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Editorial 775

 


El inconsciente colectivo

 

Los seres humanos heredamos un código genético que se ha transmitido de generación en generación y también heredamos un inconsciente colectivo que contiene las grabaciones de todas las experiencias vividas por la humanidad desde sus orígenes hasta el día de hoy.

"La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su raíz. Su vida propia no es perceptible, se esconde en la raíz.. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un tiempo. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero.


Si pensamos en el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas, se tiene la impresión de que nada es absoluto; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece, pero la raíz permanece. C. G. Jung.

Los seres humanos tenemos un inconsciente personal que contiene lo vivido por la propia persona, pero este inconsciente personal hunde sus raíces en el inconsciente colectivo que contiene las grabaciones de todas las experiencias vividas por la humanidad desde sus orígenes hasta el día de hoy.


"Existen muchas conductas humanas que no se adquieren con la educación ni en contacto con la cultura, sino que son "innatas y hereditarias" C. G. Jung.


"A semejanza de los instintos, los modelos de pensamiento colectivo de la mente humana son innatos y hereditarios. Funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros" C. G. Jung.

En el inconsciente colectivo están grabados los temores y tabúes que han presidido la vida de la humanidad, así como distintos aprendizajes e iniciativas.


Tabú es una palabra polinesia que significa sagrado, impuro, prohibido. Su fórmula es prohibir. ¡No hagas! Esta fórmula, en el correr de los años, se convirtió en norma moral de todas las religiones. Y así como la violación del tabú era castigada con la muerte física, la violación de la norma moral era castigada con la muerte eterna (el infierno)


La finalidad del tabú era controlar las conductas instintivas a través del temor. De esta forma surgieron infinidad de tabúes. El tabú y el temor son las formas más primitivas de control.


Han pasado miles de años, desde aquel escenario primitivo y el hombre ha evolucionado, pero los tabúes siguen enraizados en la mente de los hombres y se transmiten de padres a hijos.


En nuestra cultura existen infinidad de tabúes que reprimen la iniciativa y la libertad. La mayoría de los tabúes, hoy no tienen justificación lógica. Son pautas aprendidas que se transmiten de forma automática de generación en generación. Muchos tabúes desaparecen por inconsistentes pero surgen otros tabúes nuevos, muchos de los cuales carecen de sentido.


En el fondo, nuestras conductas son muy similares a las de nuestros ancestros, debido a que seguimos utilizando sus mismos patrones de conducta, solo que un poco más sofisticados. Por esta razón, cada generación, por más que trata de distanciarse de la generación anterior, sigue haciendo las mismas cosas y cometiendo los mismos errores. Los hijos tienen más cosas en común con sus padres y ancestros de lo que imaginan.


El inconsciente colectivo es la gran fuente de inspiración de la que se nutre la humanidad. Cuando miramos al pasado lo vemos como viejo y obsoleto, lo cual es cierto, sólo cuando se trata de ciertas cosas materiales, pero no cuando se trata de ideas importantes. Las ideas no son viejas ni nuevas, solo son buenas o malas. En realidad, todo lo que hoy somos y tenemos es mérito de las generaciones pasadas, los méritos de la generación actual están por verse.


El inconsciente no es un simple almacén de datos. El cerebro lo activa constantemente relacionando y combinando unas ideas con otras en busca de mejores soluciones. El cerebro es inmensamente poderoso, puede producir miles de ideas por segundo, pero este poder está condicionado por los contenidos mentales conscientes e inconscientes (Ideas, sentimientos, temores, motivaciones, experiencia, etc.)

Cuando observamos un iceberg sólo vemos una octava parte de su altura. Hay otras siete partes sumergidas en el mar. La parte visible se mantiene sobre la superficie porque se apoya en la parte sumergida que no vemos. De forma similar, los seres humanos sólo tenemos conciencia de una pequeña parte de nuestros contenidos mentales.


Desconocemos nuestro verdadero poder mental; sin embargo, sabemos que ahí está, como una riqueza inmensa, como una mina, que podemos explotar. Así como la parte visible del iceberg se apoya en la parte sumergida, así la parte consciente de las personas se apoya y se alimenta de la parte subconsciente personal y del inconsciente colectivo.


Sin el inconsciente colectivo resulta difícil explicar de dónde procede la inspiración necesaria para crear tantas obras maravillosas creadas por los hombres.


Las programaciones inconscientes constituyen la estructura profunda de nuestra personalidad y son las que determinan nuestras conductas. Esto explica por qué muchas veces queremos hacer algo pero actuamos de una forma muy distinta. Se debe a que nuestro poder consciente es débil ante la dinámica poderosa de la mente inconsciente.


Observa la superficie del mar, se mueve formando olas. Este es el movimiento de la superficie, el cual depende de los vientos. También la atracción de la luna hala la superficie del mar y produce las mareas; pero el verdadero movimiento del mar es interno, generado por grades corrientes marinas. Verdaderos ríos marinos que pueden tener más de 1000 kms. de ancho y más de un km. de profundidad y pueden trasladar más de 10.000.000 de metros cúbicos por segundo.


El inconsciente, como todo en la vida, tiene sus leyes. En el inconsciente luchan todos los contenidos por ocupar un lugar privilegiado y se asocian de acuerdo a su afinidad o significado. De aquí la importancia de instalar en la mente principios, valores, metas, ideales y proyectos importantes que lideren la mente y atraigan hacia sí toda la información positiva del inconsciente.


El inconsciente personal y el inconsciente colectivo son una mina de conocimientos, experiencia y sabiduría en donde podemos extraer ideas y soluciones a través de la lectura, la reflexión, de la intuición y de la creatividad.

El cerebro trabaja sin descanso buscando la forma de convertir en realidad los deseos y proyectos de las personas. Cuanto más importantes son los proyectos y cuanto mayor es el interés que tiene la persona en dichos proyectos, más intensamente trabaja el cerebro. El cerebro sólo se moviliza cuando existen razones importantes. Las personas creativas viven centradas habitualmente en sus proyectos.


Somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación, nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo. El 90% de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son reconfortantes. Esta es la razón principal, por la cual, las personas tienden a centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones.

A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer. Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación.


Lo expuesto sirve para entender que, en nuestro cerebro, tenemos grabada información positiva (ideas, sentimientos y vivencias) que lucha por sobrevivir y alcanzar la plenitud. Estos contenidos pueden conducirnos al éxito. También tenemos información negativa que puede conducirnos al fracaso.

Piensa en soluciones. Sé asertivo. La asertividad no es sólo una actitud mental, es una forma activa de vivir, de esforzarse, de capacitarse, de resolver las cosas, en vez de esperar que éstas cambien.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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