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Editorial 866

 


Ayuda a las personas

 

Es lo mismo dar y recibir porque el universo fluye de esa manera y se ejercita aprendiendo a dar todo aquello que buscamos recibir. Quiere decir: si lo que busco es amor, tengo que dar amor; si lo que busco es prosperidad, tengo que ayudar a otros a que sean prósperos. Si lo que busco es amistad, tengo que dar amistad. Da todo lo que puedas mientras estás vivo, porque luego será tarde.

 

La Ley de dar no se refiere a dar cosas sino a dar lo más valioso de sí, como son: El saber, la verdad, el amor, la comprensión... "Poco das, cuando das de lo que tienes; mucho das, cuando das de ti mismo" Khalil Gibrán. Pero nadie puede dar estos dones a los demás si no los posee y nadie los posee si no los cultiva.

 

Las personas viven encerradas en su propio mundo, tratando de sobrevivir y de lograr sus propios objetivos de espaldas a la humanidad. Pero ocurre que nadie ha venido a este mundo para ser el fin de sí mismo. Si fueran así, hace tiempo que se habría acabado la humanidad. Porque existe mucho egoísmo y por falta de solidaridad, el mundo está como está.

 

Cuando alguien tiene riqueza, talento, conocimiento, capacidad, experiencia; tiene la obligación de compartir de alguna forma estos bienes con los demás, de modo que la energía fluya.

 

El egoísmo, el temor y el subdesarrollo mental y espiritual, hacen que las personas cierren el puño para que nadie les quite lo que consideran suyo. Pero existe un problema, con el puño cerrado no pueden recibir nada de los demás.

 

El ser humano se desarrolla a través de la interacción con las demás personas. En la interacción hay un intercambio de energía, de ideas y de sentimientos. Como la relación es recíproca, cada persona recibe en la medida en que da.

 

La función de todo lo que existe es dar y recibir en un proceso constante. El que se encierra en sí mismo se margina de la corriente de la vida y se empobrece.


La vida es dar y recibir. ¿Dar qué? No se trata de dar dinero o cosas. Se trata de dar respeto, amor, comprensión, apoyo... Al regalar estos dones a los demás las personas no se empobrecen porque son bienes inagotables. Quienes no los dan tienen dos problemas. Carecen de estos bienes lo cual revela pobreza interna o no han aprendido a darlos, con lo cual pierden la oportunidad de participar en la corriente de energía superior que mueve el mundo.

 

El hecho de que estés leyendo este tema indica que eres un privilegiado, que eres una persona bastante evolucionada. A más del 90% de las personas no les interesa este asunto o no tienen capacidad para entenderlo. el hecho de que seas una persona privilegiada es una distinción pero también un compromiso de ayudar a los demás. No se trata de dar dinero o cosas. Se trata de dar respeto, amor, comprensión, apoyo... Lo cual está al alcance de tu mano y puedes regalarlo todos los días, y, en todas partes : En la casa, en la oficina, en la calle, en el ascensor,...


Cómo cambiaría tu vida si en vez de vivir encerrado en tu propio mundo, abrieras tu mente y tu corazón a los problemas y sufrimientos de la gente y te volvieras un poco más humano y más sensible

 

Cuánto puedes ayudar con un saludo, una sonrisa, una palabra de aliento o una buena idea. Tal vez, cada día te encuentras con personas a las que nadie les habla, a las que nadie les saluda y a las que nadie sonríe.

 

Recuerda que lo que haces por los demás lo haces por ti mismo y que, lo que dejas de hacer por los demás lo dejas de hacer por tí mismo. Por Ley de Compensación, el bien que haces a los demás lo haces a ti mismo, así como, el mal que haces a los demás te lo haces a ti mismo; porque, es lo mismo dar y recibir debido a que el universo fluye de esa manera y se ejercita aprendiendo a dar todo aquello que buscamos recibir. Quiere decir: si lo que busco es amor, tengo que dar amor; si lo que busco es prosperidad, tengo que ayudar a otros a que sean prósperos. Si lo que busco es amistad, tengo que dar amistad. Da todo lo que puedas mientras estás vivo, porque luego será tarde.

 

Existen miles de ONGs en las que trabajan millones de voluntarios, de forma generosa y anónima. Son personas que sienten la necesidad de ayudar a otros. A través de su labor descubren que el hecho de ayudar es una experiencia maravillosa que da sentido y plenitud a su vida. Gracias a esta labor descubren el sentido de la vida y verdadero valor de las cosas. El hecho de ayudar a los demás llena de paz el alma y el corazón.

 

Los seres humanos vivimos de forma tan rápida y egoísta que no nos damos cuenta de los problemas que tienen las personas que viven a nuestro lado, de lo que sufren, de su angustia y de su soledad. Y, en la medida en que nos desentendemos de los problemas de los demás, nos volvemos insensibles, inhumanos y egoístas; perdemos la capacidad de vivir y de amar, lo cual conduce a un vacío interior y a la angustia existencial. Este es el castigo que aplica la Ley Natural con la esperanza de que las personas reaccionen y recuperen el sentido de la vida.

 

Nadie ha venido a este mundo para ser el fin de sí mismo. Cuando alguien tiene riqueza, talento, conocimiento, capacidad, experiencia; tiene la obligación de compartir de alguna forma estos bienes con los demás, de modo que la energía fluya.

 

Recuerda esos cuentos de Navidad en los que personajes egoístas han negado su ayuda a los necesitados, pero al llegar la Navidad su corazón es tocado y abren los ojos a la realidad de la vida de los demás y se vuelven generosos.

 

En nuestra vida real no existen milagros que nos vuelvan generosos a menos que tomemos conciencia de lo que estamos haciendo con nuestra vida.

 

Piensa. Si estuvieras al final de tu vida, ¿Qué te gustaría haber hecho por las personas con las que convives todos los días?


Hazlo ya, porque mañana tal vez sea tarde.

 

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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