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Editorial 930

 

Saber escuchar

 

Tenemos dos ojos para ver y dos oídos para escuchar, pero solo una boca para hablar.

 

Los seres humanos somos hijos de una educación represiva que nos ha marcado para toda la vida. Tendemos a vivir a la defensiva, a ser rígidos, fanáticos y excluyentes con quienes no piensan como nosotros. Esta actitud nos impide ser objetivos, justos, comprensivos y tolerantes.

En nuestras relaciones somos impulsivos, poco respetuosos de los derechos de los demás. No sabemos escuchar y queremos imponer nuestras ideas y criterios. En estas circunstancias es difícil el diálogo y el entendimiento a nivel personal, familiar y social.

 

Necesitamos recuperar la salud mental, la sindéresis; es decir, la capacidad de pensar y juzgar con rectitud y acierto, con sentido común.

 

La mayoría de los problemas y de las crisis, se deben a que los seres humanos no sabemos escuchar. Vivimos en una torre de Babel en donde no importa el idioma que hablemos, el asunto es que no nos entendemos. "Los seres humanos necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta años para aprender a callar"

El egoísmo, el temor, los prejuicios y los intereses personales nos impiden juzgar con objetividad al otro y escucharle con la mente abierta.

 

Como somos seres sociables y nuestro desarrollo depende de la interacción con las personas, necesitamos aprender a escuchar y mantener buenas relaciones, independientemente de cómo piensen los demás. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, el asunto es dejar de lado los prejuicios y relacionarnos con la parte positiva de las personas.

Como la vida se rige por la Ley de Acción y Reacción, a cada quién le va en la vida y en la relaciones de acuerdo a su actitud. Si respetas a las personas, ellas te respetarán. Si confías en ellas, ellas confiarán en ti. Si las ayudas, te ayudarán...

 

Los seres humanos vemos y juzgamos a las personas a través de lo que somos, de modo que, cuídate a la hora de juzgar a los demás, porque te estás juzgando a ti mismo.

 

Cómo mantener una actitud positiva a la hora de escuchar.

 

1. "Valora la capacidad de escuchar como una cualidad importante.
2. Conversa de manera consciente.
3. Respeta los estilos de personalidad de cada persona.
4. Evita la tendencia a juzgar y contradecir, a menos que se requiera.
5. Practica el control verbal (hablar lo necesario) y acostumbrarse a escuchar.
6. Controla el impulso de interrumpir, desmentir o aconsejar.
7. Respeta los valores, objetivos y emociones de los otros.
8. Presta atención completa, tanto auditiva, visual o corporal cuando los demás te hablan.
9. Apoyar con afirmaciones o gestos"

 

Beneficios de saber escuchar

 

1. Conocer a las personas, sus ideas, intenciones, expectativas y estado emocional.
2. Establecer una relación de mutuo respeto y cordialidad.
3. Ganar la buena voluntad de las personas y acercarnos a ellas.
4. Conocer los puntos de coincidencia y de divergencia.
5. Lograr acuerdos.
6. Influir en las personas de forma positiva.
7. Ofrecer una buena imagen.
8. Lograr que las personas se sientan bien.

9. Tomar mejores decisiones.

 

Cierta mañana, mi padre me invitó a dar un paseo por el bosque y acepté con placer. Él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
Además del canto de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carroza.
Eso es, dijo mi padre. Es una carroza vacía.

Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carroza vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
Es muy fácil saber cuándo una carroza está vacía, por el ruido que produce. Cuanto más vacía está la carroza, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todo el mundo, presumiendo de lo que tiene, actuando de forma prepotente y haciendo sentir menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía está la carroza, mayor es el ruido que hace". Y comprendo el valor del silencio.