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Editorial 922

 


La carrera más larga comienza por un paso

 

El amor comienza por un sentimiento que va creciendo progresivamente hasta convertirse en amor sólido. De igual forma se inicia el éxito, la riqueza, el conocimiento y la libertad, y, de la misma forma se inicia el odio, el fracaso, la pobreza, la ignorancia, el sometimiento...

 

La Ley de Progresión hace que un buen sentimiento cree las condiciones para que aparezcan otros buenos sentimientos y se desencadene un proceso emocional positivo. La ley de Progresión también hace que un mal sentimiento sea la raíz de otros malos sentimientos que desencadenen un proceso emocional negativo que conduzca al odio y la venganza. Esta dinámica se aplica en todos los aspectos de la vida.


Sin embargo, los seres humanos tenemos libre albedrío, lo que hace que, en cualquier momento las personas puedan interrumpir este proceso y cambiar de actitud, aunque no es fácil, porque la actitud inicial marca pautas poderosas.

 

Las razones por las cuales, unas personas toman el camino del bien y otras toman el camino del mal son profundas e inconscientes; depende de la programación mental profunda que ha desarrollado cada persona a partir de la educación recibida en la infancia y de las decisiones personales. De aquí la importancia de conocerse a sí mismo, de conocer las propias fortalezas y debilidades para tener control sobre la propia vida. "Conócete a ti mismo" es el principio de la sabiduría. Sócrates, filósofo griego, Siglo V a.C.

 

La vida es un camino muy largo que iniciamos el día en que nacemos. Mientras somos niños vivimos intensamente cada momento, absortos en nuestro propio mundo, sin prisa, sin angustia, sin preocuparnos por los problemas económicos, sociales,... pero a medida que vamos creciendo, nos imponen obligaciones de estudio, disciplina, etc. con el fin de que nos "adaptemos" y nos capacitemos para competir en la vida, y, poco a poco, vamos perdiendo la espontaneidad, la creatividad, la libertad y la alegría de vivir, y terminamos por convertirnos en seres sumisos, cobardes y alienados. Hoy somos adultos, y, en cada uno de nosotros existe un niño que fue reprimido y frustrado en la infancia. Es importante tomar conciencia de esta realidad y reaccionar para recuperar la espontaneidad, la creatividad, el espíritu de superación y la libertad. A partir de aquí la Ley de Progresión nos favorecerá y de forma progresiva, podremos avanzar, paso a paso, hacia el destino que deseamos.

 

Vivimos en una sociedad mediocre y frustrada que vive a ritmos de competencia, de prisa y de estrés, por muchas razones. La gente no tiene tiempo para pensar, relacionarse, amar ni vivir.
Por querer estar en todo no están en nada. Su vida es superficial y sin piso, lo que hace que no puedan lograr objetivos importantes.

 

La Ley de Progresión nos invita a observar y aprender de la naturaleza. Nos enseña que las cosas suceden cuando tienen que suceder, cuando están dadas las condiciones y que siempre ocurre lo que tiene que ocurrir de acuerdo a las premisas establecidas. De modo que, sabiendo que todo tiene un proceso y que todo lo que hacemos nos marca de muchas formas, nuestra única preocupación debe centrarse en hacer bien las cosas, pues, a través de la calidad de nuestras acciones creamos las condiciones para evolucionar.

 

La carrea más larga comienza por un paso.
Si bien debemos tener presentes el camino y la menta, lo importante es centrarse en cada paso, en cada acción, y vivir intensamente cada momento, disfrutando el hecho de vivir y de avanzar hacia la menta. En realidad, el camino no existe, lo vamos construyendo con cada paso que damos, con cada éxito que logramos. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
La meta tampoco existe. La meta es un sueño que nos guía e impulsa a avanzar.


En realidad somos viajeros del tiempo que hemos venido a esta vida para cumplir una misión. La misión no es tanto cambiar el mundo por fuera sino por dentro, comenzando por uno mismo.

 

No sé hasta dónde llegará el camino, pero quisiera que llegara hasta el infinito para poder caminar eternamente; pues el placer de caminar, ganándole al destino, es suficiente aliciente para seguir caminando. Mientras caminas estás vivo y te sientes, te perteneces. Vivir y respirar, pensar y desear, amar y soñar, son placeres inmensos que llenan la vida. A medida que caminas, los pies se hacen más ligeros, el cuerpo más leve, el pensamiento más sutil y el amor más tierno.

 

"No importa si el camino es lago cuando el destino es tu corazón"

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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