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Editorial 802

 


"Libertad, igualdad y fraternidad"

 

"Libertad, igualdad y fraternidad" fue el grito que alentó la Revolución francesa (1789), que destronó al rey Luis XVIl y despertó la conciencia dormida de los pueblos. Su creador fue Maximiliano Robespierre, quien, como líder de la revolución y como diputado en la Asamblea General, dijo en un discurso: "El objetivo hacia donde nos dirigimos es el goce pacífico de la libertad y de la igualdad, hacia el reino de esta eterna justicia cuyas leyes se encuentran escritas, no sobre mármol, sino en los corazones de todos los hombres"


Hace dos mil años que Cristo también habló de justicia, de igualdad y de fraternidad, pero estamos muy lejos de hacer realidad el mensaje de Cristo y el ideario de la Revolución Francesa.


El orden en que están expresadas estas tres palabras: Libertad, igualdad y fraternidad es el correcto. El objetivo de cada palabra depende de que se haga realidad la palabra anterior. Así, sin libertad no puede existir igualdad, y sin libertad e igualdad no puede existir fraternidad entre los hombres.


Hemos avanzado bastante en lo que se refiere a la libertad física. Hace años que se abolió la esclavitud y muchos países se independizaron en los dos últimos siglos y hoy poseen su propia nacionalidad; pero aún no son libres, porque no son capaces de autogobernarse en democracia, con justicia y responsabilidad.


Se independizaron, pero aún son esclavos de sus propias debilidades. Son independientes pero no son libres. De una forma o de otra, son esclavos de otros países, o bien, de sus propios dictadores.

La verdadera libertad comienza por liberarnos de nuestros propios enemigos internos (instintos, temores y egoísmo) Esta libertad se basa en el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, en conocer la verdad y en practicar el bien. Se trata de la libertad interna, de la que derivan las demás libertades.

Según el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos."Toda persona tiene derechos y libertades sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición" Pero en la práctica estos derechos son vulnerados constantemente en todas partes. Basta encender la televisión o leer la prensa para darse cuenta de que lo que ocurre en la sociedad está muy lejos del ideario de la Revolución Francesa.


Igualdad. La democracia supone el reconocimiento del derecho al voto. Es un paso hacia la igualdad. También hemos avanzado un poco en lo que se refiere a igualdad de oportunidades. El problema surge cuando se trata de aprovechar las oportunidades, pues, la mayoría de las personas no están a la altura de las circunstancias, por lo cual, no las ven o no pueden alcanzarlas.


Ahora bien, existe la Ley de Desigualdad, según la cual, la naturaleza distribuye dones de acuerdo a la misión que asigna a cada persona. La distribución es justa y equitativa. Cada persona llega a esta vida con la dotación necesaria para cumplir su misión con eficacia. Para la Ley de Desigualdad todas las misiones son igualmente importantes. Pero la sociedad no piensa lo mismo. La sociedad ha creado sus propios criterios acerca del éxito. Según estos criterios, lo importante es lograr dinero y poder porque con ellos se pueden comprar muchas cosas.


La desigualdad es el origen del movimiento y de la acción, por tanto, del desarrollo y de la vida. Si no hubiera diferencias de ideas, todos pensaríamos lo mismo, no habría movimiento intelectual, ni creatividad, ni progreso.


A lo largo de la historia han surgido distintas ideologías que han pretendido imponer la uniformidad a nivel político, económico, religioso, social, cultural, etc. pero han fracasado rotundamente porque van en contra de la ley natural de Desigualdad. De modo que la igualdad no existe en la naturaleza. Al hablar de igualdad nos referimos a la igualdad de oportunidades, después cada uno logra lo que puede de acuerdo a su esfuerzo.


Lo expuesto no tiene nada que ver con las desigualdades sociales y económicas generadas por la sociedad. La ley de Desigualdad no justifica estas diferencias que son producto de la ignorancia, de la pereza, de la injusticia y del egoísmo de las personas.


Fraternidad es una forma de solidaridad. Es considerada como una virtud, pero también es una ley natural que practican muchas especies animales.


Existen hormigas que cuando llegan a viejas, se sacrifican por las demás, debido a que su vida es menos importante para la especie que la vida de las hormigas jóvenes.


Las hormigas viejas realizan labores que exigen alejarse más del hormiguero y correr más riesgos. Existen muchas especies de animales que sobreviven gracias a la solidaridad. Es posible que la superviviencia humana en el futuro dependa más que nunca de la solidaridad.


La fraternidad es una virtud humana superior. Es la unión entre personas con un fuerte vínculo afectivo. La fraternidad es el madamiento más importante de la religión: "Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"


La fraternidad universal es el gran anhelo de los seres humanos y el objetivo hacia el cual nos dirigimos. "El objetivo hacia donde nos dirigimos es el goce pacífico de la libertad y de la igualdad, hacia el reino de esta eterna justicia cuyas leyes se encuentran escritas, no sobre mármol, sino en los corazones de todos los hombres" Robespierre

Llevamos más de cuatro millones de años caminando hacia la libertad, la igualdad y la fraternidad.

En el fondo, todos sabemos que este es el camino correcto que lleva al encuentro del propio yo, al encuentro con los hombres y al encuentro con Dios, considerado como el Alfa y el Omega, el principio y el fin.


Es mucho lo que queda por hacer para convertir este anhelo profundo en realidad. De ti depende que el mundo sea un poco mejor, porque te esfuerzas en ser la mejor persona que puedas llegar a ser.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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