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Editorial 800

 


El sentido común nunca falla

 

El sentido común se describe como las creencias, experiencias y comportamientos que ayudan a adaptarse a la realidad de la vida, a convivir en paz y a lograr éxito y felicidad. Es la inteligencia práctica que ayuda a encontrar soluciones correctas y oportunas.


El sentido común nos permite entender el mundo en que vivimos, darnos cuenta de lo es prudente, justo, lógico, conveniente, oportuno y también de lo que es negativo y peligroso. Nos ayuda a adaptarnos a la realidad.

El ser humano percibe el mundo a través de los sentidos, pero, cada sentido sólo capta un aspecto de la realidad; el ojo ve, el oído oye,... Se necesita una capacidad que integre todos los datos para que lo percibido tenga sentido. Esta función la cumple el sentido común. Se dice que el sentido común ilumina lo que percibimos y lo hace consciente. En cierta forma es como una función primaria de la inteligencia que tiene por objeto analizar la lógica de las cosas, y, basado en la experiencia, ayudar a tomar decisiones oportunas y eficaces.


"El sentido común es una facultad que posee la generalidad de las personas, para juzgar razonablemente las cosas" Rivkin,


Aristóteles afirmó que el sentido común proporciona un lugar en donde todos los sentidos se juntan y en el cual se procesan las informaciones entregadas por dichos sentidos; el resultado es una toma de conciencia de la realidad.


El sentido común se desarrolla. Los campesinos tienen gran sentido común en relación con el mundo del campo pero no en relación con el trajín de la ciudad, y a la inversa.


El sentido común está relacionado con lo que conocemos y con la experiencia. No se trata sólo de información y de conocimientos científicos, se trata sobre todo de esa sabiduría milenaria acumulada por la humanidad a lo largo de los siglos, conocida como cultura, criterios y valores.


Se supone que estamos más preparados que nuestros mayores y que deberíamos tener más sentido común que ellos, pero no es así. Cada día las personas tienen menos sentido común, tal vez porque no tienen tiempo para observar y reflexionar, y porque rviven de ilusiones y están alejadas de la realidad. Conozco muchas personas, incluso profesionales muy preparados en su profesión, carentes de criterios y de sentido común en aspectos importantes de la vida, y, conozco también muchas personas humildes que sorprenden por su gran sentido común. Lo cual indica que, el sentido común es más que títulos, es sabiduría de la vida.


Las personas de antes tenían unos conocimientos mínimos, pero criterios y valores bien definidos, y un gran sentido común que les ayudaba a actuar de forma consciente y responsable. Hoy tenemos mucha información, pero somos bastante inconscientes, irresponsables e incongruentes. La sociedad adolece de principios, de criterios y de valores. El relativismo moral, la corrupción y el libertinaje avanzan a su antojo, avasallando las conciencias y el sentido común.


Hay quienes dicen que el sentido común ha muerto, por no s aber cultivar esas valiosas enseñanzas que nos han dejado las generaciones que nos han precedido.


El sentido común es la última luz que nos queda para iluminar el camino de la vida. Después de ella sólo queda la barbarie; por lo cual, los padres y educadores deberían enfocarse más en desarrollar el sentido común, el valor real de las cosas y el arte de vivir.


Los refranes son el mayor monumento al sentido común. Ellos contienen la experiencia de los siglos y la sabiduría condensada. Toma los mejores refranes de internet y repásalos con frecuencia. Mejorarán tus criterios, tu visión de la vida, tu sentido común y tu personalidad.

 

La muerte del Sentido Común

"Hoy lloramos la muerte de un querido amigo: El Sentido Común, que ha estado entre nosotros durante muchos años.


Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia.


Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza, que se necesita leer todos los días un poco, saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer la validez de frases tales como "la vida no siempre es justa", y tal vez haya sido yo el culpable.


Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no gastes más de lo que ganas) y estrategias parentales confiables (los adultos, no los niños, están a cargo).


Su salud comenzó a deteriorarse muy rápidamente cuando se aplicaron reglas bien intencionadas pero ineficaces: informes respecto de un niño de solo seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase; adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga, y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición.


Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.


Su salud se deterioró aún más, cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para poder administrar una aspirina o colocar una curita a un alumno; aunque eso sí, no podían informar a los padres si una de sus alumnas estaba embarazada y quería abortar.


Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios y los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus víctimas.


Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea inmediatamente investigado por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil.


La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza, la de su esposa Discreción, la de su hermosa hija Responsabilidad y la de su muy atento hijo Raciocinio.
Lo sobreviven sus tres hermanastros: Conozco Mis Derechos, El otro Tiene la Culpa, y Soy Una Víctima de la Sociedad.


No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se han enterado de que ha fallecido.
Si aún recuerdas a Sentido Común, te solicito que reenvíes este correo. No sé, pero posiblemente, haya esperanzas de poder revivirlo"



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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