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Editorial 765

 


Cuida tus pensamientos porque se convertirán en acciones

 

Según el Mentalismo, el pensamiento es el origen de todo lo que existe. Todo ser vivo tiene el poder de hacer algo, pero sólo el que piensa puede crear. Las ideas son la raíz de toda conducta superior.


Al funcionar en positivo adquirimos una súper conciencia que nos ayuda a conocer el verdadero sentido de la vida, de las personas y de las cosas; nos volvemos sabios y tenemos respuestas efectivas para las cosas importantes de la vida; por tanto, la clave del éxito está en conocer y en aprender a manejar el pensamiento positivo.


Según la Ley de Vibración todo lo que sentimos y pensamos se expresa a través de vibraciones las cuales se expande en todas direcciones, influyendo, para bien o para mal en las personas, comenzando por quien las emite.


El ser humano puede controlar sus pensamientos. Puede activar los pensamientos positivos y reprimir los pensamientos negativos. Los pensamientos son energías mentales que llevan a la acción. Así como sean tus pensamientos así serán tus sentimientos, tus palabras y tus acciones. De aquí la importancia de alimentar la mente con ideas positivas y evitar las ideas, palabras y actitudes negativas, porque desencadenan procesos mentales destructivos.

Vivimos en una sociedad muy confusa en ideas y valores. Si nos dejamos influenciar por sus ideas, nos iremos contaminando de las mismas enfermedades que aquejan a la sociedad. El antídoto está en vibrar en positivo. Para vibrar en positivo es necesario tener cierta calidad de persona y cultivar ideas, sentimientos, actitudes y conductas positivas

Los pensamientos son decretos que tienden a convertirse en realidad. Todo comienza con tus pensamientos, los cuales, poco a poco se vuelven más poderosos, con la repetición se vuelven creencias, y una vez consolidadas las creencias, mandan en tu vida. Cuando pensamos en algo (positivo o negativo) lo alimentamos y tiende a fortalecerse. Cuando pensamos en ello con insistencia, incrementamos su poder. Cuanto más poder adquiere una idea o un sentimiento, se impone con fuerza sobre las demás ideas y sentimientos, hasta llegar a tomar el control de la mente. Como es lógico, la persona tenderá a actuar de acuerdo a las ideas y sentimientos que se imponen en su mente.


De aquí la importancia de seleccionar los pensamientos porque ellos modelan la personalidad y determinan el rumbo de la vida. Así como piensas así te sucede; por tanto, piensa bien y se te dará lo mejor. Sin embargo, no es suficiente con pensar bien, es necesario mantener siempre una actitud crítica y objetiva. También es necesario actuar y persistir en la acción.

El pensamiento se crea de acuerdo a nuestro sistema de creencias y al proceso emocional que estemos viviendo en el momento. Cuando un pensamiento se conecta con la ira, celos, miedo, enojo, odio o cualquier otro tipo de sentimiento que nos lastime, entonces se convierte en un sentimiento negativo, y, la energía provocada por el pensamiento empezará a crear una realidad, con la misma vibración y dirección. Entonces atraerá a nuestra vida situaciones y personas similares a la energía generada. Con lo cual se reafirma que, de acuerdo a la ley universal de causa y efecto, recibirás de regreso lo que enviaste.


La intensidad de tu pensamiento se convierte en la causa y determina la fuerza con la que te regresará lo que diste. de esta forma, cada quién fragua su propio destino.


De todo lo dicho concluimos que: es necesario controlar el pensamiento, los sentimientos, el lenguaje y las decisiones, porque ellos determinan nuestra forma de sentir, de pensar y de actuar. Somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hablamos y lo que hacemos.


Al pensar y al hablar creamos una "realidad mental activa" que envía mensajes positivos o negativos al cerebro, activando la parte positiva o la parte negativa de nuestra persona e impulsándonos a actuar de una forma o de otra.


Nuestro pensamiento es, al fin y al cabo, quien decide nuestro destino. Y lo es a través de nuestras palabras, a través de nuestras acciones, a través de nuestro hábitos


Cuidar tus pensamientos , pues comienzan como una simple idea, pero luego crecen de forma paulatina y se vuelven más fuertes y poderosos. Todas nuestras conductas dependen de hábitos que comenzaron por una idea. Las ideas positivas dieron origen a los hábitos buenos (caminar, leer, pensar, amar, disciplina, responsabilidad, honestidad, fe, etc.) y las ideas erróneas dieron origen a hábitos negativos (pereza, mentira, envidia, etc.) Como somos inteligentes y libres podemos pensar en positivo y mejorar los buenos hábitos, así como también podemos dejarnos llevar por ideas negativas y por los malos sentimientos y volvernos peores personas.


La conducta es la forma de actuar de cada persona. La conducta depende de la estructura mental, la cual determina la forma de percibir la vida y de reaccionar a los estímulos externos e internos. Una vez establecida la estructura o programación mental se pueden predecir las conductas. Las conductas son aprendidas y pueden ser rectificadas.


Si nuestra actitud es positiva, entonces, nos programamos para el éxito, la libertad y la felicidad; en caso contrario, nos programamos para el fracaso y la frustración. Cada uno se programa a sí mismo y tiene lo que merece.


Esfuérzate cada día por mantener a salvo tu propia alma, lejos de la conflictividad, de las malas influencias y de los malos sentimientos. Piensa en tu alma y en tu mente como en un templo. Evita que se ensucien. Si tu mente permanece limpia, tus pensamientos serán siempre nobles, honestos y saludables, y, si tus pensamientos son pura energía positiva, tendrás el poder de irradiar esa energía y sanar el corazón y la mente de muchas personas.

Sin embargo esta tarea no es fácil, pues nuestra mente está “programada” desde la infancia. Estamos programados para sentir miedo, envidia, celos, para compararnos constantemente con los demás, para obedecer, callar y renunciar a muchas cosas. Gran parte de la educación recibida consistió en controlar nuestros deseos, en apagar los sueños y conformarse con lo “establecido”. Esta realidad nos condiciona demasiado en todos los aspectos, por lo que necesitamos liberar nuestra mente y pensar de forma proactiva.


Bernhardt descubrió que el sistema nervioso podía, por medio de repeticiones constantes, establecer un patrón de conducta subconsciente, capaz de producir verdaderos milagros.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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