Editoriales

Editorial 818

 


Olvida los fracasos y las frustraciones


Deja atrás los fracasos y las frustraciones porque son un peso que te oprime y te hace sufrir, pero no te redime.


Acepta los fracasos como parte natural de la vida. Si sabes aprovechar la experiencia que te dejan, te ayudarán a reaccionar y a crecer, en caso contrario, te amargarán la vida. Recuerda que el pasado pertenece al pasado y no podemos modificarlo; sólo puede servirnos de experiencia y de inspiración. Los sentimientos de culpa son absolutamente inútiles porque nunca redimen; así que, cuando hagas algo mal, arrepiéntete y sigue adelante sin mirar atrás.


Se supone que nadie quiere fracasar, por tanto, perdónate para que puedas vivir en paz, acepta tus límites e imperfecciones y no te detengas por causa de los fracasos, porque lo grave no es caer, sino no volver a intentarlo.


Los fracasos son inevitables y necesarios. Nos hacen humildes, reflexivos, prudentes y fuertes y nos obligan a renovarnos. Si analizas tu vida, encontrarás que la oposición que te han hecho las personas y las dificultades que has encontrado en el camino, te han obligado a superarte y han contribuido en gran medida a lo que hoy eres. De modo que, no consideres los fracasos ni la oposición de las personas como enemigos de tu desarrollo, sino como estímulos que te ayudan a crecer.

Lee sobre la vida de los grandes triunfadores y comprobarás que tuvieron muchos fracasos, pero fueron perseverantes y eso ha hecho la diferencia. Las personas creen que los grandes triunfadores, tuvieron las cosas fáciles, pero no es así. Si lees su biografía, comprobarás que casi todos tuvieron grandes fracasos, pero nunca se dieron por vencidos.


Edison fue despedido de la escuela por incapaz, pero su madre que era maestra le ayudó a salir adelante. Patentó cerca de mil inventos, entre ellos la luz eléctrica, de cuyo invento se dice que tuvo unos cinco mil intentos fallidos. Un reportero de la época le pregunto “¿Cómo se siente haber fracasado tantas veces?” La famosa respuesta fue: “Yo no fracasé cinco mil veces, más bien descubrí cinco mil formas sobre cómo no funciona...”


Albert Einstein tuvo dificultades para hablar, se demoro hasta los 4 años de edad y aprendió a leer recién a los 7 años de edad. Se pensó que podría ser un discapacitado mental. Uno de sus profesores, lo describió como “mentalmente lento, antisocial y siempre a la deriva en sus estúpidos sueños.” Hoy es considerado como el científico más importante del siglo pasado.


Abraham Lincoln experimentó un fracaso tras otro. En 1833 intentó ser elegido a la Cámara de Representantes y perdió varias veces. En 1848 perdió su segunda nominación al Congreso y no fue aceptado como oficial en 1849. Estos fracasos no lo detuvieron en su lucha. En 1854 perdió en el Senado. Dos años después perdió la nominación para la Vice-Presidencia y fue de nuevo derrotado en el Senado en 1858. No se dio por vencido y en el año 1860 fue electo presidente de los estados unidos y pasó a la historia como uno de los más grandes presidentes de los Estados Unidos de América.


Existen muchos miles de personas célebres que deben su éxito a los fracasos y adversidades que tuvieron que superar. Fueron los fracasos los que probaron su temple y fortalecieron su inteligencia y su voluntad. De modo que, no temas al futuro, ni a las dificultades por venir, ni a la competencia, ni a lo que hagan o dejen de hacer los demás. Teme a ser mediocre y a no tener la fortaleza necesaria.


Cuando fracases, cuando te engañen o cuando te traicionen, no busques excusas ni culpables, piensa: ¿En qué me he equivocado? ¿Qué he hecho mal? y encuentra en ti la razón de tus errores y de tus fracasos. Las personas no son malas, pero son impredecibles. A partir de esta realidad ya sabes cómo tienes que actuar en cada situación. Necesitas vivir atento y controlar tu vida, de lo contrario, los demás te impondrán las pautas a seguir. La vida es competencia, por lo que, necesitas aprender a defender tu espacio físico y mental. Antiguamente se defendía con la fuerza, hoy se defiende con autoestima y capacitación.


Según la Ley de Atracción, cuando pensamos en algo (positivo o negativo) lo alimentamos y tiende a fortalecerse. Cuando pensamos en ello con insistencia, incrementamos su poder. Cuanto más poder adquiere una idea o un sentimiento, se impone con fuerza sobre las demás ideas y sentimientos, hasta llegar a tomar el control de la mente. Como es lógico, la persona tenderá a actuar de acuerdo a las ideas y sentimientos que se imponen en su mente. La ley de Atracción es un llamado a ser optimistas y asertivos. La asertividad no es sólo una actitud mental, es una forma activa de vivir, de esforzarse y de capacitarse, en vez de esperar que éstas cambien.


Nos han grabado a través de la educación la idea de que no podemos equivocarnos y un sentimiento de culpa que nos persigue hasta la tumba.


¿Por qué, en vez de pensar, de lamentarnos y de sentirnos culpables por lo que hacemos mal, no nos alegramos por lo que hacemos bien, por estar vivos y por tener otras oportunidades para rectificar y triunfar?


El éxito y la felicidad son una decisión personal. Si decides ser feliz con lo eres y tienes, serás feliz, pero, desde el momento en que te comparas con los demás, o pones tu felicidad sólo en el logro de cosas, serás infeliz


"Muchas cosas pueden andar mal a nuestro alrededor, pero nunca antes en la historia hemos tenido tantos logros intelectuales, científicos y culturales para combatir con más eficacia la ignorancia, la enfermedad, la pobreza y la falta de libertad" Karl Popper poco antes de morir.

 


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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