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Editorial 793

 


No vemos a las personas como son,
las vemos a través de lo que somos nosotros.

El mundo es igual para todos; sin embargo, el optimista ve las cosas en positivo porque es alegre, satisfecho, seguro y feliz, y el pesimista las ve en negativo, porque su estado de ánimo habitual es triste y sombrío.


El éxito y la felicidad son el producto de éxitos reales; sin embargo, muchas personas alcanzan las metas que se proponen pero no son felices, debido a su actitud pesimista.


Nadie nace optimista o pesimista. Ambas actitudes se adquieren a través de la educación. Son dos formas distintas de ver la vida. Una conduce al éxito y a la felicidad y la otra conduce al fracaso y a la frustración.


El optimista percibe la vida en colores. Tiene fe, esperanza e ilusiones. Para él, siempre existe una luz al final del camino. Como es lógico, piensa en positivo, actúa en positivo y le va bien, porque pone a funcionar lo mejor de sí


El pesimista desconfía de sus capacidades y de las intenciones de los demás; vive a la defensiva y teme arriesgar. Jamás se siente satisfecho de sus logros porque siempre encuentra un pero.


Aprende a ver más allá de las apariencias. Para ver más allá de las cosas, no es sólo cuestión de observar más, sino de cambiar de telescopio.


Si miras a las personas con ojos de odio, envidia y resentimiento, proyectarás sobre las personas tu odio, tu envidia y tu resentimiento, las verás como seres despreciables, tu actitud hacia ellas será negativa, y, como es lógico, percibirán tu actitud negativa y reaccionarán de forma negativa contra ti; pero, si proyectas sobre las personas tu amor y tu alegría, las verás como seres maravillosos, reaccionarás hacia ellas de forma positiva y ellas te tratarán de forma positiva, pues en toda relación humana se aplica la Ley de Acción y Reacción. De aquí la importancia de ser siempre asertivos, independientemente de cómo sean los demás. "Haz bien y no mires a quien"


En épocas pasadas las personas eran más naturales, pero con los años hemos aprendido a inventar máscaras, por muchas razones (para protegernos de la curiosidad y de la maldad, para ocultar nuestras debilidades y para engañar y sorprender a otras personas)


Hay personas que son muy hábiles en fingir y engañar, lo que hace que todos seamos potenciales víctimas. Sin embargo es un error desconfiar de las personas a priori, pues las personas percibirán nuestra desconfianza y se pondrán a la defensiva, lo cual arruinará la relación; pero esto no significa que debamos ser ingenuos. Lo mejor es confiar, pero vivir alerta, porque el enemigo puede estar donde menos lo sospeches.


A los seres humanos deberían habernos educado para ser prudentes, pero somos hijos de una educación represiva. Nos han educado para temer, para desconfiar y para vivir a la defensiva, es decir, para pensar que las personas son malas y traicioneras. Nuestros padres no lo han hecho por mal. Lo han hecho para "protegernos"


Como la desconfianza es un obstáculo para las relaciones, tratamos de controlarla y de ocultarla, pero está a flor de piel en todos los seres humanos.


Los seres humanos tienen una parte buena y noble y otra parte oscura. Lo importante es activar la parte positiva de las personas y evitar todo lo que pueda despertar sus conflictos internos. Es fundamental no abrir la caja de Pandora. Al funcionar de forma positiva, por Ley de Acción y Reacción, podemos lograr que las personas funcionen de forma positiva.


Si quieres saber cómo eres, observa cómo percibes a los demás, porque lo que ves en los demás es una proyección de ti mismo. Observa también las reacciones de las demás personas hacia ti y podrás saber la impresión que causas.


Las ideas y sentimientos que cultivamos determinan nuestra visión de la vida, nuestra actitud ante las cosas, la forma de actuar y la forma en que percibimos la vida y las personas. Según sean nuestras ideas y nuestros sentimientos, serán nuestras reacciones y nuestras decisiones, y, según sean nuestras decisiones, será nuestra vida.


Trata de encontrar la parte buena de las personas, ayúdalas y trátalas bien. Comprende, perdona y ama, porque al hacerlo, te conviertes en mejor persona. En cierta forma los otros son tu propio Yo, y lo que haces por ellos lo haces por ti mismo.


Así como no vemos las cosas como son sino como somos, tampoco escuchamos las palabras como las dicen las personas sino como nosotros pensamos, y, cuando no coinciden con nuestras ideas tendemos a negarlas.


En el taller de Súper Aprendizaje Alfa hay un ejercicio en el que se da el menaje siguiente: "Repasen la línea tratando de no salirse"
Una vez terminado el ejercicio se les pide que digan el mensaje, y todos afirman que el mensaje ha sido: "Repasen la línea sin salirse"
Sin duda todos han escuchado el mensaje correcto, pero se ha impuesto su forma de pensar. El cerebro humano está saturado de prohibiciones. Todo lo ve en blanco y negro. Las cosas están permitidas o estan prohibidas,... No entiende de términos medios, por esta razón no ha procesado ni ha tomado en cuenta la palabra " tratando"

Los seres humanos utilizamos el mismo código verbal, pero nuestros códigos mentales, afectivos, morales y espirituales son muy distintos y si no logramos sintonía entre estos códigos resulta difícil el entendimiento. Las palabras son las mismas pero el significado es distinto. Por esta razón, antes de hablar sobre asuntos importantes es conveniente definir las premisas y las pautas a seguir, pues, no se trata de enfrentarse y derrotar al otro sino de llegar a acuerdos.

Si los seres humanos tuviéramos una visión similar de las cosas nos entenderíamos fácilmente. El problema surge cuando las personas tienen una visión distinta de las cosas; sobre todo, cuando se trata de temas importantes como la familia, la religión, la patria, la cultura, las ideologías, el partido político, etc.


Las personas nos aferramos a estas instancias porque proporcionan seguridad, por lo cual, reaccionamos contra quienes las cuestionan, porque sentimos la crítica como una amenaza a nuestra seguridad. Esta es la razón por la cual hay que evitar discutir de religión, de patria y de familia, y es la razón por la que hay que respetar los sentimientos de los demás.


La humanidad vive un proceso acelerado de integración cultural.
Imagínate cuántas razas, lenguas, religiones y costumbres conviven en Nueva York. Esta realidad exige el desarrollo de la tolerancia y del espíritu democrático. Cada persona debe ser fiel a sus creencias, pero debe evitar el fanatismo y debe estar abierta a la verdad.


Todas las personas saben que el éxito y felicidad están en la verdad y en el bien y todas las personas desean ser buenas y honestas, pero, a veces las circunstancias nos alejan de esta posibilidad.


Evita criticar y juzgar a las personas. Los seres humanos tendemos a criticar y juzgar a las personas deshonestas, corruptas, etc. cuando deberíamos compadecernos de ellas, porque bastante desgracia y castigo tienen con ser como son. Además: "El que esté sin pecado que tire la primera piedra"


Evita criticar y juzgar a las personas, porque al hacerlo estás proyectando sobre ellas tus peores sentimientos.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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