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Editorial 806

 


Cómo disfrutar de la lectura

 

El ser humano realiza ciertas actividades de forma instintiva como cualquier animal, pero las actividades humanas superiores dependen de hábitos adquiridos. Un hábito es una conducta adquirida por repetición. Con el ejercicio se integran cada vez más los movimientos que participan en cada acción. A medida que se van corrigiendo los movimientos inadecuados, la acción se hace más perfecta y eficaz. Con el tiempo el hábito se convierte en conducta automática de modo que la mente queda libre para ocuparse de otras cosas.

 

Los hábitos, cuanto más eficaces son, más poder tienen, pues hacen que las conductas resulten fáciles y que se logren los objetivos deseados, lo cual resulta estimulante.

 

El hecho de que la mayoría de los trabajos resulten pesados y desagradables se debe a que las personas no han desarrollados hábitos eficaces, y, por tanto, funcionan por debajo de las exigencias requeridas.


Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos, deberíamos aprender, desde niños, numerosos hábitos fluidos y eficaces, tales como: leer, pensar, hablar, escribir, relacionarnos, disciplina, honestidad, responsabilidad, compartir, alimentación, ejercicio, etc.) y deberíamos encontrar la forma de que estos hábitos resultaran agradables, pues, existe un principio básico de psicología según el cual, los seres humanos tendemos a realizar lo que nos resulta agradable y a evitar lo que nos resulta desagradable.


Los hábitos hacen que la vida fluya de forma natural y espontánea y que el hecho de vivir sea un placer maravilloso. Esto explica el hecho de que haya personas que disfrutan escalando montañas que exigen años de entrenamiento, de sacrificio y de renuncia a muchas cosas; que existan héroes, sabios, santos y personas que dediquen su vida a la investigación, al servicio social y personas que se dedican a cumplir fielmente con sus deberes, sin otro interés que el placer del deber cumplido.

 

Cuando las personas se implican en algo y lo toman como un reto ineludible, las cosas adquieren un valor inmenso y desarrollan interés, motivación y una voluntad inquebrantable, que les permite llevar adelante retos inalcanzables para quienes no piensan ni sienten como ellas. El interés y la actitud son determinantes, pero nadie tiene interés ni actitud si no existe un objetivo importante por el que luchar.


Como en todo ser humano existe una tendencia natural al egoísmo, a la comodidad y al libertinaje, es necesario fortalecer los buenos hábitos constantemente a través del espíritu de superación y de la acción. Es preferible reforzar los hábitos todos los días que realizar grandes esfuerzos de forma periódica.


Admiramos a quienes logran cosas sorprendentes. Pensamos que son seres especiales, seres privilegiados, y, hasta seres de otro planeta, pero no es así, son personas comunes, pero, con interés y actitud excepcionales, que un día tomaron la decisión de lograr ciertos objetivos y perseveran en la acción.


La razones por las cuales algunas personas tienen interés y actitud excepcionales por algo, son más subconscientes que conscientes.


Según C. Gustav Jung (1875-1961) discípulo de Freud, todos tenemos ciertos complejos de inferioridad y alguno de estos complejos impulsaría a los seres humanos a buscar el éxito, como una forma de compensación del complejo de inferioridad, como una forma de demostrarse a sí mismo y a los demás su valía.


En vista de lo expuesto es importante entender que nuestra vida depende de hábitos, por lo cual, es fundamental desarrollar hábitos eficaces, fluidos y agradables en todos los aspectos importantes de la vida. Sería maravilloso adquirir el hábito e la lectura veloz y comprensiva, el hábito de la honestidad, del espíritu de superación, etc. porque tendríamos la motivación y la fuerza necesaria para lograr objetivos importantes.


Hace unos días me comentaba la mamá de un alumno de 14 años que acaba de iniciar un curso de Lectura Veloz, que su hijo, poco afecto al estudio, le había dicho que se había comprometido a leer todos los días, 13 páginas de un libro de aventuras. Nadie sabe cuál es la causa de su decisión, tal vez algún comentario que escuchó en el curso iluminó su mente. Le dije a la señora que si su hijo se mantenía fiel a su promesa tenía garantizado el éxito, debido a que la lectura es un gran activador de la inteligencia.


El papá de dos jóvenes que participan en el mismo curso me comentó que estaba sorprendido de que sus hijos, muy aficionados a los videos-juegos, ahora se han liberado de forma considerable de esta dependencia y están centrados en sus estudios. Aquí no hay nada extraño. En el manual hay una lectura sobre videos-juegos que les ha convencido de los daños que genera la afición desmedida, y en relación con el estudio, han aprendido a estudiar de forma más fácil, agradable y rápida, de modo que, ahora tienen razones importantes para controlar sus juegos y para estudiar con interés.

Si las personas encontraran razones importantes para actuar y métodos eficaces, todas las personas serían estudiosas, trabajadoras, responsables y consecuentes. El problema está en que carecemos de convicciones, de hábitos y de métodos eficaces.


Estamos atrapados en ideas, criterios, hábitos y paradigmas que estimulan el sometimiento y la mediocridad, en vez de estimular el espíritu de superación. Dependemos demasiado de proyectos, planes y dinámicas establecidas por una sociedad que está en crisis en todos los aspectos (económico, laboral, familiar, escolar, social, político, moral, etc.) En estas condiciones son pocas las personas que pueden disfrutar de la lectura, del estudio, del trabajo, de la familia, de los amigos y de la vida.


Cuando a las personas les va bien en algo, se debe a que tienen hábitos correctos en ese aspecto. Todas las personas tienen el deseo de triunfar en muchas cosas, para lo cual, deben comenzar por familiarizarse con los conocimientos y experiencia (hábitos) relacionados con el asunto.


La felicidad no es otra cosa que la experiencia de lograr los objetivos que nos proponemos, porque tenemos hábitos que proporcionan seguridad y ayudan a hacer las cosas posibles. Se trata de sentir la experiencia de ser un triunfador en aspectos fundamentales de la vida. Lo cual no quiere decir que no tengamos dificultades y fracasos.


Lo importante de la vida, no es disfrutar a ratos, sino disfrutar constantemente, gracias a que todo lo hacemos por una razón importante y tiene un valor inmenso, porque nos ayuda a convertir nuestros proyectos y sueños en realidad.

 

Lo que hacemos (lectura, trabajo,...) sólo tiene sentido dentro de un proyecto de vida, orientado al desarrollo de la inteligencia, de la conciencia, de la economía, de la seguridad, de la libertad, de la felicidad. etc.


Cuando encuentres el valor que tiene la lectura, la honestidad, la familia, el trabajo, la disciplina, la responsabilidad, etc. disfrutarás de lo que haces.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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