Editoriales

Editorial 759

 


No encuentro trabajo


La falta de trabajo es un drama personal, familiar y social.


Cada día crece el número de desempleados debido a la automatización de las empresas y a la falta de renovación de las personas. Desde hace varias décadas las máquinas y los robots han venido desplazando a los seres humanos de los puestos de trabajo. Sin duda existe una falta grave de previsión a nivel de gobiernos, instituciones educativas, investigadores sociales, etc. quienes debieron prever esta realidad con tiempo y tomar las medidas necesarias para crear puestos de trabajo y facilitar la educación de personas emprendedoras.


Una persona medianamente inteligente sabe que si una máquina reemplaza a cinco, diez o más personas, éstas quedan sin trabajo. Ahora bien, como la tecnificación y la robótica siguen su camino de forma arrolladora, lo lógico es que cada día existan menos puestos de trabajo. La solución no está en abandonar la tecnificación y la robótica, pues son herramientas útiles que hacen más eficaz el trabajo, el problema está en la falta de visión y en la falta de renovación de las personas.


Hemos sido educados para el sometimiento, para trabajar a las órdenes de alguien que planifica y piensa por nosotros y ahora que las empresas reducen personal y nos niegan un trabajo, no sabemos qué hacer. Las viejas programaciones mentales ya no sirven porque han cambiado las pautas.


La vida humana depende de programaciones adquiridas, las cuales se convierten en hábitos. Como la vida evoluciona es necesario renovarse constantemente para mantenerse actualizado, pues, la ley de la vida es: "Adaptarse o morir"


La vida evoluciona con rapidez y las personas no se enteran de los cambios hasta el día en que se encuentran desadaptadas a la realidad.


El problema no es de falta de trabajo, pues es mucho lo que queda por hacer, el problema es de falta de renovación. Las personas no están a la altura de las exigencias actuales, no son creativas ni emprendedoras, lo que hace que no puedan encontrar su propio camino. Cuando las personas pierden el trabajo quedan noqueadas y desorientadas por un tiempo más o menos largo.


Ocurre algo así como cuando se abolió la esclavitud. Los esclavos estaban acostumbrados a la seguridad que les proporcionaba su esclavitud. Tenían trabajo, techo y comida, pero el día en que se les dijo: "Váyanse, son libres" corrieron felices hacia la libertad, pero pronto regresaron a sus dueños solicitando trabajo, porque no sabían qué hacer con su vida, pues, tantos años de sometimiento habían anulado su inteligencia y su creatividad.

A los esclavos se les prohibía aprender a leer, para que no supieran pensar y no reclamaran su libertad. Esta idea nos horroriza, sin embargo sigue aplicándose, aunque de forma sutil.


Hoy, como entonces, no se educa para la libertad sino para la sumisión. Los padres, la escuela y las universidades están programados para ejercer la represión. De esta forma, los hijos de hoy quedan programados para ser los represores de las futuras generaciones, así la sociedad se asegura el control.


La sociedad es represiva por naturaleza. La represión es una característica de todo ser vivo. Según estudios realizados en Estados Unidos, de cada 10 mensajes que envían los padres a sus hijos, 9 son represivos de alguna forma. Este patrón se repite en las conversaciones y en los medios de comunicación. Es la consecuencia de programaciones ancestrales grabadas en el subconsciente colectivo.
Los seres humanos necesitamos reprimir y controlar a los demás para sentirnos seguros. Los poderes establecidos apoyan el progreso porque no amenaza su seguridad, pero se oponen al desarrollo de personas libres y emprendedoras, porque podrían convertirse en factores de cambio y amenazar su seguridad.


Por esta razón no existe interés en formar personas libres, emprendedoras, creativas e independientes, que sean protagonistas de su propia vida y de la evolución social.


La educación se limita a programar personas que se acoplen al mercado laboral,


piezas que encajen en el engranaje del gran robot económico. Como el sistema económico ha cambiado, esas piezas humanas no encajan y quedan fuera de circulación. Abre los ojos y toma el control de tu vida.


Son pocos los estudiantes y trabajadores que piensan en una independencia laboral, lo que hace que su mente no piense en otra alternativa que no sea trabajar en una empresa. Ahora bien, tal como evolucionan las cosas, la tendencia es que las empresas, tal como las conocemos, irán desapareciendo; lo cual indica que, sólo las personas emprendedoras y creativas podrán sobrevivir y progresar en el futuro; sin embargo, las universidades siguen enseñando, ajenas a esta realidad.


¿Qué hacer?


Como todo cambio se inicia en la mente, es necesario comenzar por cambiar la forma de pensar, buscar nuevas alternativas teniendo en cuenta nuestras fortalezas y la realidad laboral. No se trata de mover un mueble de un lado a otro, sino de cambiar estructuras mentales consolidadas a lo largo de los años, lo cual supone un proceso largo, paciencia y perseverancia.


Es importante saber hacia dónde va el futuro y conocer qué capacidades es necesario desarrollar para triunfar el día de mañana. Lo ideal es asesorarse con personas exitosas que tienen experiencia de la vida.


No es suficiente con tener un título y habilidades profesionales, el éxito depende de muchos factores (autoestima, personalidad, liderazgo, eficacia, valores, criterios, simpatía, etc.) por lo cual, ya sabes lo que tienes que hacer para asegurar tu futuro.


Las personas emprendedoras deben ser prudentes, pues, no se trata de crear un empresa, sino de mantenerla viva. Lee sobre franquicias para que sepas por qué el 80% de las nuevas empresas desparecen a los pocos años de creadas, y, sin embargo, el 95% de las franquicias permanecen en el tiempo. El conocimiento, la experiencia y el asesoramiento son fundamentales.


El conocimiento es poder, por tanto, aprende todo lo relacionado con tu profesión, manténte actualizado y adelántate al futuro.


Quienes tienen trabajo deben cuidarlo y capacitarse para ser más competitivos y eficaces, pero, como nada es para siempre, es conveniente tener un plan B. de modo que, si las cosas fallan, exista la posibilidad de adaptarse rápidamente a la nueva situación.


Muchas personas no tienen estructura mental para la independencia laboral, por lo cual, deben capacitarse para lograr trabajo en un mercado laboral muy competitivo.


Una imagen que exprese seguridad, creatividad, energía y simpatía, ayuda a conseguir trabajo.


Recomienda Este Editorial
 
    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

comments powered by Disqus