Editoriales

Editorial 829

 


Gestiona la expresión de tu cara y gestiona tus emociones

 

"Mente sana en cuerpo sano" y "Cuerpo sano en mente sana"

 

"Mente sana en cuerpo sano"
La salud corporal influye en el funcionamiento de la mente. Cuando el cuerpo funciona bien, cuando tenemos salud y energía es como si quisiéramos comernos el mundo. Nuestro rostro está relajado e irradia alegría, tendemos a ser pacientes, amables y buenas personas; por el contrario, cuando tenemos dolor o malestar, nos volvemos susceptibles, de mal carácter, tenemos dificultad para concentrarnos y somos poco eficaces en el trabajo; lo cual indica la gran influencia que ejerce el cuerpo sobre la mente.


"Cuerpo sano en mente sana"
A su vez, la mente influye en el funcionamiento del cuerpo. La alegría de vivir es la mejor medicina para el cuerpo. Se supone que las personas gastan el 70% de su energía mental en controlar los instintos, los temores, los complejos, la angustia y toda una serie de problemas mentales. Esta situación hace que las personas tengan bajas las defensas físicas y mentales y que sean vulnerables a las enfermedades físicas y a los problemas mentales. Cada día se incrementan las enfermedades psicosomáticas. Hay más de 2000 enfermedades relacionmadas con el estrés laboral. Se trata de enfermedades, aparentemente biológicas, pero son causadas por problemas emocionales. De aquí la importancia de ordenar la vida y de controlar las emociones.

Al final, nuestra cara es la expresión de nuestro estado físico y mental.


Gestiona la expresión de tu cara , significa que a través del control y entrenamiento de la expresión de la cara, podemos enviar mensajes positivos al cerebro que ayuden a mejorar el estado de ánimo, la motivación, la autoestima, el control de las emociones y la creatividad. Se trata de una terapia altamente eficaz.


Si tu voz es clara y consistente, te envía mensajes de que eres capaz y te impulsa a enfrentar las cosas; pero, si tu voz es débil e insegura, te envía mensajes negativos, tales como que: No eres capaz, las cosas son difíciles y es mejor evitar riesgos, por lo que tu voz es tu mejor aliado o tu peor enemigo.


De forma similar, la cara que pones expresa tu actitud ante la vida. Aunque no veas tu cara, la sientes. Cuando das a tu cara una expresión relajada, envías a tu cerebro mensajes positivos de paz, de control, de seguridad y de fortaleza mental, lo cual ejerce un control sobre la parte oscura de la mente, y se traduce en ahorro de energía, en lucidez mental, en mejores relaciones sociales y en eficacia.

Nuestro espíritu se expresa a través de todo el cuerpo, por medio de vibraciones, pero existen ciertas partes que son más expresivas, como la cara, los ojos y las manos. La cara expresa los estados de ánimo; paz, seguridad, felicidad, o bien, tensión, tristeza, temor.


El rostro de cada persona es como un mapa en el que está marcada la historia de su vida. Lo vivido por cada persona deja huellas en su rostro.


Así como los grafólogos pueden describir nuestra personalidad a través de la simple firma, existen analistas que pueden decirnos muchas cosas de nuestra personalidad a través del análisis del rostro.


La coherencia entre los mensajes y la expresión de la cara es indispensable para la credibilidad. Para que exista coherencia es necesario ser honesto. Podemos controlar y falsificar la palabra, porque depende del hemisferio izquierdo (consciente y racional) pero no podemos manipular la expresión de la cara porque depende básicamente del hemisferio derecho, cuyos procesos escapa al control humano.


La expresión corporal relajada incrementa la credibilidad del mensaje, mientras que, una expresión inhibida, rígida o nerviosa, genera duda respecto de la honestidad de la persona. Sin embargo, es importante saber que hay personas buenas y honestas que generan desconfianza, porque, debido a sus temores y complejos viven a la defensiva; así como también existen personas muy sociables que, bajo una capa de amabilidad ocultan intenciones perversas.


La gente inventa máscaras, para ocultar sus sentimientos y de esta forma se protege de la curiosidad de los demás. El problema está en que las personas se acostumbran a la máscara, es decir a su Yo falso y terminan identificándose con la máscara. El problema se complica cuando las personas utilizan distinta máscara según las circunstancias. Lo más maravilloso de la vida es sentirse poseedor de una identidad valiosa y lo más triste es ser extraño para sí mismo.


Los seres humanos podemos "controlar" nuestra expresión facial y podemos controlar las emociones y podemos controlar nuestra vida a través de entrenamiento.


Deberíamos comenzar por lo más fácil que es controlar la expresión facial. Si tomáramos conciencia de los beneficios que nos aporta un rostro relajado y amable, evitaríamos las emociones de ira, de rabia y de angustia, que, además de no resolver nada, traumatizan la expresión de la cara y también el espíritu.


Necesitamos aprender a ser más pacíficos, más pacientes, más reflexivos y más tolerantes y a resolver las cosas de forma inteligente y no a lo bestia.


La cara que pones envía mensajes a tu cerebro, los cuales modelan tu rostro y también tu espíritu, y también envías mensajes al cerebro de los demás, los cuales reaccionarán hacia ti de acuerdo a los mensajes que les envías.


Muchas personas creen que hay que ir por la vida con cara de pocos amigos para protegerse de la agresividad de la sociedad. Es un error, pues, esta actitud pone de manifiesto que tienen problemas serios lo cual las hace vulnerables.


Dedica todos los días unos minutos a relajarte y a sonreír y tu cuerpo y tu espíritu te lo agradecerán. También te lo agradeceran tus familiares, tus amigos y la gente en general; porque es una forma de respeto, mientras que una cara tensa, desconfiada o amargada es una forma de agredir a los demás.


El mayor bien que puedes hacerte a ti mismo y a la sociedad es cultivar una cara que exprese paz, éxito y alegría de vivir. De esta forma enviarás mensajes positivos a tu cerebro y al cerebro de las personas y activarás lo mejor de ti y lo mejor de la gente.


El mayor mal que puedes hacerte a ti mismo y a las personas es tener una cara que exprese tristeza, amargura, fracaso y frustración, porque te contaminarás y contaminas a los demás de tus problemas, a lo cual no tienes derecho, pues, bastante tienen las personas con sus propios problemas.


No eres responsable de la cara que tienes pero sí de la cara que pones.


Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus