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Editorial 813

 


No critiques

 

La crítica es una respuesta instintiva, espontánea y natural; es una respuesta de supervivencia, pero no de desarrollo. Somos críticos por naturaleza; así que nadie puede escapar de la crítica. Por tanto, el problema no está en la crítica en sí, sino en la forma en que reaccionamos ante ella.


La crítica es una característica de todos los seres humanos; pero hay personas más propensas a criticar además existen factores educativos, culturales y sociales que ejercen gran influencia. Aunque la crítica es una tendencia natural puede controlarse.


Las personas poco evolucionadas sienten tristeza o disgusto por el bien ajeno o por el cariño o estimación que otros disfrutan. Surge también por la comparación o emulación de alguna cualidad o algún bien que otro posee. Pero, ¿por qué? ¿Es normal entristecerse porque otros son más privilegiados?

 

En principio sí es normal, porque se trata de un sentimiento natural y espontáneo que escapa a nuestro control.
Lo que no es normal es seguir envidiando y criticando, porque, aunque se trata de un sentimiento natural, nosotros podemos controlarlo de forma consciente.


La crítica se manifiesta con personas próximas, amigos, compañeros de trabajo... entre los cuales existe alguna forma de competencia. Es fácil que un futbolista envidie y critique a otro futbolista, pero no a un médico, y que un médico envidie y critique a otro médico pero no a un empresario, etc.


El crítico se compara para valorarse a sí mismo y envidia cuando siente que ocupa una posición inferior que no acepta.


Muchas personas critican de forma sutil, porque la crítica es mal vista y porque indica inferioridad, pero tarde o temprano afloran los sentimientos de envidia que se esconden detrás de la crítica. La crítica puede expresarse de forma directa a través de palabras críticas o descalificación, o bien de forma sutil, a través de palabras aparentemente inofensivas pero cargadas de mala intención.


Las personas críticas son peligrosas porque utilizan muchas formas para descalificar o destruir a quienes envidian. Piensan que al descalificarlo o destruirlo dejará de ser envidiable y se sentirán mejor.


De todas formas es bueno saber que la indiferencia, la envidia y la crítica son parte natural de la vida y que la mejor forma de superarlas es "volar alto"


El crítico es un ser frustrado por no poder conseguir lo que anhela. Ansía ser como otro, algo que nunca podrá alcanzar; por ello, su sentimiento de tristeza es muy intenso.


La crítica le produce un placer, siente que al criticar rebaja o destruye a la persona que es objeto de envidia. Es como si de esta forma devaluara el objeto de la envidia, lo cual le hace sentir que no pierde nada importante. Es un poco el cuento de la zorra que al no poder alcanzar las uvas se dijo: "Las uvas están verdes" Es una forma de racionalizar y de justificar su incapacidad y sus fracasos.
Muchos critican de forma espontánea, sin procesar las razones de su crítica, sin embargo, sienten que la crítica les produce un estado placentero.


La crítica es una conducta aprendidas en respuesta a estímulos provenientes del medio ambiente. Son los padres quienes programan a sus hijos para el amor o para el odio, a través de sus mensajes, actitudes y comportamientos. Esta programación se realiza en la primera infancia, que es cuando el niño pone las bases de sus estructuras intelectual y afectiva.


Esta programación se realiza de forma inconsciente y tiende a funcionar de forma automática a lo largo de la vida; sin embargo, el ser humano tiene una conciencia, es inteligente y libre y puede controlar esta programación, por lo cual, el desarrollo del odio depende de sus decisiones personales.


La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son "peligrosas", porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la gente y obligarla a ser más auténtica y responsable. Por esta razón, la sociedad es crítica y ha eliminado a quienes han tratado de liberarla (Sócrates, Cristo, Gandhi, Martin Luter King y toda una pléyade de héroes y de mártires a quienes debemos la mayor parte de nuestras libertades).


Recuerda que todos somos la sociedad. Todos nos oponemos de forma consciente o inconsciente al progreso de los demás, porque somos envidiosos, críticos y represivos por naturaleza. Para comprobarlo, escucha el lenguaje de las personas, pero presta mucha atención, porque la mayoría de las críticas son sutiles y subliminales, de esas que "Tiran la piedra y esconden la mano". Estas críticas son las más dañinas.


Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque sólo con ello podrás construir el éxito.


En el fondo, la gente confía en las personas que son prudentes y respetuosas de los demás y desconfía de las personas que se dedican a criticar y descalificar a los demás


Habla bien de las personas, porque es hablar bien de ti. Que tu boca se abra para decir la verdad y para estimular. Si tienes algo bueno que decir, habla, si no, calla.


Recuerda que, por la boca muere el pez y que eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices.


En todas partes del mundo se han levantado monumentos a las personas creativas pero no existe ningún monumento en honor de los críticos ¿Por qué será?


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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