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Editorial 881

 


La diferencia está en la actitud

 

Por Ley de Acción y Reacción, cada persona se modela a sí misma y forja su carácter, su personalidad y su destino. Las ideas y sentimientos que cultivamos determinan nuestra visión de la vida, nuestra actitud ante las cosas y la forma de actuar. Según sean nuestras ideas y nuestros sentimientos, serán nuestras reacciones y nuestras decisiones, y según sean nuestras decisiones será nuestra vida.

 

La vida es un camino que todos debemos andar. Necesitamos adquirir conocimientos, realizar un trabajo, relacionarnos con las personas, etc. El asunto está en cómo lo hacemos, cómo aprendemos, cómo trabajamos, cómo nos relacionamos, cómo invertimos el tiempo y el dinero y qué valores cultivamos, porque, al final, somos los arquitectos que diseñamos nuestra propia vida y logramos lo que merecemos en atención a nuestras actitudes y acciones.

 

La actitud es la forma habitual de reaccionar ante la vida. La actitud es aprendida en la primera infancia, en respuesta a los estímulos del medio ambiente. Tiende a consolidarse con los años.

 

Según sea nuestra actitud, serán nuestros mensajes hacia las personas, y, según sean nuestros mensajes, será la forma en que nos tratan. La vida es como un espejo, nos devuelve nuestra propia imagen.

 

El éxito y la felicidad dependen más de nuestra actitud ante la vida que de las cosas que nos ocurren. En las mismas circunstancias unas personas triunfan y son felices y otras fracasan y se frustran.

 

Todos necesitamos adquirir un trabajo o vender algo (ideas, servicios, cosas...) para adquirir dinero y sobrevivir. Sabemos que no es suficiente con tener capacidad, un título o buenos productos para triunfar, es necesario también tener una imagen agradable. "El que no sabe reír que no abra una tienda" Refrán chino.


Necesitamos hacernos querer y respetar, lo cual supone que debemos conocer más a fondo nuestras fortalezas y los aspectos negativos de nuestro carácter para erradicarlos y hacernos personas más cálidas, más humanas y más capaces de sintonizar con los demás.

 

Hoy sabemos que las emociones siempre han determinando la dirección de todas nuestras decisiones, incluso de aquellas que aparentan ser puramente racionales. Muchas personas intelectualmente brillantes, logran poco o nada en la vida, mientras que, personas dotadas de una inteligencia promedio, han llegado muy lejos. ¿Por qué?

 

Desde hace algunos años, la inteligencia emocional tiende a ser un criterio de valorización y de éxito en cualquier tipo de aprendizaje, en particular en el mundo escolar y laboral. Está demostrado que personas con una elevada inteligencia emocional tienen mayor éxito en la vida y mayor productividad en el trabajo que quienes tienen simplemente alto grado de cociente intelectual. De aquí la importancia de activar las emociones positivas y de controlar las emociones negativas.


Las grandes empresas nacionales e internacionales, conscientes de esta realidad prestan especial atención a la inteligencia emocional, es decir, a la actitud de las personas, a la hora de seleccionar personal.

 

La inteligencia emocional supone una actitud positiva que está reñida con la ira, el odio, la envidia, el egoísmo, la pereza, la hipocresía y con la mediocridad.

 

Observa cuáles son las actitudes fundamentales de aquellas personas que triunfan y trata de hacerlas tuyas.

 

Hoy vivimos en una sociedad muy competitiva que provoca reacciones impulsivas.


Como ya hemos indicado, las reacciones impulsivas no resuelven nada y complican las cosas; por lo cual; necesitamos tomar conciencia de esta realidad y aprender a controlar las emociones. La vida es así y la gente es como es.


Tú no puedes cambiar esta realidad pero puedes evitar caer en su juego. Necesitamos cultivar actitudes positivas y emitir vibraciones amistosas que aplaquen la agresividad y estimulen la confianza, de modo que todos nos aporten la parte buena de sí.

 

Somos hijos de una sociedad represiva que no nos enseñó a expresar nuestros sentimientos ni a manejar las frustraciones. Hoy somos adultos pero nuestros patrones emocionales fueron diseñados en la infancia y ellos determinan nuestra forma de sentir la vida y de reaccionar. Ahora no es fácil cambiar los patrones emocionales porque están formados por esquemas muy complejos en los que están implicados numerosos aspectos de la personalidad.

 

Las personas positivas tienen actitudes positivas y emiten energía positiva que llega a las personas y estimula su parte positiva de las mismas, lo cual hace que las personas reaccionen de forma positiva. Por el contrario, las personas negativas (pesimistas, desconfiadas...) emiten energía negativa que llega a las personas y hace que éstas reaccionen de forma defensiva; lo que dificulta cualquier relación o negociación, porque nadie quiere nada con perdedores.

 

La diferencia está en la actitud

 

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes y .mandó llamar a un adivino para que interpretara su sueño.

-¡Qué desgracia Mi Señor! exclamó el Adivino, Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

¡Qué insolencia! gritó el Sultán enfurecido ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! y ordenó que le dieran cien latigazos.

 

Ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado.

El adivino, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

- ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.

El semblante del Sultán se iluminó y ordenó que le dieran cien monedas de oro.

 

Cuando salía el adivino del palacio, uno de los guardias le dijo admirado: _ ¡No es posible! La interpretación que has hecho de los sueños es la misma que la del primer adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

 

- Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo adivino, que todo depende de la forma en que decimos las cosas.

 

Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse, de tener actitudes positivas.

 

Elabora una lista de los aspectos más importantes de tu vida, anota cuál debería ser tu actitud en cada caso y comienza a actuar con inteligencia.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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