capacidad de supervivencia inmensa, gracias a un código genético perfecto que regula las funciones vitales y a un sistema inmunológico poderoso que nos defiende de microbios y bacterias, pero, a la vez, somos frágiles y podemos quebrarnos en cualquier momento como una copa de cristal.

 

La fortaleza mental no llega del día a la noche, es una conquista larga y trabajada, supone tiempo, esfuerzo, entusiasmo y dedicación. No se logra con hechos grandiosos, que no suelen ocurrir, sino con pequeños actos diarios, que sumados hacen grandes cosas. De modo que, cuando veas a una persona con gran fortaleza mental, luchadora y exitosa, no pienses que nació con ese don; sino que, un día decidió luchar y asumió las responsabilidades de su reto y fue consecuente y perseverante. El camino se hace día a día, paso a paso.

 

Elige objetivos importantes por los que vale la pena luchar. Trata de no equivocarte en la elección, como les ocurre a muchas personas, quienes luchan por la riqueza, el poder o la fama y al final sólo les queda vacío y frustración.

 

Cuida todos los aspectos que influyen en tu vida a nivel de salud física y mental, inteligencia, sentimientos, relaciones, trabajo, economía, valores y espiritualidad, porque una falla en alguno de estos aspectos puede dar al traste con tus aspiraciones de éxito, libertad y felicidad.

 

Lucha por aquello que forma parte de ti, por aquello que puedes llevar contigo a donde quiera que vayas y que nadie te puede robar. Conviértelo en reto y te sorprenderás de la fortaleza y de la personalidad que puedes desarrollar y de cómo puede cambiar tu vida.

 

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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