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Editorial 934

 


Los niños y la crisis política, social, ...

 

La crisis que vivimos genera mucha angustia e incertidumbre, debido a que nadie sabe a dónde conduce esta situación y cómo puede afectarnos.
Esta situación hace que se activen las alarmas y que las personas se pongan a la defensiva. Se trata de mecanismos instintivos de supervivencia, que, si bien sirvieron en épocas pasadas para sobrevivir en un mundo hostil, hoy no sirven, pues vivimos en un mundo globalizado en el que todos estamos condenados a vivir en un mismo espacio y a entendernos.

 

Las crisis han existido siempre, como resultado de tensiones acumuladas, debido a la incapacidad de los seres humanos para evolucionar, responsabilizarse de su propia vida y actuar con justicia y equidad. Las crisis siempre son traumáticas, debido a que las personas se sienten impotentes ante la dinámica de una situación política, social, económica,... que amenaza con destruir los fundamentos de nuestra vida.

 

La crisis afecta a todo el mundo, especialmente a los seres más débiles y vulnerables y a quienes más tienen que perder.

 

Los niños son muy vulnerables debido a que no tienen estructuras metales sólidas, ni son autosuficientes como personas.

 

Cómo proteger a los niños de todos los problemas asociados a la crisis (violencia, muertes, lenguaje de guerra, rumores, incertidumbre, etc.

 

Lo primero es tomar conciencia de la realidad. La ignorancia es el peor de todos los males. Somos dueños de lo que conocemos y esclavos y víctimas de lo que ignoramos, por lo que, lo peor que podemos hacer es ocultar a los niños y jóvenes la realidad de las cosas.

 

Acciones concretas.

 

1. Informar a los hijos de acuerdo a su edad y madurez. Es importante escucharles para saber cómo piensan, cómo se sienten y cómo les afectan las cosas; de esta forma es más fácil ayudarles a encontrar el enfoque correcto para enfrentar la situación.

 

2. Explicarles las razones por las cuales se llega a esta situación y por qué unos piensan de una forma y otros de otra forma. Es una oportunidad para educarles en el respeto al otro y en la convivencia.

 

3. Ayudarles a desarrollar un pensamiento crítico y evitar que caigan en el fanatismo.

 

4. Cuidar el lenguaje. Evitar ofender, insultar,... pues es una forma de inculcar el odio en el corazón de los hijos, lo cual, además de dañino es inmoral.

 

5. Cuidar las actitudes, porque se contagian y hacen que los hijos pierdan su capacidad crítica. A veces las actitudes dicen más que las palabras y los hijos son muy perceptivos.

 

6. Evitar dramatizas la situación. Filtrar la información. Hablar lo menos posible de política, sobre todo, durante las comidas. Las comidas deben ser momentos agradables, de paz y armonía.

 

7. Los hijos perciben el mundo a través de sus padres; de modo que, si los padres tienen buena autoestima, seguridad, criterios claros, control de sus emociones y capacidad para enfrentar las cosas, los hijos se sentirán seguros; pero, si los padres tienen baja autoestima, criterios confusos, angustia, temor, etc. entonces los hijos no se sentirán seguros ni protegidos, se apoderará de ellos la angustia y se debilitarán su autoestima y su personalidad. De aquí la importancia de que los padres se fortalezcan y envíen a sus hijos mensajes de paz y de seguridad, aunque el mundo esté en situación de caos.

 

8. Es importante enseñar a los hijos la conviencia, la solidaridad, la comprensión, la tolerancia, el perdón y la paz; lo cual no significa ser permisivo; pues, es deber de todo ser humano defender la verdad y el bien y perseguir la mentira, la injusticia y la corrupción donde quiera que existan, porque nos perjudican a todos; por ser permisivos y cómplices hemos llegamos a donde estamos. Sin embargo, no hay que confundir el pecado con pecador.

 

La forma de proteger a los hijos, no es manteniéndolos dentro de una burbuja, ajenos a lo que ocurre en el país y en el mundo, sino ayudándoles a que crezcan con fortaleza intelectual, emocional, moral y espiritual.

 

Todo lo que ocurre es una buena oportunidad para enseñar a los hijos el valor del estudio y para que comprendan que la única forma de sobrevivir, de ser libre y de triunfar, consiste en capacitarse en todos los aspectos para no depender de nadie. Si eres libre en tu mente, nadie podrá someterte. Este mensaje también deben aplicárselo los padres a sí mismos.

 

Recuerda que, nadie puede robarte tu dignidad si tú no lo permites, pero puedes perderla por causa de ti mismo. A partir de ese momento serás débil, vulnerable y corruptible.

 

Las autoridades (padres, educadores, profesionales, líderes políticos y personas que desempeñan cargos de autoridad) tienen mucha influencia sobre los niños y adolescentes, debido a su jerarquía, por lo que son altamente responsables y deben cuidar su lenguaje y sus acciones.

 

Finalmente:
Enseña a tus hijos a tener un pensamiento amplio y universal; abierto a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las clases sociales.

 

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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