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Editorial 763

 


Haz felices a las personas


El objeto de la vida es el desarrollo de la inteligencia, de la conciencia y la felicidad, por tanto, lo más valioso que puedes hacer por las personas es estimular su inteligencia, despertar su conciencia y ayudarles a ser felices.


La felicidad no significa ausencia de problemas; los contratiempos son los ingredientes que dan sabor a la vida. Una persona sin necesidades y sin problemas no tiene razones para movilizarse, y, en consecuencia, sería víctima de la pereza y del deterioro físico y mental.


La felicidad nace de dentro. Es producto de un desarrollo integral, de autoestima, de seguridad; de luchar, perder y ganar; de saber que estamos en el camino correcto y que logramos cosas importantes que nos llenan y nos satisfacen; que estamos en paz con la gente y con nosotros mismos; que hemos tenido el privilegio de nacer y ser libres para disponer de nuestra propia vida; que tenemos un mundo maravilloso ante nosotros que nos ofrece infinidad de oportunidades para ser felices...


La felicidad debería ser el estado habitual de las personas, a pesar de los problemas. La felicidad no puede depender de las circunstancias externas, ni de éxitos ocasionales, los cuales son imprevisibles y escapan a nuestro control. La felicidad debe ser el resultado de una forma de ser.


La felicidad nace de dentro, de la autoestima, de la fe, de la ilusión, de la seguridad, de la paz, etc. Cuando una persona es feliz por dentro, siente una plenitud inmensa y encuentra la felicidad hasta en los mínimos detalles; pero, cuando una persona no es feliz por dentro, se siente vacía, y no existe nada en el mundo que pueda hacerla feliz.


Para hacer felices a los demás necesitas activar lo mejor de ti, por lo cual, es una forma de ponerte a valer, pues, todo lo que hacemos produce vibraciones positivas o negativas que afectan en primer lugar a quien las produce. Por Ley de Acción y Reacción, toda idea, sentimiento o deseo de bien hacia los demás nos beneficia, así como toda idea, sentimiento o deseo de mal contra los demás se vuelve contra nosotros.


Vivimos en una sociedad automatizada en la que se está perdiendo la sensibilidad, el respeto, la educación y los buenos modales, como resultado del deterioro de la familia y de la pérdida de valores.


El respeto, la educación y los buenos modales son la expresión de una persona evolucionada. La educación y los buenos modales son mucho más que "cortesía". Son la expresión de personas que se sienten bien consigo mismas; mientras que, el irrespeto y la mala educación son propios de personas que se sienten mal consigo mismas, y, por tanto, no pueden relacionarse bien con los demás.


Los detalles también son importantes en las relaciones humanas. A veces los detalles son determinantes para una buena relación. Los seres humanos, en el fondo somos niños y nos agrada que nos tomen en cuenta, que nos feliciten, que nos estimulen. Los detalles no cuestan nada pero valen mucho. Cuánto bien podemos hacer con un saludo, con una palabra, con una mirada amistosa o con una sonrisa. Y cuánto mal podemos hacer con un desprecio, con una crítica o con una actitud de indiferencia. Hay detalles que valen más que el dinero y hay detalles que golpean más que los puños.


Un pequeño detalle aislado puede no significar nada pero a veces es el origen de grandes fenómenos. Si has oído hablar del efecto mariposa sabrás que un aleteo de mariposa en la China puede generar un huracán en Estados Unidos.


Todos los seres humanos experimentamos un sentimiento de alegría cuando la gente nos toma en cuenta. Este sentimiento, según opinan muchos los psicólogos, favorece la salud mental y las buenas relaciones y la felicidad.


El estudio de las emociones positivas, como la gratitud, es un campo nuevo en la psicología que comenzó a finales de los 90. Estudia el poder de las virtudes del ser humano. Uno de los fundadores de este nuevo campo es Martín Seligman de la Universidad de Pennsylvania, cree que “la ciencia de la gratitud se ha convertido en un enfoque central de la psicología positiva en estos últimos años” Cuando agradeces a una persona elevas su autoestima y le ayudas a sentirse más feliz.


El respeto, la compresión, la paciencia, la tolerancia, el perdón y la compasión son formas de valorar a las personas, lo cual fortalece la autoestima y estimulan la felicidad.


El mundo necesita de todo el progreso posible. Necesita médicos, ingenieros, abogados... pero, sobre todo, necesita personas. Personas comprometidas con el desarrollo de su ser y con el cumplimiento de su misión. Personas felices que emitan vibraciones de felicidad.


En conclusión: Es importante todo lo que haces por el desarrollo de la sociedad, pero es más importante lo que haces por tu propio desarrollo.
No es haciendo muchas cosas como cambiarás el mundo; es cambiándote a ti, como lograrás cambiar a quienes te rodean.


La Ley de dar no se refiere a dar cosas sino a dar lo más valioso de ti, como son: El saber, la verdad, el amor, la comprensión y la felicidad... pero nadie puede dar estos dones a los demás si no los posee y nadie los posee si no los cultiva.


Muchas personas pasan la vida entera buscando la felicidad por todas partes pero no la buscan dentro de sí que es donde está.


Nadie puede darnos la felicidad porque es una conquista personal.

Nadie puede dar felicidad a los demás si no la posee dentro de sí.


La felicidad tiene muchas formas. Es paz, seguridad, afecto, éxito, libertad...


¿De qué sirve lo que haces en la vida si no sirve para hacerte feliz a ti y a los demás?

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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