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Editorial 865

 


Expresa lo bueno que eres

 

¿Para qué serviría el sol si no irradiara su luz?

 

Expresa todo lo bueno que tienes dentro de ti, porque es energía positiva que debe fluir y alentar la vida de otras personas; de lo contrario, tu vida no tiene sentido.

 

Mientras el perfume permanece encerrado en el frasco es como si no existiera; sólo se hace realidad cuando se expande e inunda el ambiente con su fragancia alegrando la vida de quienes lo perciben.

 

Muchas personas viven encerradas en su propio mundo, tratando de sobrevivir y de lograr sus propios objetivos, de espaldas a la humanidad. Pero ocurre que nadie ha venido a este mundo para ser el fin de sí mismo. Si fuera así, hace tiempo que se habría acabado la humanidad.

 

Que tus valores enseñen a la gente que se puede vivir con dignidad.


Que tu alegría de vivir contagie a las personas e ilumine el cielo oscuro de su vida.


Que tu vida sirva para llevar un poco de esperanza a tantas personas que se encuentran atrapadas en la angustia y en la soledad.


Que tu espíritu de superación enseñe a tanta gente deprimida que existen soluciones y que se pueden lograr el éxito y la felicidad.


Que tu honestidad enseñe a la gente que la verdad es el camino correcto para lograr el éxito.


Que tu bondad motive a la gente a ser mejor persona.


Que tu compasión enseñe a la gente a ser más humana y más sensible.


Que tu educación enseñe a la gente a ser más respetuosa.


Que tu responsabilidad enseñe a la gente a asumir sus compromisos y a ser consecuente.


Que tu comprensión enseñe a la gente a convivir en paz a pesar de las diferencias.


Que tu sabiduría ayude a la gente a encontrar el camino de la verdad, del bien y de la felicidad.

 

Que tus palabras sean bálsamo para el espíritu de las personas

 

Que tu paso por la vida deje huella indeleble en el corazón de quienes tienen la suerte de encontrarte en su camino.

 

Que las personas puedan decir de ti, que ere buena persona, que tienes buen corazón.

 

En todas las culturas se da importancia a la inteligencia, a la riqueza y al poder, pero sobre todo, se valora el corazón. Hace más de cinco mil años los egipcios ya rendían culto a los muertos.
Según el Libro de los Muertos, el centro de la ceremonia lo ocupaba el corazón. El difunto era conducido de la mano por Anubis, "El conductor de almas".
Al llegar al centro de la escena había una balanza; en un platillo se colocaba el corazón del difunto y en el otro platillo se colocaba una pluma (símbolo de la diosa Maat, que personificaba la verdad, la justicia y la armonía universal) Si los platillos quedaban en equilibrio, el difunto era considerado libre de culpa y alcanzaba la inmortalidad. Si los platillos no quedaban en equilibrio el difunto era devorado por un cocodrilo.

 

Todas estas ideas son un motivo y un estímulo para que tomes conciencia de lo importante que es tu existencia en este mundo, y de la misión tan importante que tienes en esta vida, para que te aboques a lo que realmente es importante y no pierdas el tiempo en cosas intranscendentes que al final no dajan nada ni a ti ni a los demás.

 

Los seres humanos estamos programados genéticamente para buscar la verdad, el bien y la felicidad, pero estas programaciones son sólo unas posibilidades que necesitamos desarrollar a través de una buena educación, de lo contrario quedarán reducidas a simples ilusiones.

 

Todo lo que ocurre en el Universo, a nivel personal y a nivel social no es más que un proceso constante de acción y reacción. Por Ley de Acción y Reacción, cada persona se modela a sí misma y forja su carácter, su personalidad y su destino. Las ideas y sentimientos que cultivamos determinan nuestra visión de la vida, nuestra actitud ante las cosas y la forma de actuar. Según sean nuestras ideas y nuestros sentimientos, serán nuestras reacciones y nuestras decisiones, y, según sean nuestras decisiones, serán nuestras emociones y nuestra vida.

 

Quienes guardan para sí los dones que le ha obsequiado la naturaleza en vez de obsequiarlos a los demás, terminará pobre y vacío, pues, el universo entero se rige por leyes, y hay leyes que rigen la vida humana.


Por Ley de Acción y Reacción, por Ley de Compensación y por Ley de Causa y Efecto, cada persona recibe de acuerdo a lo que da.
Si das amor, recibirás amor.
Si respetas a las personas, las personas te respetarán.
Si ayudas a las personas, las personas te ayudarán.
Por eso el sabio refrán: "Haz bien y no mires a quién"

Cuanto más das, más recibes

Cuando alguien tiene riqueza, talento, conocimiento, capacidad, experiencia; tiene la obligación de compartir de alguna forma estos bienes con los demás, de modo que la energía.

 

El egoísmo, el temor y el subdesarrollo mental y espiritual, hacen que las personas cierren el puño para que nadie les quite lo que consideran suyo. Pero existe un problema, con el puño cerrado no pueden recibir nada de los demás.

 

El ser humano se desarrolla a través de la interacción con las demás personas. En la interacción hay un intercambio de energía, de ideas y de sentimientos. Como la relación es recíproca, cada persona recibe en la medida en que da.

 

Con frecuencia las personas a quienes ayudamos no nos devuelven el favor, pero puedes estar seguro que alguien en la vida te lo devolverá de alguna forma, porque siempre se cumple la Ley de Correspondencia

 

La Ley de Correspondencia nos invita a ser responsables y generosos porque "somos lo que hacemos" y "recibimos lo que damos"

 

En la vida, todo influye en todo, pero no todo tiene un efecto inmediato. Muchas personas esperan ser recompensadas por aquellos a quienes ayudan y al no ser correspondidas se sienten traicionadas y frustradas. "Haz bien y no mires a quien". Ayuda a quien te necesita porque al hacerlo estás creando las condiciones para que alguien te ayude; por lo cual, piensa que, cada vez que ayudas a alguien, te estás ayudando a ti mismo. Te ayudas a ser más generoso y más humano, lo cual te hace más receptivo a los bienes que la natrualeza derrama a manos llenas.

 

La función de todo lo que existe es dar y recibir en un proceso constante. El que se encierra en sí mismo se margina de la corriente de la vida y se empobrece.


La vida es dar y recibir. ¿Dar qué? No se trata de dar dinero o cosas. Se trata de dar respeto, amor, comprensión, apoyo... Al regalar estos dones a los demás las personas no se empobrecen porque son bienes inagotables. Quienes no los dan tienen dos problemas. Carecen de estos bienes lo cual revela pobreza interna o no han aprendido a darlos, con lo cual pierden la oportunidad de participar en la corriente de energía superior que mueve el mundo.

 

Muchos estudios indican que a medida que las personas avanzan hacia el final de su vida se lamentan de no haber amado más y de no haber ayudado más a las personas.

El ayudar a los demás llena de alegría el corazón.

 

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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