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Editorial 783

 


Los hombres del mañana


La humanidad vive un proceso constante de evolución, lo que significa, un crecimiento de la inteligencia, de la conciencia; por tanto, el futuro ofrecerá más oportunidades para convertir los sueños en realidad.


En la actualidad, la ciencia ha dado un salto quántico y avanza de forma impresionante, debido a que la materia se puede manejar con facilidad, pues no ofrece resistencia a la acción del hombre. Estos cambios hacen creer que el hombre ha tomado el control del futuro; pero esto es una simple fantasía. El progreso científico y técnico es bueno, pero, por sí solo, no garantiza el desarrollo humano. De modo que, la vida seguirá cambiando de forma impresionante en cuanto a progreso se refiere, pero los cambios de fondo son el resultado de un proceso evolutivo largo y lento.


Los seres humanos seguimos siendo muy semejantes a nuestros ancestros prehistóricos, sólo que más pulidos y controlados, pero, cuando se desatan las crisis (conflictos, guerras...) aflora nuestra realidad profunda.


La verdadera historia es interna y profunda, y, como el mar, avanza sin cesar, firme y poderosa; a veces se desatan tormentas y crecen las olas como una amenaza, pero pronto vuelve la calma. En realidad, sólo cambia la apariencia de la superficie, pero en el fondo, las corrientes marinas siguen impertérritas el mismo camino que han seguido durante millones de años.


La evolución del universo y de la humanidad obedece a leyes establecidas. En la vida humana no existe un determinismo absoluto como ocurre en la naturaleza. Los seres humanos son libres y pueden, gracias al libre albedrío, construir su propia historia. De modo, que existe una historia universal que construimos entre todos y una historia personal.


Los adelantos en telecomunicaciones, internet, etc. hacen que la información llegue rápida y de forma masiva a todas partes del mundo. La información es un activador de la inteligencia, de la conciencia y de la evolución.


La globalización permite toda clase de interrelaciones y es una oportunidad maravillosa para el conocimiento mutuo, para madurar como personas y como sociedad y para trabajar unidos. Gracias a las telecomunicaciones y a la globalización, la evolución se acelera cada día.


Es necesario adelantarse al futuro y desarrollar habilidades en lectura veloz y comprensiva, razonamiento y creatividad. Estas habilidades permitirán aprender con rapidez y facilidad lo que sea necesario para adaptarse a los nuevos cambios y resolver los retos.


En la historia humana siempre hay momentos de crisis y caos que preceden a cambios profundos. Lo ideal sería que la evolución humana fuera progresiva y pacífica, pero, debido al egoísmo y a la ignorancia, la sociedad no fluye y se acumulan problemas, injusticias y frustración. Al final, la tensión resulta insoportable y surgen las crisis, las guerras, etc.


De esta forma se destruyen las viejas estructuras y se ponen las bases de algo mejor. Como es natural, en estos procesos se pierden vidas y valores, y muchas personas inocentes pagan los platos rotos de la historia, pero es el precio que la humanidad debe pagar para sobrevivir y evolucionar.


En la actualidad se vive una crisis de valores. Los valores constituyen la roca firme sobre la que se asienta la autoestima y el sentido de dignidad. Los valores, la autoestima y el sentido de dignidad proporcionan una fortaleza interna capaz de afrontar con éxito cualquier situación.


El debilitamiento de los valores, la corrupción y el libertinaje reinantes son el preludio de una crisis mundial que nadie sabe cómo terminará. Por de pronto, las grandes instituciones (familia, iglesias, escuela, instituciones políticas, de justicia, ONU, etc.) están perdiendo cada día más autoridad, lo que se traduce en menos eficacia a la hora de educar y de gobernar. Sin educación en valores y sin ley, se impone el libertinaje; lo que viene después, es la anarquía.


A todo esto hay que añadir los cambios importantes que se están produciendo a nivel económico, laboral y social. La tierra está agotada y no soporta la contaminación creciente ni el consumismo de una sociedad depredadora. El desempleo, la marginalidad y los conflictos sociales y bélicos siguen sin solución. Son demasiadas las bombas de tiempo que necesitamos desactivar.


La tecnificación y automatización de la vida es un logro positivo, pero es un arma de doble filo, que, así como puede ayudarnos a progresar, también puede destruirnos.


Por de pronto, la excesiva automatización, si no va acompañada de desarrollo humano, da origen a personas robots, con poca sensibilidad humana y con escasa conciencia moral, presas fáciles del egoísmo y de la corrupción. Con personas como estas resulta difícil construir una sociedad justa y solidaria, capaz de convivir en paz y de poner las bases de un futuro mejor.


Nadie puede predecir lo que ocurrirá en el mundo en este año. Todos tenemos expectativas e ilusiones y esperamos que se cumplan, pero, lo cierto es, que nuestra vida está en manos del destino y la incertidumbre es compañera inseparable de camino.


En base a las premisas señaladas podemos predecir cómo serán los hombres del mañana. Sin embargo, la humanidad puede sustraerse al determinismo si pone a funcionar las mejores herramientas que le ha dado la evolución: La inteligencia y la conciencia.


Un porcentaje pequeño de personas evolucionará mucho, a pesar de los obstáculos que les ponga la sociedad, porque su determinación será tal que nadie podrá impedir que evolucionen. Otro porcentaje también logrará salir airoso porque hoy están poniendo las bases de su futuro, y la mitad de la humanidad será mediocre, como siempre.


Es importante adelantarse al futuro. El futuro es por naturaleza riesgo e incertidumbre pero son estas características las que le dan a la vida ese sabor de novedad permanente. Si supiéramos lo que va a ocurrir en el futuro, tomaríamos las previsiones del caso, pero, en vista de que no lo sabemos, debemos tomar más previsiones aún.


De todos modos, no te preocupes por el futuro. La vida humana está sujeta a leyes de evolución; por tanto, el futuro ofrecerá más oportunidades para crecer y para ser más libre. Eso sí, quienes no se capaciten, quienes no evolucionen, lo pasarán muy mal porque tendrán conciencia de las oportunidades perdidas.


Los seres humanos somos muy dados a excusarnos y a culpar a los demás; pero esa actitud le tiene sin cuidado a la naturaleza. La ley de vida dice que: "Cada persona recibe beneficios de acuerdo a lo que hace, como también paga las consecuencias de su incapacidad, sin importar cuáles sean las causas" de modo que, cada uno debe hacerse cargo de sí mismo y no esperar mucho de nadie.


El éxito no es el resultado de hechos aislados, ni de la suerte, sino de una vida bien organizada. El fracaso tampoco es producto de la mala suerte, ni de circunstancias adversas, sino de la irresponsabilidad.


El futuro es la casa de los sueños y de la esperanza. El temor al futuro mata los sueños y la esperanza y sin ellos, el hombre es un barco a la deriva. Así que, visualiza un futuro exitoso, luego sueña, trabaja y espera lo mejor, seguro de que te acontecerá lo mejor.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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