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Editorial 920

 


"La verdad os hará libres" Jesús de Nazaret

 

Esta frase la hemos oído cientos de veces, pero nunca nos hemos detenido a reflexionar sobre el alcance de su significado. Al escribir este tema me obligo a reflexionar yo mismo y espero que ayude a todos los lectores a realizar una reflexión profunda sobre que pueda significar un cambio importante en nuestra vida.

 

Jesús no dice, esta verdad os hará libres, sino "La verdad os hará libres". Se trata de la verdad en todos los aspectos.

 

Cada persona tiene una filosofía de la vida y un criterio sobre la verdad de las cosas, por lo que, podríamos discutir durante años sobre quién tiene la verdad sin llegar a un acuerdo, sobre todo, cuando se trata de verdades que afectan a nuestra vida personal.

 

Los seres humanos estamos saturados de temores, complejos, prejuicios e intereses que nos impiden ver la verdad de las cosas con objetividad, por lo cual, solemos engañarnos de forma consciente e inconsciente y aceptamos como verdaderas y justas: cosas, conductas y situaciones que no lo son. En consecuencia, actuamos en contra de la verdad.


Este error lo pagamos muy caro y de muchas formas, pues, la naturaleza es justa y aplica sus leyes de forma inexorable; de modo que, quienes quebrantan la Ley de la Verdad, sufren las consecuencias correspondientes.

Los seres humanos no nos enteramos de cuándo, dónde ni cómo pagamos por nuestros errores, pero podemos estar seguros de que cada quién recibe lo que merece en atención a sus acciones.

 

La forma en que nos va en la vida es la consecuencia de nuestra fidelidad a la verdad. Si nos va bien, se debe a que, en términos generales, somos fieles a la verdad de las cosas y a los principios y valores que rigen la vida y la conducta humana, y, si nos va mal, se debe a que vivimos quebrantando la Ley de la Verdad.

 

La Ley de la Verdad está hecha de conocimiento, lógica, afecto, honestidad, responsabilidad, etc. Por tanto, la ignorancia, la falta de sentido común, la deshonestidad, el odio, la irresponsabilidad y otras muchas conductas negativas van en contra de la verdad.

 

Como podemos observar, la verdad no es un concepto abstracto que se pueda aceptar o no, la verdad es vital y exige una actitud y un compromiso. La verdad se impone porque es lógica, justa y necesaria para el desarrollo, el éxito, la libertad y la felicidad. Ahora bien, cada persona tiene libre albedrío y puede aceptarla o rechazarla. En la práctica, la mayoría de las personas rechazan la verdad porque es exigente. Pero tienen una conciencia que habla, por lo que saben qué es lo que tienen que hacer, sin embargo, prefieren el camino de lo fácil y así les va en la vida.

Para justificar sus conductas y evadir su responsabilidad, buscan excusas o culpables. Recuerda, la responsabilidad es personal, por lo cual, cada quién sufre las consecuencias de sus errores.

 

Existen muchas formas de "evadir la verdad" tales como aceptar las opiniones y los comportamientos sociales como criterios válidos; pero la verdad es independiente de la opinión de las personas. Las conductas son buenas o malas por su propia naturaleza, no porque así lo afirme la humanidad entera.
Otra forma de "evadir la verdad" consiste en acallar la conciencia o distorsionarla. De hecho, los corruptos, los dictadores, los asesinos, los genocidas... justifican su su conducta.

 

"La verdad os hará libres"

 

Para ser libres necesitamos conocer muchas verdades, lo cual supone adquirir conocimientos claros sobre aspectos importantes para el buen funcionamiento físico, corporal, intelectual, social, laboral, económico, moral y espiritual. Por esta razón, el peor de todos los males es la ignorancia.
La ignorancia acerca de la forma correcta de alimentarse generará trastornos y enfermedades que pueden aparecer en el momento o en el futuro.

La ignorancia sobre el funcionamiento del cuerpo hará que lo dañemos de muchas formas.

La ignorancia intelectual nos convertirá en personas ineficaces y fracasadas.

La ignorancia del buen trato que debemos dar a las personas, nos causará conflictos.
La ignorancia de las leyes que rigen la economía, nos hará pobres.
La ignorancia de las leyes morales o de su incumplimiento, será causa de culpas y fracaso.
La ignorancia espiritual hará que nuestra vida carezca de sentido transcendental y que suframos de angustia existencial.

Somos dueños de lo que conocemos y esclavos de lo que ignoramos.

 

Para los filósofos griegos sólo los hombres sabios pueden ser libres y felices, porque son los únicos que conocen la verdad; pero, no es suficiente con conocer la verdad, es necesario realizarla, convertirla en acción.

 

Podemos engañar a las demás personas, y, hasta podemos engañarnos a nosotros mismos, pero nadie puede engañar a la naturaleza y actuar en contra de la verdad. Como ya hemos indicado, quienes quebrantan la Ley de la Verdad, sufren las consecuencias correspondientes.

 

Los seres humanos no nos enteramos de cuándo, dónde, ni cómo pagamos por nuestros errores, pero podemos estar seguros de que, cada quién recibe lo que merece en atención a sus acciones. De modo que, cuídate de las numerosas trampas que pone la sociedad en tu camino y no te guíes por lo que hacen o dejan de hacer los demás. Búsca la verdad y guíate por tu conciencia que es quien te puede salvar.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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