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Editorial 888

 


Sé persona de palabra

 

Las personas tienen distintas expectativas, unas se refieren al logro de cosas materiales necesarias para sobrevivir y mejorar la calidad de vida y otras se refieren al logro de valores internos, como mejorar la autoestima, aprender, sentirse más seguro, más libre y triunfar. Estas expectativas son fuente de energía, de alegría y de ilusión, pero puedes ser una trampa mortal cuando las expectativas son exageradas.

 

La vida nos ha dado todo lo que necesitamos para triunfar y ser felices, pero la vida también es compleja y no resulta fácil administrar bien las cosas.

 

Las personas, a medida que maduran y adquieren experiencia real de la vida, tienden a ser más objetivas y a esperar poco de la vida y de la gente, porque están conscientes de que existen leyes naturales que rigen todo, y según estas leyes, cada uno es lo que hace de sí. Cada quien tiene lo que produce, sabe lo que ha aprendido y sólo puede lograr lo que es capaz de lograr.


Las demás personas están fuera de nosotros, sólo son compañeros de camino a los cuales tenemos mucho que agradecer, pero la realidad es que, esperando que las cosas cambien y que otros nos ayuden, no lograremos nada, necesitamos lograr las cosas por nosotros mismos.

 

Cuántas oportunidades has perdido por esperar, por confiar...


La dependencia de los demás hace que tengamos que esperar y confiar en que ellos decidan para comenzar a movilizarnos. Cuántas oportunidades hemos perdido por esperar que las cosas cambien en vez de actuar para cambiarlas, y cuántas cosas hemos dejado de hacer por esperar ayudas que nunca nos han llegado.


Nuestra vida no puede depender de las decisiones de los demás. Necesitamos tener nuestros propios proyectos y actuar por iniciativa propia.


Es importante tener siempre presente que nuestros problemas son nuestros y solo nosotros podemos resolverlos.

 

En vista de lo expuesto "No des un pez, enseña a pescar" No crees falsas expectativas, ni ayudes demasiado a la gente. Dales el estímulo, el impulso inicial y deja que cada quién luche sus propias batallas y que sufra lo que deba sufrir, porque, aunque parezca cruel, es la única forma de que aprendan a madurar, a ser libres, a triunfar y a ser felices.

 

Prometer lo que sabes que no vas a cumplir, es inmoral; porque causas daño a la autoestima y seguridad de la persona, le generas desconfianza respecto de la sociedad en general y le haces perder tiempo y oportunidades. Además, el daño que haces a los otros te lo haces a ti mismo; de modo que, sé honesto y promete sólo lo que crees que puedes cumplir, porque tu irresponsabilidad deja consecuencias muy negativas en otras personas y en ti.

 

Sembrar pesimismo es negativo porque bloquea la inteligencia cognitiva y la inteligencia emocional, y con ellas, la creatividad y la decisión. Y ser demasiado optimista y llenar la mente de las personas de ilusiones y de expectativas imposibles también es negativo, porque luego llegan el fracaso y la frustración.


Es importante ser optimista pero con los pies en la tierra.

 

Un poco de esperanza y ciertas expectativas son saludables, porque proporcionan seguridad y favorece la motivación y la salud mental. Mucha esperanza es peligrosa, porque nos vuelve dependientes y cómodos, lo cual se paga caro, y, expectativas exageradas es grave, porque nos hace perder la perspectiva de la vida, lo cual conduce a la desadaptación y al fracaso.

 

En otras épocas existía lo que se llamaba "Dar la palabra" Significaba un compromiso. Ser "Persona de palabra" era lo más digno y valioso que se podía decir de una persona. Hoy las cosas han cambiado y la palabra ha perdido el valor, el poder y el significado casi sagrado que tuvo en otros tiempos.

 

Hoy, la palabra, cuya función es expresar la verdad y comunicarnos, es utilizada con frecuencia para mentir, criticar, ofender y crear falsas expectativas.

 

No podemos evitar que los políticos, que muchas personas y ciertos medios de comunicación creen falsas expectativas y embauquen a la gente, pero, a nivel personal, sí podemos ser objetivos y honestos, de modo que la gente sepa a qué atenerse con nosotros.

 

El mayor bien que podemos hacer a las personas no es resolverles las cosas, porque les crearíamos una dependencia, sino estimularles y enseñarles para que sepan resolver sus dificultades por sí mismos.


"No le des un pez" porque es pan para hoy y hambre para mañana. "Enséñale a pescar" y comerá todos los días.


La sobreprotección y el consentimiento convierten a las personas en inmaduras e irresponsables. Es una forma de condenarlas al fracaso

 

“Si quieres ayudar a alguien, enséñale a pensar y si quieres verle triunfar, ayúdale a encontrar su libertad” Porque, todo cambio se inicia en la mente y para cambiar el mundo por fuera, antes hay que cambiarlo por dentro. Por lo cual, tu compromiso debería estar orientado a cambiar la mentalidad de las personas.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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