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Editorial 868

 


Vidas desordenadas

 

En la naturaleza todo funciona de acuerdo a leyes. Existe orden, ritmo y armonía que marcan el desarrollo de todos los procesos naturales. Sin embargo, la vida de muchas personas se caracteriza por el desorden. Esto significa que no tienen un plan de acción, que no tienen objetivos claros, ni metas hacia las cuales caminar. Carecen de motivaciones, de proyectos, de consistencia moral, de compromiso, de responsabilidad... Las razones son muchas y los efectos desastrosos también son muchos.

 

Se trata de personas mal programadas que viven a la deriva movidas por los impulsos del momento.

 

Existen muchos niveles de desorden.

 

La palabra caos proviene del griego, significa abismo. En nuestra cultura lo asociamos a desorden y desastre.

 

El significado que damos a las palabras es muy importante, porque a través de las palabras creamos nuestra realidad mental, la cual determina nuestra realidad física, nuestra forma de percibir las personas, las cosas y la vida, y, en consecuencia, la forma en que actuamos.

 

Las vidas desordenadas son caos humanos. Existen caos personales, familiares, institucionales, sociales, políticos, etc. El problema real no es el caos sino las causas que lo generan. No surgen por generación espontánea, también tienen su génesis; son el resultado de errores cometidos en distintos aspectos. Las personas no suelen tener conciencia clara de su deterioro progresivo, por lo que avanzan hacia el desastre personal, matrimonial, etc. casi de forma automática e inconsciente. Algunas personas sí se dan cuenta del proceso destructivo en el que se hallan inmersas, pero es tal la dinámica de la mente y de la vida que carecen de fuerza para rectificar.


Si no quieres que tu vida sea un caos, cuida la armonía en tus ideas, en tus sentimientos y en tus acciones. Si no quieres que en tu familia exista caos, crea armonía entre todos sus miembros. Todo caos tiene su génesis. Si las personas se renovaran constantemente no tendrían crisis.

 

Muchas personas tienen un caos en su mente. El caos se genera cuando no existe claridad en las ideas ni en los sentimientos ni en las decisiones. Cuando las personas se encuentran atrapadas en situaciones insoportables. Cuando no existen razones para vivir y luchar. Sin embargo, aún en estos casos, el caos cumple una función importante, obliga a las personas a reaccionar, o a salir de circulación, porque son un mal ejemplo y un obstáculo para el desarrollo de los demás.

 

El caos aprovecha todo, de modo que, estas personas caóticas se convierten en una lección de fracaso para que otras personas no sigan su ejemplo. Como puedes ver, nada en la vida tiene desperdicio. Al final, todo ayuda a la evolución de la vida. Lo importante es que tú nunca seas el conejo de indias que utiliza el caos para su experimento.

 

En realidad, la historia humana ha sido un caos continuo de guerras y de crisis de todo tipo, en el que los hombres han luchado a muerte unos contra otros por sobrevivir y por imponerse. Como siempre, después de la tormenta llega la calma.

 

Nuestra mente es un caos dinámico en el que interactúan sin cesar billones de ideas, sentimientos, recuerdos, impulsos, necesidades, temores, intereses, valores... El ser humano es libre y puede intervenir en la dinámica de su caos personal y en el caos social.


Existen leyes intelectuales que rigen el pensamiento, leyes afectivas que rigen los sentimientos, leyes morales que rigen la conducta, leyes sociales que rigen las relaciones con las personas y leyes espirituales que rigen la relación del hombre con lo sobrenatural. De acuerdo al desarrollo alcanzado y a la forma en que el ser humano aplica estas leyes, puede, en parte, manejar su propio caos para lograr lo mejor de la vida. 

 

El caos nos recuerda que todo existe en un proceso dinámico de cambio permanente que se acelera cada día, lo cual exige adaptación, y la mejor garantía para sobrevivir en esta sociedad presidida por el caos y la incertidumbre es ser consistente, pero a la vez ser flexible y creativo.

 

Para triunfar en la vida y evitar desastres mayores es necesario prever y entender que la vida se rige por leyes. Es necesario entender que todo comienza por algo pequeño que luego crece y se desarrolla. Las ideas, criterios, sentimientos, valores y creencias son el principio del desarrollo de las personas. Todos estos contenidos (ideas, criterios...) si no se alimentan constantemente mueren y el desarrollo de la persona queda truncado.

 

La vida de muchas personas es un desastre emocional, moral y espiritual, al cual se han acostumbrado y del cual no pueden salir sin ayuda profesional, debido a que su caos es producto de su estructura mental, es decir, de la forma desordenada en que piensan y de las decisiones que toman. Para que cambie su situación necesitan rectifica ideas, valores, sentimientos y conductas. Necesitan poner orden en sus ideas y en sus sentimientos.

 

Un sistema natural solo tiene posibilidad de sobrevivir y progresar si se mantiene cohesionado y si funciona bien, en caso contrario entra en acción la Ley de Entropía. Entropía significa, que lo que no funciona, se deteriora y se destruye irremisiblemente. De forma similar, cuando las personas no funcionan bien, cuando se introduce el desorden en su vida, entra en acción la Ley de Entropía, cuya misión es eliminar lo que no funciona para que la evolución siga adelante.

 

Las vidas desordenadas son un obstáculo para el funcionamiento de la sociedad. De todas formas, la naturaleza es inteligente y saca beneficio de todo. El fracaso de las personas desordenadas sirve de ejemplo para que los demás aprendan cómo no se deben hacer las cosas.

 

El orden, la disciplina y la planificación son requisitos indispensables para triunfar.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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