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Editorial 917

 


Un día sin una sonrisa es un día perdido

 

Puedes leer muchos libros, y, sin embargo, seguir pensando igual y actuando de la misma forma. Pero hay frases que te tocan el corazón y te marcan para siempre. Esas frases te vienen a la mente con frecuencia y te hablan en lo profundo de la conciencia removiendo muchas cosas dentro de ti. Una de estas frases la escuché en un programa de televisión. Decía: "Un día sin una sonrisa es un día perdido"


En el momento me llamó la atención, pero estaba ocupado en otras cosas, de modo que no me detuve a reflexionar sobre el alcance de la frase; pero en la noche, cuando uno se encuentra solo consigo mismo, reflexioné y pensé en tantas personas que llevan días y meses sin sonreír. Tal vez haya personas que no han sonreído en toda su vida, porque viven sin esperanza, llenas de angustia, de fracaso y de frustración, y comprendí el significado y el valor de una sonrisa.

 

El recuerdo más valioso que podemos tener de una persona es la imagen de su rostro bondadoso y feliz. El mayor bien que puede dejar una madre a sus hijos es su rostro sereno y sonriente. Podemos estar seguros de que, cada vez que sus hijos piensen en ella se llenarán de autoestima, de paz y felicidad.

 

"La sonrisa puede ser lo único que puedes dejar de recuerdo a cualquier persona. 
Antes yo tenía problemas con las personas. Era aburrido y no tenia animo, pero encontré a una persona que me dio una sonrisa y con el tiempo fui cambiando y ahora soy más sociable y más divertido"

 

La sonrisa es la expresión de una persona saludable. La sonrisa brota de dentro, de la salud, de la alegría, de la paz, de la felicidad. La sonrisa no se puede fingir. Sólo los seres humanos tienen la capacidad de sonreír. El hecho de sonreír nos ayuda a transformar nuestras emociones.

 

La sonrisa tiene el poder de estimular lo mejor de las personas y también lo mejor de uno mismo. Como toda conducta obedece a la Ley de Acción y Reacción, de acuerdo a cómo actúes, así reaccionarán los demás hacia ti. La vida es como un espejo, si sonríes a la gente, la gente te sonreirá y te enviará sus mejores energías


El sonreír es una buena estrategia para desarrollar lo mejor de sí. Al principio puede exigir un poco de esfuerzo y de atención, porque no son conductas que abunden en la vida real, pero, con el tiempo se pueden convertir en hábito, es decir, en una forma habitual de actuar. La satisfacción y los beneficios que genera la sonrisa son de tal magnitud, que pronto se convertirán en una forma natural de ser.

 

El ser humano es sociable y su desarrollo depende de la calidad de las relaciones que mantiene con las personas. Las relaciones de calidad generan intercambio de ideas, afectos y energía, lo cual estimula a crecer en todos los aspectos. Pero nadie puede mantener una relación nutritiva con las personas si no tiene una buena relación consigo mismo, lo cual supone funcionar en positivo.

 

La sonrisa es un elementos esencial de la inteligencia emocional. La inteligencia emocional es la fuerza que mueve el mundo.

Un equipo de asesores de imagen del futbolista inglés David Beckham le aconsejó que cuando entrase en un lugar público lo hiciese con una sonrisa. Fíjate y verás que siempre lo hace. La sonrisa crea un clima de confianza que genera cercanía; y cuando la cercanía es mayor, los vínculos emocionales también son más fuertes, lo que da lugar a un contexto de comunicación más positivo y agradable (y la comunicación lo es todo) pues, predispone a un mejor entendimiento entre las partes y facilita que las relaciones fluyan.

 

Todos sabemos por experiencia que las personas simpáticas tienen más ventajas que las personas serias y rígidas. Cuando sonríes, tu imagen se ve realzada, te ves optimista, exitoso y feliz, y te conviertes en un estímulo positivo para las personas.


Para que la sonrisa sea efectiva debe ser espontánea y honesta, pues, las personas perciben cuando una sonrisa es falsa y cuando es de simple compromiso.


Los seres humanos podemos falsificar las palabras, pero no podemos falsificar la expresión corporal.

 

La sonrisa no solo es expresión de alegría, sino también de salud, de esperanza, bienestar, grandeza y paz interior. El hombre es el único ser que puede sonreír, pero cada día la gente ríe menos.

 

La sonrisa y el buen humor son a menudo la diferencia entre un buen y un mal negocio; entre una relación efectiva o un vínculo frustrado.

 

Teniendo en cuenta que el objeto de la vida es la felicidad, el hecho de no sonreír indica que no somos felices, que hemos fracasado en el objetivo fundamental de la vida.

 

Para los los filósofos griegos el pecado era "hamartia": "fallo de la meta, no dar en el blanco" Aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual considerado como meta ideal de la vida.

 

Eol hecho del no sonreír indica que existen fallas serias. Indica que la persona transita por el camino errado de la vida y necesita rectificar. La sonrisa es señal de salud física y mental. Existen personas serias que no sonríen pero su expresión facial es de paz y armonía. La paz y la armonía es también una forma de sonrisa.


Como vivimos en sociedad y nuestro comportamiento influye en los demás para bien o para mal, cada persona tiene el deber moral de ser feliz y hacer partícipes a los demás de su alegría interna a través del respeto, del buen trato y de la sonrisa. Nadie tiene derecho a ir por la vida contagiando a los demás de sus problemas, de su amargura y de sus frustraciones.

 

Así como la tristeza tiene un poder demoledor en las personas que la padecen y en quienes re relacionan con ellas, así también la sonrisa tiene un poder sanador en quien sonríe y en quienes tienen la suerte de apropiarse de la sonrisa de las personas felices.

 

Existen muchas terapias para recuperar la salud física y mental.  No dejes que tu rostro se vuelva serio, rígido e inexpresivo, porque junto con tu rostro, también se volverán rígidos tu mente y  tu corazón. Utiliza diariamente la  terapia de la sonrisa.  


Los niños sanos ríen mucho, porque son felices, porque se sienten libres y creativos, porque no  dramatizan las cosas, porque viven intensamente cada momento, porque perdonan y olvidan, porque no cargan con culpas ni frustraciones, porque tienen sueños e ilusiones…


Tal vez necesitamos recuperar tantas cosas bellas que hemos perdido a lo largo del camino y desembarazarnos de muchas cosas inútiles, de necesidades creadas, de opiniones y de compromisos sociales. Necesitamos aprender a vivir nuestra vida como viven los niños su propia vida.

 

"He cometido el mayor pecado que un ser humano puede cometer, no he sido feliz" Jorge Luis Borges.

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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