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Editorial 899

 


Conserva la paz

 

Por encima de todo vive en paz con tu conciencia, con Dios, con la vida y con las personas.
La paz es sinónimo de equilibrio, armonía, salud mental y felicidad. Significa ausencia de temor, de culpa y de angustia. La paz al igual que la libertad, el éxito y la felicidad es una conquista personal.


Muchas personas conciben la paz como un estado de bienestar pasivo. En realidad, la paz es muy activa, es el resultado de una victoria obtenida en una lucha sin tregua contra el temor, la ignorancia, el egoísmo y la pereza.

Lo opuesto a la paz es la guerra. En la guerra todos pierden. La vida es competencia. Compiten las plantas, compiten los animales y compite el hombre. La competencia es el leitmotiv de la vida.

 

Las personas son vulnerables en la medida en que son débiles por dentro; por tanto, el enemigo no es la competencia sino la falta de desarrollo y de creatividad.

 

Vivimos en una sociedad caracterizada por la competencia y por la agresividad y pareciera que la mejor forma de sobrevivir en estas circunstancias consiste en ser agresivo y competitivo. Nada más erróneo. La competencia y la agresividad son conductas prehistóricas que obedecen a mecanismos de defensa.


El mundo ha evolucionado y estos comportamientos, en apariencia eficaces, son autodestructivos.

El concepto de competencia, es bueno en principio; el problema radica en que, la competencia es en contra de los demás. En este tipo de competencia siempre existe el riesgo de perder, lo cual genera angustia y temor; mientras que, el concepto de superación es proactivo, la persona siempre tiene la posibilidad de ganar, porque el éxito depende de ella misma, lo único que tiene que hacer es: “tratar de hacer bien lo que puede hacer”

 

Si tenemos en cuenta que las personas consumen el 70 % de su energía en defensas, es decir, en controlar los temores, la angustia y el estrés; imagínate la capacidad de una persona proactiva que no gasta energía en defensas porque vive en paz consigo misma y con las personas y que además pose espíritu de superación.

 

La competencia y la agresividad son dos premisas que conducen a la guerra. Tú no puedes desactivar estas bombas pero puedes hacer mucho en relación con tu persona y con tus seres cercanos. La única forma de protegerte de la agresividad de la vida y de la agresividad de las personas y vivir en paz, consiste en practicar la comprensión, la tolerancia, el perdón y la solidaridad.

 

Recuerda que, la competencia y la agresividad son conductas prehistóricas, desadaptadas e ineficaces, que, al final se vuelven contra uno mismo

 

Los padres de todos los tiempos educan a sus hijos para la paz y para otros muchos valores importantes como la honestidad, la amistad, etc. Yo me pregunto: ¿Será que todos los padres del mundo están equivocados?

 

Para vivir en paz hay que perdonar a los demás, pero nadie puede perdonar a los demás si antes no se perdona a sí mismo.

Perdonarse a sí mismo supone reconocer que somos débiles e imperfectos, que cometemos muchos errores por temor, por ignorancia o por egoísmo y que, esto es normal; por tanto, necesitamos ser perdonados por nosotros mismos y por los demás. Por las mismas razones debemos ser tolerantes y comprensivos con los demás.

El hecho de perdonar no significa que aceptamos los errores y las injusticias; tampoco significa que somos débiles o cobardes. Significa que somos inteligentes y que estamos por encima del odio y del resentimiento.

 

Recuerda que los enemigos de la paz son el temor, la ignorancia, la injusticia y el egoísmo propio y ajeno; por tanto, estos son los enemigos a derrotar.

 

La prisa, la saturación de trabajo, las numerosas necesidades creadas, la angustia y el estrés, son también enemigos de la paz personal, familiar y social.

 

La falta de paz afecta al cuerpo, a la memoria, a la inteligencia y a la productividad.

 

Cómo aprender la paz

 

La paz, al igual que las demás conductas humanas es un hábito; pero nadie aprende lo que no produce beneficios; por lo cual, es necesario conocer los beneficios de la paz.

 

La mayoría de los seres humanos viven una guerra interna que hace difícil vivir en paz consigo mismo y con los demás.

 

La paz es fruto del desarrollo, del equilibrio emocional, del respeto, de la justicia, de la solidaridad, de la responsabilidad, etc.

 

No hay que confundir la paz con la pasividad. La paz es activa y no tiene tregua con la injusticia, con la mentira, con la irresponsabilidad y con cualquier otra conducta que se oponga al desarrollo y a la libertad del ser humano

 

Como podemos observar, la paz está ligada a ciertos valores sin los cuales no puede existir.

 

La paz no se puede enseñar como una teoría abstracta. La paz es una forma de vida. Es una señal de salud mental, de madurez, de inteligencia y de adaptación; además, es condición para entrar en estado Alfa y lograr el desarrollo, el éxito y la felicidad.

 

Finalmente, aléjate de las personas frustradas, inestables, inconformes y envidiosas, porque su mal espíritu es contagioso y atenta contra la paz. Lo cual no significa que debas retirarte de la vida ni de la sociedad, pues la sociedad es el medio en el cual debes desarrollarte, pero debes superarte de tal forma que puedas volar alto y ser inmune a las miserias de la sociedad.

 

El desarrollo, la paz y la felicidad son distintos aspectos de la misma realidad profunda de la persona. Cada una de estas realidades supone la existencia de las demás. De modo que, si quieres lograr la paz, debes desarrollarte, ser buena persona, ser feliz

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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