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Editorial 764

 


No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades


No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades; porque serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona.

Como no conocemos nuestro mundo interior, tendemos a volcarnos en el mundo exterior y a luchar por el logro de cosas materiales: riqueza, propiedades, títulos, fama y poder. El mundo interior está formado por lo que somos y el mundo exterior por lo que tenemos. Lo que somos forma parte de nosotros y lo sentimos como una experiencia vital constante, como un estado de ánimo. El estado de ánimo depende de cómo somos por dentro. Las personas buenas, honestas y exitosas son habitualmente felices, debido a que sienten una energía positiva que emana de su interior e irradia alegría y felicidad. Mientras que, hay personas habitualmente infelices, porque en su interior tienen conflictos psicológicos no resueltos que generan angustia.

Son los contenidos internos (autoestima, seguridad, etc.) los que determinan el éxito y la felicidad, y son los contenidos internos (temores y complejos) los que generan el fracaso y la frustración.

Las cosas externas (dinero, fama y poder) son importantes, pero no son determinantes para el éxito verdadero ni para la verdadera felicidad.


La mayoría de las personas no entienden esta idea, porque están programadas para el logro de éxitos materiales, más que para el desarrollo personal. Sólo cuando pase el tiempo y les llegue la experiencia que dan los años, comprenderán que lo único que nos queda de la vida es nuestro mundo interior; ese mundo hecho de recuerdos y vivencias; todo lo demás es efímero y va desapareciendo como desparecen las nubes. Lo único que nos acompaña siempre es nuestro Yo interno y la conciencia permanente de la propia identidad, de ser siempre la misma persona.


El mundo externo es sólo el escenario en el que transcurren los hechos. Este escenario es el mismo para todos, pero nuestra verdadera vida discurre dentro de nosotros, en nuestro Yo interno, por eso, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu verdadero lugar eres tú mismo. Ese lugar interno puede convertirse en tu paraíso o en tu cárcel. Depende de ti.


El éxito, la libertad y la felicidad no existen en ninguna parte del mundo, sólo existen en el corazón de quienes saben producirlos, por esta razón, en un mismo lugar y en las mismas circunstancias hay personas que triunfan y son felices y otras que fracasan y son infelices.


"No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen y los ladrones los roban" Ni llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades, pues, "Mientras estés material, o, emocionalmente cargado de sentimientos y cosas viejas e inútiles, no tendrás espacio para nuevas oportunidades"


En realidad, no son los objetos guardados los que estancan tu vida, sino la actitud de guardar. Con esa actitud, estás enviando a tu cerebro el mensaje de que no confías en el mañana ni en tu capacidad de crear nuevas respuestas.


Necesitas que tus ideas y tu vida fluyan. Necesitas vivir en actitud de cambio, confiar en tu capacidad creativa y vaciar tu mente y tu escritorio y tu casa de todo lo que no necesitas, sólo de esta forma podrás renovarte, fluir y evolucionar.

Muchas personas están llenas de egoísmo, envidia, ambición y de tantas cosas materiales que llenan el corazón y la mente, con lo cual no les queda espacio para las cosas esenciales de la vida, como la paz y la alegría de vivir.


El consumismo es un intento de llenar con cosas el vacío de autoestima, de afecto y de seguridad. Se trata de un mecanismo de compensación. El asunto es que el vacío interno no se llena con cosas.


Las crisis económicas que han afligido y afligen a muchos países, han causado tanta miseria, dolor y frustración que la gente vive traumatizada por la pobreza y trata, por todos los medios, de adquirir riqueza como garantía de seguridad para el futuro. Esta situación explica, en parte, la corrupción galopante.


Muchos creen que el temor a la pobreza se resuelve con dinero, pero no es así; porque, el miedo es un sentimiento que sólo puede superarse con una visión positiva de sí mismo, de la gente y de la vida. Por eso, el avaro se siente impulsado en forma compulsiva acumular más y más dinero; pero, no importa lo que acumule, cada día se siente más vacío por dentro. Esto no significa que es mejor ser pobre; el dinero es un bien necesario para liberarse de la ignorancia y de la pobreza y muy útil para lograr una calidad de vida y ascender al desarrollo; pero las cosas más importantes de la vida como la autoestima, la amistad y la felicidad, no se pueden comprar con dinero. Si así fuera, todos los ricos serían buenas personas e irradiarían felicidad.


El error está en creer que el dinero puede comprar todo. La alegría, la seguridad, la amistad y la felicidad no se compran con dinero.


Los voluntarios de ONGs aprenden de la simplicidad de la gente desfavorecida. Comprenden el verdadero valor de la vida y de las cosas simples y se dan cuenta de la cantidad de cosas inútiles que acumulan las personas de los países desarrollados.


A medida que nos vaciamos de cosas superfluas podemos centrarnos en las cosas importantes, en esas cosas que forman parte de nosotros, que nos llenan por dentro y que nos acompañan a donde quiera que vayamos. Aprendemos a valorar la vida, el tiempo, la amista, la libertad, la creatividad, la naturaleza y la paz.


Necesitamos fluir y renovarnos todos los días, pues el peso de las cosas y de los viejos hábitos son un obstáculo para crecer y volar. A medida que nos desprendemos de cosas inútiles y simplificamos la vida, nos sentimos más livianos y más libres.


En la vida todo se renueva. Los árboles renuevan sus hojas, el cuerpo renueva sus células, la sociedad se renueva y el cerebro se renueva cada día con las nuevas experiencias. Cada día nacen niños y mueren ancianos. Es la ley de la vida.


Hoy tenemos más cosas que nunca y más oportunidades, pero no somos felices porque hemos desviado la atención y el interés hacia cosas superfluas que no podemos lograr, y, si por circunstancias de la vida pudiéramos lograrlas, tampoco seríamos felices, porque no sirven para satisfacer las necesidades fundamentales del ser humano.


Sólo cuando se vive de acuerdo con los propios valores se encuentra la estima de uno mismo, el respeto de los demás y la satisfacción que proviene del interior.


No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades; porque serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona.



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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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