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Editorial 756

 


Cuál es tu destino


Existen muchas palabras relacionadas con el destino: Hado, fatalidad, acaso, sino, predestinación.


El destino era considerado como una fuerza sobrenatural inevitable e ineludible, que, según se creía, guiaba la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma inevitable y fatal.


La vida actual, caracterizada por la prisa, no deja tiempo para pensar, pero hubo épocas en las que los seres humanos tenían todo el tiempo del mundo para encontrarse a solas consigo mismos y hacerse muchas preguntas, tales como:
¿Quién soy?

¿Qué sentido tiene el mundo?

¿Qué significado tiene mi vida?

¿Cuál será mi destino final?

¿Qué hay después de la muerte?


Hoy, son muy pocas las personas que se hacen estas preguntas, porque generan angustia; sin embargo están ahí, dentro cada persona y surgen a cada rato acompañadas de angustia existencial.


Al margen de estas preguntas de carácter metafísico, para las cuáles nunca encontraremos respuestas evidentes, lo importante es cómo vivimos nuestra vida real.


Existe un determinismo, según el cual, todo en la naturaleza se rige por leyes naturales que se cumplen de forma inexorable; de modo que, aún en medio del caos aparente, todo funciona de forma perfecta y sigue su curso natural. Los científicos no alcanzan a entender el significado del universo, sin embargo, creen que tiene un propósito.


El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y las acciones humanas, están determinados por la irrompible cadena de causa-efecto.


Hoy sabemos que vivimos un proceso de evolución que se acelera cada día. Este proceso se caracteriza por el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, lo cual permite vivir mejor y beneficiarse de todos los bienes que obsequia la vida; por lo cual, es importante hacerse preguntas transcendentales, pero es más importante comprender la realidad presente y vivir de forma plena y consciente, sin dramatizar las cosas.


Cada ser humano, desde niño tiene la opción de elegir el camino del éxito o el camino del fracaso. La educación recibida y la sociedad ejercen presión, pero el ser humano es libre y responsable de su destino. Es su actitud ante las cosas la que marca su camino.


Las personas buscan excusas para justificar sus errores y fracasos, pero a la naturaleza no le interesan las excusas. La naturaleza aplica las leyes de forma inexorable y saca de circulación lo que no funciona.


El instinto guía a los animales de forma perfecta. Durante millones de años han sobrevivido en equilibrio perfecto con la naturaleza, pero, al entrar en escena el hombre, ha arruinado el trabajo de millones de años de la naturaleza, debido al mal uso que ha hecho del libre albedrío.


Hasta cierto punto, el hombre tiene el control de su propio desarrollo y de la evolución humana, así como también tiene el poder de autodestruirse, debido al mal uso del libre albedrío


El libre albedrío es el poder que tienen los seres humanos de elegir y de tomar sus propias decisiones. El libre albedrío tiene implicaciones legales, sociales, morales y espirituales. En pocas palabras, el hombre es responsable de su vida y cada acción u omisión tiene consecuencias que no necesariamente se manifiestan de inmediato sino que se harán efectivas en algún momento.


Por mal uso del libre albedrío, los seres humanos acumulan muchas deudas con la vida desde niños. Hay personas que quedan hipotecadas para toda la vida, a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, debido a una educación deficiente y al mal uso del libre albedrío. En adelante, estas personas deberán enfrentar la vida sin recursos intelectuales, afectivos, etc. por lo cual, están condenadas a ser mediocres en todos los aspectos.

El libre albedrío supone una oportunidad y también un riesgo. Gracias al buen uso del libre albedrío, muchas personas triunfan y se convierten en héroes, sabios y santos. En cierta forma la mayoría de las personas tienen algo de héroe, de sabio y de santo. Pero el libre albedrío también tiene una parte peligrosa, muchas personas se autodestruyen a través de las droga, del alcohol, de la pérdida de los valores, del suicidio, etc.


Todas las personas tienen, en potencia, libre albedrío, inteligencia y conciencia, pero necesitan ser desarrollados a través de la educación. El ignorante tiene un libre albedrío elemental que puede utilizar para elecciones elementales; en consecuencia tendrá éxitos elementales y felicidad elemental. Por lo cual, cada persona labra su destino. Si las personas fueran conscientes de esta realidad se esforzarían en ser inteligentes, buenas, sabias y felices


Nadie sabe cuál será el comportamiento de la sociedad dentro de cinco años, y, menos aún dentro de diez, veinte o más años.


El caos nos recuerda que todo existe en un proceso dinámico de cambio permanente que se acelera cada día, lo cual exige adaptación, y que, la mejor garantía para sobrevivir en el futuro está en ser consistentes, flexibles y creativos.


El determinismo existe sólo en relación con el universo. El destino del universo está trazado y evoluciona de acuerdo a leyes inexorables. Sabemos cuándo y cómo será el final del sol; pero, el ser humano tiene espíritu, inteligencia, conciencia y libertad, lo que le permite sustraerse al destino y construir su vida de acuerdo a sus propias decisiones; por esta razón, cada persona es responsable y recibe lo que le corresponde en atención a sus acciones.


En la vida existe un momento de inflexión en el cual la persona decide su destino. Siempre existe la posibilidad de rectificar, pero una vez que las cosas toman impulso se desencadena el proceso correspondiente que conduce al final establecido. De modo que, en principio, cada uno tiene el control de su destino, pero si nos descuidamos se nos puede ir de las manos.


Cada día son más las personas que se alejan de la religión y de los valores, como consecuencia de una visión materialista de la vida que se está imponiendo en la sociedad, y, a la vez, son más las personas que buscan respuestas a su angustia existencial en la astrología, en el esoterismo y en la brujería; sin duda, les preocupa su futuro y su destino.


Ni el destino, ni las circunstancias, ni la humanidad entera pueden doblegar nuestro espíritu, si tenemos fortaleza interna, pero, si somos débiles, nos convertiremos en marionetas en manos de las circunstancias, de la astrología, del esoterismo, de la santería, de la brujería y de cualquier otro sitema que ofrezca alguna forma de esperanza y ayude a mitigar la angustia existencial. Tu vida está en tus manos y no debes delegar tu destino en manos de nadie.




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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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